miércoles, 27 de agosto de 2014

Infinidad de películas (I)

Agárrense a sus asientos. Para hacer esto de la forma más indolora posible voy a intentar ser breve. En esta primera tanda tengo la intención de sintetizar mis opiniones sobre las ocho películas que vi entre los meses de mayo y junio (en la próxima irán las de julio y agosto).


Como esperaba, la versión animada de Divergente me gustó mucho más que el libro ya que, teniendo las mismas carencias argumentales, goza de mucho más dinamismo en las peleas. Lo que me sorprendió de veras es que los detalles que modificaron tienen mucho más sentido en la versión inventada de la película que en el libro original (el tema de las simulaciones). Por lo general, se trata de una adaptación muy fiel que disfruté mucho. Si tenéis curiosidad por esta saga pero os da pereza leer los libros (gracias, en parte, a mis reseñas) os recomiendo que le echéis un vistazo a la película.


Yo... no había visto todavía La vida es bella... y... aunque la vi hace ya tres meses... todavía tengo el corazón hecho añicos... Por lo general, soy muy reacia a ver películas antiguas, definiendo como antigua cualquier película producida durante el siglo XX con lo que estoy segura de que me pierdo muchísimas obras de arte pero, aún así, me siguen dando mucha pereza. Pero si suelo evitar ver películas viejas, les tengo verdadero pavor a las películas sobre la guerra y, muy especialmente, a las películas sobre la segunda guerra mundial. Fue horrible, sí. Se cometieron muchas atrocidades, sí. Es algo que debemos recordar ya que forma parte de nuestra historia y que no puede repetirse. Pero de ahí a dejar los ojos secos a base de ver historias personales totalmente descorazonadoras hay unos cuantos pasos. Pero aquí estoy, he visto La vida es bella, he llorado como nunca, se me ha puesto la piel de gallina y admito que es una película preciosa que se merece toda la fama que tiene y más. La manera de enfocar tantísima miseria con tanto humor es sencillamente brillante.


Hace años que prometí que vería Resident Evil y su visionado fue inmediatamente posterior al de La vida es bella. Qué puedo decir. No me gustó nada de nada en ningún aspecto y no pienso volver a verla ni tengo intención de dar una oportunidad a sus múltiples secuelas. Muerte y destrucción, sangre por todas partes, monstruos y bichos desagradables, sustos, dolor y una desesperanza absoluta. Es que no salvo nada de la película. 


Cambiando de tercio, revisioné El ilusionista, un filme que me dejó muy buen sabor de boca cuando lo vi por primera vez hace siete años. Aunque para mí ha perdido un poco al verla por segunda vez y se me hizo algo más lenta de lo que recordaba, la trama me sigue pareciendo fascinante. Una trama que es una historia de amor y de misterio al mismo tiempo, ambientada en la Viena de hace un siglo, con Edward Norton atrapando toda nuestra atención con sus trucos. Es de esas películas con un encanto especial y un final redondo (y no muchos títulos pueden presumir de contar con un buen desenlace). 


Y aun me quedaba otro clásico por ver: Pearl Harbor. No tenía ni idea de los derroteros que tomaba esta película al margen de contar, con lo que parece una gran veracidad, una pequeña parte de la historia mundial reciente. Por un lado, es entretenida, informativa y con un triángulo amoroso interesante. Por el otro, es endemoniadamente larga y demasiado hinchada de patriotismo estadounidense por lo que no pasará a la posteridad, al menos no en mi lista personal de películas que valen la pena.


Todos sabemos que Quicksilver es lo mejor de toda la película. X-Men: Days of Future Past vincula la trilogía original de X-Men con la reciente precuela First Class. Sinceramente, la película es una gozada, entretenida, espectacular y con unos efectos especiales inmejorables pero es mejor no pensar demasiado si uno quiere disfrutar de ella. La tecnología de los centinelas es totalmente irreal para ser un proyecto iniciado en los años sesenta teniendo en cuenta que Watson y Crick, gracias a los datos proporcionados por Rosalind Franklin, describieron la estructura del ADN en 1953. Y digo solo esto porque si me pongo a discutir todos los avances científicos conseguidos a raíz de experimentar con mutantes esta entrada no tendría fin. Por otra parte, las historias que juegan con viajes en el tiempo no suelen acabar muy bien y siempre fallan en la coherencia interna. De momento, tengo mis esperanzas puestas en Apocalypse.


