domingo, 27 de julio de 2014

American Horror Story

Como a estas alturas quizá ya sepáis, no soporto las películas de miedo. Quizá sería más apropiado decir que cuando alguien sugiere hacer una quedada para ver películas de miedo, salgo corriendo despavorida en dirección contraria. Es por esta aversión a los sustos que siempre había tenido reparos con American Horror Story. A pesar de todo, oí hablar tanto de ella por las redes sociales que al final me animé. Y el veredicto es que a pesar de los malos ratos, vale muchísimo la pena.


Vivien encuentra a su marido Ben poniéndole los cuernos con una de sus alumnas poco después de haber sufrido un aborto. Con el objetivo de arreglar las cosas y darse una segunda oportunidad, el matrimonio decide mudarse junto con su hija adolescente Violet a Los Ángeles. La casa es increíblemente barata teniendo en cuenta sus dimensiones por lo que Marcy, la agente de la inmobiliaria, se ve obligada a confesarles que los anteriores dueños se suicidaron. Sin embargo, con el paso de los capítulos, la familia Harmon descubrirá que Chad y Patrick no fueron, ni muchísimo menos, los primeros muertos en la casa.

La idea de esta serie es fascinante. Las "casas encantadas" forman parte de la cultura popular pero nunca se me hubiese ocurrido enfocar el asunto de esta manera. Así, los estira y afloja de Vivien y Ben intentando reparar su deteriorado matrimonio y las dificultades para integrarse de Violet se intercalarán con un elenco de personajes de lo más variopintos para los que la casa ha significado mucho en algún momento de sus vidas.

Después de ver AHS no puedo evitar pensar que Alex Breckenridge
valdría como actriz porno (a ver si adivináis cuál de las dos es)
Así tenemos a personajes cada vez más perturbados como Constance, que asesinó a su marido y a su criada cuando descubrió que tenían una aventura, y que maltrataba a todos sus hijos de una u otra forma. Por otro lado, está Larry, un hombre que se presenta a sí mismo como un expresidiario al que han puesto en libertad porque tiene un tumor cerebral y que confiesa haber matado a su mujer y sus dos hijas pequeñas quemando la casa. No me olvido de Moira, la criada, que insiste en trabajar para los Harmon como ya lo hiciera para los anteriores propietarios de la casa; este es uno de los personajes que desde buen principio identificamos como sobrenatural ya que se presenta como una joven sexy y con lencería sugerente ante los hombres pero como una anciana ajada por la edad para las mujeres. Uno de los personajes más misteriosos es Tate, un psicópata en ciernes que visita al Dr. Harmon (Ben es psiquiatra) y que enseguida se interesa por su hija Violet. Por último, otro personaje recurrente es Hayden, la amante de Ben, que no dudará en seguir a la familia Harmon hasta Los Angeles...

Éramos pocos y...
Por supuesto, son muchísimos más los personajes que aparecen en esta serie y prácticamente todos están mentalmente desequilibrados. Desde cirujanos locos con delirios de grandeza hasta mujeres resentidas, psicópatas y jóvenes aspirantes a actrices, pasando por parejas mal avenidas y gemelos problemáticos.

Pero bueno, estoy hablando mucho de los personajes "secundarios" y casi no os he dicho nada de los inquilinos de la casa en cuestión. Vivien es una mujer deprimida, rota por el aborto y por la infidelidad y al borde de la histeria desde el primer capítulo. Ben se presenta como un hombre bastante disperso y que difícilmente se gana el favor del público. Violet es una adolescente inteligente que no acaba de encajar con sus compañeros y que enseguida siente una conexión con la casa.

Confieso que no pude evitar enamorarme de Tate
Al margen de una trama muy bien planteada, con giros de guión inesperados e información proporcionada en pequeñas dosis para mantener la incertidumbre del espectador, uno de los puntos fuertes de la serie son los diálogos. Porque a pesar de las circunstancias, los personajes que aparecen en la serie siguen siendo "normales" y leer sus líneas en escenarios tan inverosímiles acaba por hacerte reír en lugar de horrorizarte. De hecho, esta es la tónica de la serie, que te asusta bastante en los primeros capítulos y, progresivamente, te va haciendo reír a carcajadas conforme se acerca la finale.

