Cómo quizá dedujisteis por la entrada sobre Rin, he retomado la lectura de Inu-yasha al volver de Londres y voy a seguir con mis bloques de 8 tomos.
La verdad es que han empezado a pasar un montón de cosas. Siguiendo con la temática de los tomos anteriores aun aparecen un par de criaturas surgidas de Naraku más: Jûrômaru y Kagerômaru. Kôga e Inu-yasha siguen haciéndose amigos, Sesshômaru se queda con la Tôkijin, se descubre que la Tessaiga es necesaria para que la sangre demoníaca de Inu-yasha no lo domine por completo. Pero claro, como Goshinki la rompió y para arreglarla fue necesario un colmillo del propio Inu-yasha ahora pesa muchísimo más. Al final, se va a vencer a un tal Ryûkosei para que sea más ligera (y descubre de casualidad la técnica de la onda explosiva) pero algo después, tiene que matar al líder del clan de los murciélagos (o algo así) para conseguir que la Tessaiga pueda destrozar la barrera protectora de Naraku…
A todo esto, Kykyo sigue dando por culo y mareando la perdiz. Primero Naraku intenta matarla porque se da cuenta que los sentimientos de Onigumo siguen dentro de él y no soporta tener una debilidad pero, obviamente, Inu-yasha la salva y justo cuando están en el momento más romántico, llega Kagome, lo oye todo y, lógicamente, se frustra. Y bueno, aquí es cuando Kagome se da cuenta de que se ha ENAMORADO de verdad de él y decide seguir con la búsqueda de Naraku para no separarse de Inu-yasha… en plan masoquista. Siguiendo con todo este sentimentalismo, empieza a resultar obvio que Sango se ha enamorado de Miroku pero ella lo lleva casi peor que Kagome…
Además, bueno, Naraku sigue aprovechándose vilmente de Kohaku e intenta, primero, cargarse a Kagome, y después, raptar a Rin para atraer a Sesshômaru e intentar adherirlo a su cuerpo pero no lo consigue. Kagura se rebela pero es consciente de que si escapa morirá porque Naraku tiene su corazón, aun así empieza a dar guerra como traidora que no tiene a nadie de su parte y, por algún motivo misterioso, intenta que Sesshômaru la ayude pero, evidentemente, él no accede. Naraku intenta utilizar a la sacerdotisa negra Tsubaki para matar a Kagome pero tampoco lo consigue.
Naraku intenta deshacerse de su humanidad y así expulsa de sí mismo a Onigumo que como no recuerda quien es, se hace llamar Musô y se encuentra con el grupo de Inu-yasha pero al final Naraku se da cuenta de que necesita esa parte humana para sobrevivir ya que es el eje que mantiene unidos todos los demonios que lo componen y no podrá deshacerse de él hasta que consiga completar la esfera de los cuatro espíritus. De esta manera, se descubre que Naraku realmente es un semidemonio y que, por lo tanto, tiene más puntos débiles de los que aparentaba.
Finalmente, como Inu-yasha después de ir dando vueltas por el mundo ha conseguido fortalecer la Tessaiga lo suficiente como para destruir su barrera, Naraku huye. Y es buscando su rastro desaparecido que se empiezan a reunir todos los demonios (y semidemonios y espectros y humanos…) que quieren matarle rumbo al nordeste y se encuentran con el grupo de los siete… Que acaba de aparecer pero que sé que ocupará bastantes tomos. Supongo que a partir de aquí empieza a hacerse pesado para muchos pero esta saga me gustó bastante en el anime así que veremos qué opino del manga.
Me gusta mucho el anime de Inuyasha, pero no tanto para hacerme el manga.
ResponderEliminarPorque vamos, ¿a quien se le ocurre hacer tantos tomos? ya Naraku me recordaba a Jason de viernes 13 o freddie: que no se morian ni aunque los picaras en trocitos.
No he visto el anime ni he leído el manga... pero después del fiasco con ranma no creo que esta mujer sepa hacer finales buenos que valga la pena esperar tantos tomos
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