Y ahí va otro revisionado. Es la tercera vez que veo Wall·E y sigue pareciéndome una de las mejores (si no la mejor) películas de Pixar. El equipo de producción se cubrió de gloria tanto con la idea como con el desarrollo. Teniendo en cuenta que se trata de una supuesta película infantil introduce infinitos conceptos muy serios que creo que puede disfrutar mucho más un público adulto: la Tierra destruida por culpa de la actividad humana, una capa de basura cubriendo el planeta, la dominación de los robots, la obesidad mórbida en el lejano espacio, la ley del mínimo esfuerzo... Y todo esto por no hablar del apartado gráfico donde consiguen dotar de expresividad a dos robots y hacer que una cucaracha resulte mona. De mis favoritas de Pixar.


Por último, si empecé con un estreno acabo con (casi) otro. Pude ir al cine a ver Her gracias a la promoción ¿Te la perdiste? de Cinesa. Her es perfecta en tanto que siendo una película intimista y a la vez de ciencia ficción, nunca da detalles sobre el mundo o la tecnología en que se basa el argumento. Así no puedo indignarme por idas de olla o avances imposibles porque, simplemente, no explican nada y así se aseguran no decir ninguna tontería. Ya que la coprotagonista, Samantha, es una inteligencia artificial, casi todo el peso recae en Theodore, que resulta un hombre de lo más interesante. Her es un largo diálogo, un debate, una discusión, una reflexión continua. Sobre la importancia que le damos (o no) a lo tangible, sobre la soledad, sobre las aspiraciones, sobre el creciente aislamiento en el que nosotros mismos nos adentramos cada vez más en esta sociedad. Y en un futuro próximo en que puedes encargarle a alguien que escriba una carta de amor por ti, el caso es que existe al menos una persona capaz de hacer que revoloteen las mariposas de tu estómago y otra persona capaz de conmoverse con ello. Muy muy bonita, tengo ganas de volver a verla.

3 comentarios:

  1. Està bé que vegis pel·lícules que tenies pendents, és un exercici que tots hauríem de dur a terme.

    Una meravella Her, per a mi la millor pel·lícula de 2013.

    Pel que fa al que es considera una pel·li "antiga", entenc que més enrere del 2000 et faci pal veure-les, és una decisió personal que respecto, jo mateix tinc desenes i desenes de clàssics de tot el segle XX per veure, però La vida és bella és de 1997 i crec que l'has categoritzat de "vella", mentre que Pearl Harbor és de 4 anys més tard, també sobre la II Guerra Mundial, i em fa l'efecte que no et feia tanta mandra. No ens passem xD

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  2. La vida es bella, quin fart de plorar!

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  3. Seguiré tu consejo y veré Divergente algún día en la tele. Los libros me los voy a ahorrar ;D

    La vida es bella es uno de esos clásicos que tengo pendiente. También me faltan por ver El ilusionista, esa de XMen y Her.

    Resident Evil la vi "a la fuerza" en el cine ¡y por dos veces! Y me pasé buena parte del tiempo detrás de la torre de palomitas que compré. Aún así, con el tiempo he ido sacando valor y he ido viendo poco a poco el resto de películas, que se vuelven más de acción según avanzan y menos de sustos. Al final es hasta absurda cuando surgen los super zombis con armas y todo, es muy WTF.

    Pearl Harbor la he visto varias veces y coincido con tu opinión. Aún así me gusta mucho ¡soy una romántica! ¡ese triángulo amoroso me llega muchísimo! *^*

    Wall-e es una puñetera obra maestra. La adoro!

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