Mención especial al capítulo doble dedicado a Halloween que fue cuando se me empezaron a revolver las tripas de verdad y dónde por fin todo empezó a cobrar algo de sentido (si os animo con mi reseña, tened paciencia hasta entonces, en los dos o tres primeros capítulos no se entiende casi nada de lo que ocurre).

Adorable, isn't it?
Otro detalle que alabar de esta serie son los efectos especiales ya que son muchas las heridas y anormalidades que hay que recrear con maquillaje y ni una sola resulta fuera de lugar o exagerada. Y de alabanza son también las actuaciones de algunos de los actores, en especial, de Jessica Lange.

En resumen, una serie de miedo que os recomienda alguien que no soporta las series de miedo (y eso no significa para nada que la serie no dé miedo porque di más de un bote de la silla durante su visionado... y más de dos). Eso tiene que contar para algo. Ah y, ya sabéis, mejor que no entréis en la casa...

El que avisa no es traidor

jueves, 24 de julio de 2014

¡Más películas!

Hoy os traigo otro conjunto de mini-reseñas peliculeras (que vi en abril, ojo al dato), empezando por 300: El origen de un imperio.


Iba algo aterrada pensando que no era más que una secuela comercial que no estaría a la altura de la original y que habían producido con el único pretexto de exprimir un poco más la naranja pero la verdad es que salí del cine bien contenta. Una de las cosas que me tenía mosqueada antes de verla era la existencia de Artemisia porque me parecía ridículo que se inventaran un personaje femenino que liderara un ejército persa hace miles de años en una sociedad terriblemente machista pero ¡oh, sorpresa! ¡Artemisia existió de verdad! Me fascina que hace 2500 años una mujer liderara las fuerzas militares persas y, solo por eso, ya doy gracias a esta secuela por habérmelo enseñado. Por supuesto, El origen de un imperio no le llega ni a la suela del zapato al 300 original pero eso no significa que no sea una gran película en sí misma. Le falta epicidad pero lo suple con ingenio. Además, no faltan los efectos especiales, la narración pausada, las batallas, la sangre y la violencia pero todo con ese aire de majestuosidad que evocan ambas películas y que hacen que la guerra y la muerte parezcan algo bello. Como no podía ser de otra forma, hay algunas cosas que me indignaron como el sexo innecesario e incongruente o cierta venganza consumada de forma muy personal... pero, en líneas generales, disfruté mucho de la película así que la recomiendo.


Cambiando totalmente de tercio, os traslado a principios del siglo pasado para hablaros de Un método peligroso, una película más o menos histórica que explica (tomándose ciertas licencias supongo aunque no tantas como 300 claro) la relación tanto personal como profesional entre Sigmund Freud, Carl Jung y Sabina Spielrein. No lo voy a suavizar: esta película es un bodrio. Fui a verla con muchas ganas porque me producía mucha curiosidad pero se mezclan las absurdas creencias de Freud (obsesionado con ligar cualquier trastorno mental al sexo de una u otra forma), la patética personalidad de Jung (que conforme avanzaba la peli me iba dando más y más asco) y la exagerada actuación de Keira Knightley en su papel de demente que me pareció demasiado forzada y alejada de la realidad. Si todo esto no fuera suficientemente malo de por sí, la sucesión de hechos es, en varias ocasiones, aleatoria y va saltando de un año a otro sin aparente justificación. Las conversaciones con Freud son soporíferas, empezamos a ver la película después de cenar y tuvimos que posponerla a la mañana siguiente porque caímos rendidos ante tal falta de argumento.


