lunes, 26 de enero de 2015

El arte de matar

El pasado 13 de enero me presenté en el Fnac El Triangle para la presentación de Yo, Asesino en la que estuvieron presentes tanto su guionista Antonio Altarriba como su dibujante Keko. Y, en esta ocasión, fui tan profesional que me llevé una libreta conmigo y, ni corta ni perezosa, me puse a tomar notas. Así, aunque dejara pasar meses hasta animarme con esta entrada, me aseguraba de tener un backup de las cosas más importantes que se dijeron (que no fueron pocas).

El acto empezó con un triste homenaje a Charlie Hebdo, cuando no hacía ni una semana del atentado. Fue... descorazonador. Son muchísimas las personas que se han manifestado en contra del atentando defendiendo la libertad de expresión pero el testimonio de Altarriba me dejó especialmente tocada. Nos contó cómo él mismo estuvo hablando con Charb, el director de la revista, el año pasado en una feria en un pequeño pueblo de Francia. Cómo Charb iba acompañado de dos guardaespaldas y cómo le quitaba hierro al asunto diciendo que su presencia era más por aparentar que por otra cosa, como si no le hiciesen ninguna falta. También se habló un poco de la hipocresía de ese Je suis Charlie que tanto se ha repetido en las últimas semanas por todas las redes sociales e incluso de dónde debería ponerse el límite cuando hablamos de libertad de prensa. Creo que Altarriba resumió estupendamente su punto de vista en una sola frase: «Hay que defender el derecho a la blasfemia».


Dicho esto, autores y editores se animaron a comenzar con la presentación de Yo, Asesino con una serie de preguntas referentes a la creación del cómic, el proceso de colaboración entre guionista y dibujante, etcétera. Todo en Altarriba refleja su estatus de catedrático de literatura francesa, es una gozada poder escucharle. Empezó con una breve lectura de El Mandarín, de Eça de Queirós, la misma que ya cité en mi reseña de esta novela gráfica. Así nos situó directamente en el corazón de su historia: ¿qué motivos le hacen falta a un ser humano para matar a otro? ¿qué nos lo impide? Yo, Asesino es, se mire por donde se mire, un cómic moral. El título deja las cosas muy claras: yo soy un asesino, ¿y tú? Altarriba quiere que nos preguntemos a nosotros mismos cómo de ajeno nos es el crimen. A nosotros. Como individuos.

Para Altarriba (¿o para Enrique?) lo peor de matar es tener un motivo para hacerlo; matar sin ningún motivo sería un acto pacifista. Ya lo decía André Breton: «El acto surrealista por excelencia consistiría en salir a la calle armado de una pistola y disparar indiscriminadamente contra la multitud». No nos olvidemos de que Enrique contempla cada uno de sus asesinatos como una obra de arte. Porque de eso va este cómic, de arte, en todas sus expresiones. Del arte extremo, si me lo permitís. Keko hizo un inciso aquí para comentar cómo en los años setenta hubo artistas que decidieron cortarse el brazo (?) en pos de esta visión radical del arte (he buscado información sobre esto pero no he encontrado nada en la red).


Porque, qué motivo existe en este universo para que una persona sea capaz de justificarse a sí misma para matar a otro ser humano: ¿ideología? ¿patriotismo? ¿religión? Varios estudiantes de Altarriba fueron detenidos por pertenecer a comandos de ETA. ¿Cuán rápido se montan los mecanismos que justifican la muerte de otro? ¿Es el ejército suficiente para convertirnos en asesinos adiestrados?

Llegados a este punto "solo" quedaba hablar del cómic en sí, más allá de su mensaje. Altarriba comentó como, habiendo probado otros medios de expresión como la novela y el ensayo, ha desarrollado una predilección por el tebeo pues le permite evocar sensaciones de una forma única y especial que se limita a los entresijos del cómic. Me parece un argumento fantástico que echarle a la cara al próximo ignorante que me prejuzgue por decirle que me gusta leer cómics.

Invadiendo el espacio personal de autores desde 1991
Otra cosa interesante es que Altarriba comentó que, desde su punto vista, existe un dibujante para cada guion. Keko era idóneo para una historia como Yo, Asesino y solo él podía explotarla al máximo. Al pasar a hablar del dibujo, Keko tomó protagonismo en un discurso que había liderado inevitablemente el guionista hasta entonces. Nos comentó que, irónicamente, en un principio el cómic era en blanco y negro pero que alguno de los editores sugirió "darle un toque de color" para suavizar un poco la historia. Os podéis imaginar la carcajada que soltó la audiencia. Mientras me firmaba le pregunté acerca de las reproducciones de pinturas y esculturas y me dejó pasmada al decirme que habían recibido varias críticas por sucumbir a estos "copia y pega descarados". Personalmente creo que era la única opción (evidentemente era del todo inviable que el propio Keko se dedicara a versionar las docenas de obras que aparecen... con sus más que variados estilos) y que, de hecho, queda estupendamente puesto que se integran muy bien en las viñetas. La cuestión es quejarse.

Una de las maravillas de Yo, Asesino son sus referencias, algo que creo haber comentado en su correspondiente reseña. Pues si estaba yo algo frustrada por la falta de un glosario con títulos, autores, etcétera... Altarriba nos informó de que el guion íntegro de la obra está subido de forma gratuita a su página web. Y, evidentemente, de ahí se pueden sacar todas las referencias que aparecen en el cómic así que estoy pletórica.

Un par de datos curiosos para ir acabando: Keko dibujó unas 10 páginas al mes, el proceso creativo duró unos 15 meses y, aunque parecía imposible, acabaron el tebeo antes de la fecha límite porque "con los franceses sí hay que cumplir" (afirmación de la que se sobreentiende que con las editoriales españolas no tanto, ya sabéis, falta de rigurosidad). Una anécdota divertida fue que, aparentemente, Keko se dedicó a subir su progreso a internet para que tanto Altarriba como los editores pudieran ir comprobando cómo avanzaba la cosa. Inmediatamente después prohibió a todos los asistentes que hicieran nada parecido alguna vez pues fue una fuente de estrés desesperante. Quizá lo más increíble del asunto (y que desconozco absolutamente si es habitual o no en tándems guionista-dibujante) es que Keko no supo cómo acababa la historia hasta que la dibujó porque Altarriba le iba pasando el guión por páginas. ¡Él fue el primer lector de la obra y el que más sufrió la intriga del thriller!


Se dijeron más cosas pero, para no eternizar tanto la entrada, me despido con una foto de mi fantástica firma doble: dibujazo de Keko (con la fecha mal puesta) y extensa dedicatoria de Altarriba (que le escribió sendos tochos a todos los presentes hasta el punto de que Keko dibujaba más rápido de lo que él escribía). 

1 comentario:

  1. La verdad es que la presentación volvió a ser muy interesante, aunque en mi opinión se estuvo hablando demasiado rato de Charlie Hebdo, aunque me parece normal siendo tan reciente hubiera preferido más rato para hablar del cómic y con más tiempo de preguntas por parte del público (lo único que ""no me gustó"")

    si hubiera durado más para poder seguir escuchando a Altarribia no me hubiera quejado

    hay que estar atento a estas presentaciones porque siempre valen mucho la pena!

    PD: Keko viviendo todavía en el 2014 XDDDDDD

    ResponderEliminar