Aprovechando los miércoles al cine por 3,90€ fuimos a ver The Amazing Spiderman 2 que, si os soy sincera, me decepcionó bastante y me gustó menos que su primera parte (o quizá están ahí ahí, que tampoco recuerdo tanto la primera cómo para decidir cuál tiene menos errores garrafales). Pero es que esta segunda película es una consecución de sinsentidos terrible. Y no me veo capaz de hablar de las incongruencias sin hacer spoilers así que ya sabéis, de todas formas, no haré spoilers directos de la trama sino de pequeños detalles, avisados estáis. No me meto con el origen de Electro porque supongo que en los cómics es así y a la mierda el rigor científico (que sí, que en la ficción puede haber rigor, de verdad) pero es que Max es una especie de técnico extremadamente inteligente e introvertido al que le roban impunemente sus ideas... y ¿él lo acepta tal cual? Vale que sea un pusilánime pero ¿qué necesidad tenían en Oscorp de robarle? ¿por qué no pagarle sus diseños y motivarle a trabajar con ellos...? ¿Es que tienen que ser todos maquiavélicos para trabajar en la empresa? Y luego está Harry Osborn, cuyas acciones, razonamientos y habilidades están más allá de toda lógica. Como lo de experimentar con un hombre hecho de electricidad en un psiquiátrico. Como lo de que dicho hombre pueda descomponerse y recomponerse (porque está hecho de electricidad) con la ropa (no eléctrica) incluida. Aunque nada es peor que la forma en que Peter rompe accidentalmente la calculadora... estoy harta de ese recurso argumental en que un protagonista decide abandonar una búsqueda y justo entonces descubre de la manera más aleatoria y accidental una pista que le devuelva la esperanza. Pero es que la cosa se pone peor, estaciones de metro abandonadas, sistemas secretos que se activan cuando te pones a aporrear la pared más cercana sin orden ni concierto, ordenadores que llevan 20 años sin usarse y que funcionan perfectamente, científicos que mueren enviando un puto vídeo que no revela nada y así hasta el infinito. Mucha indignación en general.


Y, con cierto retraso, por fin pude ir al cine a ver Ocho Apellidos Vascos. Creo que fui justo después de que anunciaran que, finalmente, se había convertido de forma oficial en la película española más taquillera de la historia. Ocho Apellidos Vascos es una comedia. Y todas las críticas positivas que ha recibido (entre las que incluyo la mía) hacen referencia a que es una muy buena comedia. Por supuesto que no se trata de una historia precisamente realista. Ni de un drama existencial. Ni de un filme filosófico para meditar sobre el sentido de la vida. Con un elenco muy bien escogido y una cantidad ingente de bromas fáciles, le va arrancando carcajadas a los espectadores en casi todas las escenas. Así que si lo que te apetece es reírte un rato sin pensar en nada, esta es tu película. Supongo que la respuesta masiva por parte del público respecto a este estreno podría significar que últimamente nos hacen falta motivos para desconectar y reírnos un rato. Personalmente, me encantó, se me escaparon las lágrimas de tanto reír y ya tengo ganas de volverla a ver. Una imprescindible.


Y me dejo para el final, como siempre, los revisionados: En Llamas (¡pero si la viste hace nada! Lo sé lo sé) y X-Men First Class. Sobre En Llamas... quizá es porque hace poco que la vi por primera vez pero no me ha gustado tanto esta vez. Sigo pensando que es una adaptación mucho más fiel pero... recuerdo que cuando leí este libro fue peor que una drogadicción, necesitaba seguir leyendo hasta en horas de clase. Al utilizar el recurso animado, lo lógico sería pensar que esta sensación de "querer saber más" debería acrecentarse pero no es así... al contrario, resulta aburrida en algunos momentos.

En cuanto a X-Men, me lo he vuelto a pasar genial viéndola aunque esta vez me ha chirriado muchísimo más la idea de "mutante" aunque claro, si esto ya es así en los cómics, poco se puede hacer en la adaptación para darle credibilidad o base científica. Encuentro esta nueva saga mucho mejor que la trilogía original (y que Lobezno Inmortal, desde luego). Entrañable.

miércoles, 23 de julio de 2014

Leal

En realidad, desde que acabé (y reseñé) Guerra Mundial Z he leído la trilogía de La Fundación pero como no logro inspirarme del todo para escribir sobre ella (mi idea es conseguir decir algo más a parte de que Asimov fue Dios) y Leal es el típico libro juvenil ligero cuya reseña casi se escribe sola he decidido darle prioridad en el blog. Al ser el final de una saga tengo muchas ganas de discutir sobre el final así que he dividido la reseña en dos partes: primero, la reseña, sin spoilers, y segundo, un debate conmigo misma sobre el bodrio de desarrollo y de final que Veronica Roth intenta colarnos por la escuadra.


Tras rebelarse contra el levantamiento de los abandonados, Tris consigue que los miembros de todas las facciones escuchen el mensaje de Edith Prior. Esto la convierte automáticamente en rebelde pero, con la ayuda de Tobias, consigue escapar. Después de toda una vida de confinamiento, un grupo de leales decide ir más allá de la verja y enfrentarse al mundo exterior por primera vez.

En una palabra, lo que me ha despertado este libro no es otra cosa que decepción. Si habéis leído mis anteriores reseñas de Divergente e Insurgente sabréis que ninguno me convenció demasiado pero tenía puestas las esperanzas en este final porque prometía otorgar algo de coherencia a las dos primeras partes de esta trilogía.

De hecho, lo intenta. Está claro que esa es la parte de Leal que Veronica Roth debía de tener en la cabeza desde que empezó a escribir la saga y, efectivamente, consigue sostener la imposible estructuración de la ciudad en facciones. El problema es que esta solución milagrosa tiene, a su vez, una fuga de coherencia interna. En el momento en que no hay nada que sostenga la solución esta deja de ser válida.

Y es que la señorita Roth cometió un error: se metió en la biología y de ahí era muy difícil salir airosa. En Insurgente y con el tema de las regiones cerebrales y su relación con ciertas actitudes/emociones humanas sí que tenía todo más o menos sentido (creo recordar, a saber que pensaría si lo releyera ahora) pero es que ahora... aplica la eugenesia en toda una generación y se queda tan ancha.

A parte, está el tema de los puntos de vista en el que muy ingeniosamente (perdonad por el sarcasmo pero es que hay clichés que empiezan a dolerme) decide darle voz a Tobias y no solo a Tris. Lo que podría haber sido una buena idea, lo que podría haber aportado información nueva, lo que podría haber dado precisamente eso: un nuevo punto de vista. Pero la verdad es que Tobias no aporta absolutamente nada, no revela ni una sola gota de información que no pudiéramos saber de parte de Tris. Es más, sobre todo al principio, tiene pensamientos absurdos que, claramente, la autora ha puesto ahí porque es la primera vez que nos metemos en su cabeza pero se trata de detalles que el personaje pensó genuinamente durante los dos libros anteriores y que sobran en Leal.

Que por cierto, sigo pensando que lo único bueno de esta saga es la relación entre Tris y Tobias, en el sentido de que es realista. Ya no digo realista para sus circunstancias sino realista en el sentido de que son un par de adolescentes enamorados que no saben cómo llevar su relación y me encantan todas y cada una de sus discusiones. Supongo que una relación amorosa adolescente es lo único que puede haber vivido Veronica Roth (a sus 25 años) como para poder reflejarlo en un libro con verosimilitud.

La cuestión es que, al margen de lo graciosos que resultan Tris y Tobias en su torpeza primeriza, el resto de la trama es cansina. Por una parte, cuenta con un inicio excesivamente precipitado. Por otra, el desarrollo es lento con ganas y tras una muy breve explicación del por qué de las facciones, salta a una serie de rebeliones que no hacen más que repetir la estructura de las de Insurgente con lo que da la sensación de estar leyendo exactamente lo mismo de siempre solo que con bandos distintos.

A pesar de que Tris me caía bien en un principio (no la adoraba ni era mi modelo a seguir pero al menos me caía simpática), en Leal se convierte en una sabelotodo metomentodo con complejo de heroína y que al parecer goza de superioridad moral respecto a sus iguales. Tobias... me aburre. De hecho, hubo muchas ocasiones en las que leyendo sus capítulos pensaba que la que hablaba era Tris y no me daba cuenta de mi error hasta que no hablaba de sí mismo en masculino o, más frecuentemente, hablaba de la propia Tris en tercera persona.

En resumen (y antes de desahogarme un poquito más en mi lluvia de spoilers), Leal le pone el broche de oro a una trilogía insulsa e incoherente con personajes sin carisma alguno y un final horroroso que no le ha gustado a nadie.

¡Spoilers!

Ha pasado tanto tiempo desde que acabé la lectura de este libro (a pesar de lo que comento al principio de la entrada, no escribáis reseñas a parches, no suele acabar bien) que no tengo demasiadas ganas de hacerme mala sangre (he acabado el máster, estoy de vacaciones y soy feliz) y, encima, no tengo a mano el libro porque, gracias a dios, me lo prestaron (no he gastado ni un euro en esta trilogía) así que es probable que sea mucho más breve de lo que quise en su momento. Me voy a centrar en tres cosas que sí recuerdo con bastante claridad y que me molestaron sobremanera:

1) Cuando Tobias se une a los rebeldes genéticamente defectuosos (qué puto asco de calificación, de verdad) y contribuye en su rebelión, todo el mundo (incluida Tris, incluido él mismo) le culpa de la muerte de Uriah. Puedo entender que Tobias se sienta culpable pero es que la forma en que Tris se aleja de él porque lo juzga responsable del incidente sigue la misma lógica que le hizo a Katniss repudiar de Gale en Sinsajo: NINGUNA.

2) Por qué hay decenas de rebeldes y tiene que ser Caleb el que se suicide para lograr el plan. Por qué nadie se da cuenta de que Tris jamás permitiría algo así. Por qué a Tris no le afecta un gas tóxico. Por qué es Tris inmune. Desde cuándo la personalidad o la moralidad o cualquier mutación que afecte de alguna forma a la conciencia y a otros conceptos esotéricos que, en cualquier caso, se localizan en el sistema nervioso, hacen a Tris inmune a un producto químico que mata. Y de qué demonios sirve que sea una especie de diosa inmune a todo si la acaban matando con una bala.

3) Todo el asunto de las modificaciones genéticas es tan falso, absurdo e incoherente que me daban ganas de llorar. Aunque se pudieran aislar genes de la compasión o de la bondad (que, lógicamente, no se puede), aunque se pudieran modificar sin generar abortos, ¿en qué universo paralelo un grupo de científicos inteligentes y capaces decidiría aislar a un grupo de gente "defectuosa" esperando que, mágicamente, con el transcurso de las generaciones, las mutaciones desaparecieran? Es que precisamente Tris que se supone que es genuinamente pura era un artefacto. Tris era genéticamente pura porque su madre lo era también, porque su madre no formaba parte del experimento, por lo que no hay ningún éxito en que su genoma sea tan perfecto, no desciende de gente genéticamente defectuosa. Por otra parte, y en línea con esto de las modificaciones genéticas, que un gen marcador de la divergencia (y recordemos que ahora resulta que ser divergente es ser genéticamente puro) sea estar consciente en las simulaciones es, simple y llanamente, una mierda pinchada en un palo. No no no. Los genes marcadores existen, de acuerdo. Pero no funcionan así. No es algo tan absurdamente sofisticado. Es más, cómo diseñas un gen que controle el hecho de ser consciente durante una simulación. No. Pero lo peor de todo es que si metes a un montón de gente genéticamente defectuosa que no tiene el puto marcador, no se va a generar espontáneamente en sus descendientes junto con una cura genética. ¡NO TIENE NINGÚN SENTIDO! Y con esto podría seguir ad eternum porque otra "maravilla tecnológica" que sueltan son unos ¿nanorobots? que se inyectan vía sanguínea y se dirigen al núcleo de las células para leer ciertas mutaciones puntuales en busca de la divergencia (os contaré un secreto: el ADN se encuentra extremadamente empaquetado en todas y cada una de nuestras células porque, si no, no cabría en un espacio tan pequeño; es decir, para poder secuenciarlo y detectar mutaciones, primero hay que extraerlo y desnaturalizarlo o es imposible leerlo).

Fin spoilers

Para acabar solo quiero decir que por primera vez en años estuve a punto de no acabar de leer este libro de lo mortalmente aburrido que me pareció. Hay muchas más cosas terribles, no caben en una reseña que se pueda leer en un solo día, pero, por si os sobra el tiempo, os enlazo otra opinión sobre este bodrio, me entretuvo mucho más que el libro en sí.

PD: de los pocos desgraciados que saben dibujar y han leído este libro ya parece que ninguno se ha animado a hacer ningún fanart con el que amenizar un poco la entrada. De hecho, los pocos que encontré hacían todos referencia al final, lo que sustenta mi visión de que no pasa nada relevante en todo el libro.

martes, 22 de julio de 2014

Mastodonte

Un cadáver exquisito, según la wikipedia, es una composición artística (que puede desarrollarse en las ramas de la ilustración, la poesía y, por supuesto, el cómic) en que varios autores participan de una misma obra teniendo acceso solo al último fragmento del aporte del autor anterior.

Como celebración del décimo aniversario de la editorial Dibbuks, se planteó un proyecto colaborativo entre un total de 32 autores y así nació Mastodonte. Aunque la portada me tiraba muchísimo para atrás, una vez hojeado el tomo y sabiendo ya que estaba ante un cómic colaborativo (por lo que la portada es muy poco representativa), me lo compré sin pensarlo dos veces.


Juanjo y Bea son dos autores noveles que pretenden debutar con Mastodon Editions. Sin embargo, tras una primera entrevista satisfactoria, un gato malvado les roba las carpetas con los originales lo que les llevará a una aventura de lo más surrealista en que deberán luchar contra esbirros disfrazados de pollo, alienígenas de la más diversa procedencia y, lo más peligroso, a las tendencias del mundo del cómic y los fans.

Hacía mucho que no tenía tantos sentimientos encontrados:

Por un lado, el cómic funciona muy bien a modo de catálogo de una gran cantidad de artistas con estilos y temáticas muy distintos. Además, se retrata la situación del cómic en España hablando tanto de autores como de editores; no faltan las bromas sobre la cruda situación actual, lo difícil que es que te publiquen y lo tristemente populares que son los reality shows, a cada cual más absurdo. ¡Y hay un gato!


Por el otro, si bien en un primer momento me negué a creer que 32 autores hubieran realizado una obra unitaria de poco más de 100 páginas sin tener ninguna clase de comunicación entre ellos, acabé creyéndolo... por los errores. Entiendo que es difícil seguir una historia ajena sin apenas pistas pero, de ahí a ser completamente incoherente hay un trecho. Veo muchas posibilidades desaprovechadas e infinitos cabos sueltos además de cosas que, directamente, no tienen sentido.

Supongo que era inevitable que la cosa se fuera de madre pero no dejo de pensar que esta historia sin necesidad de elementos paranormales hubiera funcionado mucho mejor. O quizá no. Quién sabe. Lo que me irrita es que hay algunas transiciones de autor a autor que son casi imposibles de seguir.


Por poner algunos ejemplos que creo que son bastante reveladores, al principio nos encontramos próximos a la 69ª edición del Salón del Cómic, unos cuantos autores después Linhart decide hacer un salto temporal de un año y, poco más tarde, Bonales hace, de nuevo, otro salto de un año situándonos en la 70ª edición de este mismo salón. Además, en los múltiples flashbacks de la presunta no-relación entre Juanjo y Bea, Pedro Pérez relata cómo estos dos llegaron a acostarse ANTES de la escena inicial del cómic, donde se supone que se acababan de conocer. Por último, y quizá el detalle más molesto, la aportación de Alfonso Azpiri está totalmente fuera de lugar, descontextualizada y no encaja con ninguna de las aportaciones anteriores.

Pero la cuestión es que a pesar de todos estos errores, la obra en su conjunto sigue atrayéndome y admiro la capacidad de algunos de los autores participantes de ligarlo todo de forma que tenga sentido trabajando con un material que limita tanto las posibilidades.


Mastodonte es una crítica mordaz de la dura situación que vive el cómic en España, de lo difícil que es conseguir una publicación, de lo imposible que resulta recibir un pago justo por tu trabajo, de lo que vende y a lo que se expone un autor ante la palabra "adaptación"; con múltiples referencias a la autodestrucción inherente a la pretensión de querer vivir del mundo del cómic. 

Aplaudo por tanto el trabajo de estos 32 artistas que han unido lápices y pinceles para crear este cadáver exquisito. La elección de si los errores presentes son un ultraje al lector o una característica única de esta obra que solo le otorga valor añadido, os la dejo a vosotros.

domingo, 13 de julio de 2014

Últimas lecturas


Después de Black Butler #14, la siguiente novedad de Norma en caer fue, como no podía ser de otra forma, Silver Spoon #7. Quizá es que cualquier cosa que toquen las manos de Hiromu Arakawa se convierte en algo excepcional. Silver Spoon sigue siendo una historia de cerdos, vacas y caballos, el día a día de un puñado de estudiantes y, sobre todo, de las pajas mentales de Hachiken. Y pocos mangas más adictivos, entretenidos, divertidos y enriquecedores he comprado. Después de todo el esfuerzo que le puso Hachiken al festival, no pudo asistir al mismo de puro agotamiento físico lo que le convierte en un personaje aún más desgraciado. Sin embargo, la presencia de Aki es más que suficiente para devolverle las ganas de vivir y, rápidamente, el festival queda atrás y todos los estudiantes de Yezo se concentran en el campeonato de béisbol que significa tanto para Komaba. Quizá la genialidad de Silver Spoon recae en que es una historia de incertidumbre, decepciones y cosas que no siempre van como se habían planeado ya que, al fin y al cabo, así es la vida, la de verdad, esa que tan difícilmente queda reflejada en la ficción por más que se esfuercen sus autores.


Hacía tantísimos meses (¡desde agosto esperando!) desde que salió el décimo tomo que apenas recordaba nada de por donde me quedé con Blue Exorcist. Y no se puede decir que pase gran cosa en este tomo... el tema de los misterios lo han resuelto como si nada y me molestó que hablaran de un cuadro poseído por un cambiaformas y que aparentemente todos vean a la misma mujer... por lo demás, se avanza muy poco (por no decir nada) en la trama principal y Shiemi cada vez me saca más de quicio. Eso sí, hacia el final hay un giro inesperado que promete dar pie a un arco más largo y revelador que este último.

Acabando con las novedades de Norma (de la entrada, que no de las que tengo pendientes todavía) ya iba siendo hora de atacar Ataque a los Titanes #8 (la redundancia ha sido sin querer, lo juro), tomo en el que al fin se desvela la identidad del titán hembra (que yo ya me había spoileado hace un tiempo por un fanart y por las pistas cada vez más evidentes que se van dando). Y si solo se tratara de eso diría que no ha sido una gran lectura... pero Isayama se cubre las espaldas dando una sorpresa de esas que sí son realmente impredecibles al final del tomo. Es un no parar este manga.


Y de Norma me paso a Ivrea con un tomo que sí esperaba como agua de mayo (y si no me acordaba de nada en Blue Exorcist cuyo último tomo salió el verano pasado... imaginad D.Gray-Man que el tomo #23 se remonta al 2012): D.Gray-Man #24. Como os podéis imaginar, no me acordaba de nada de nada pero me conformé con la sinopsis de "la historia hasta ahora" y creo que, milagrosamente, fue suficiente para seguir la trama. ¡Menuda sorpresa más agradable me llevé al toparme con páginas a color! Vale que sean solo dos pero es toda una mejora respecto a la edición de EDT. Y bien, sobre el tomo en sí... la verdad es que es todo cada vez más y más caótico incorporando flashbacks y con Allen sufriendo ataques de personalidad múltiple. Link me genera mucha curiosidad y me alegro de que Kanda haya vuelto para quedarse (más o menos) pero me preocupa Lavi... Al menos parece que la autora se ha decidido a contar otro poquito más sobre Mana, Nea y los Noé... Para cuando salga el tomo #25 (si es que sale) voy a tener que releer otra vez los 24 tomos y hacerme un croquis porque menudo cacao mental.


Pasarme a Ivrea significa, por supuesto, pasarme al shôjo y el primer tomo al que le he hincado el diente esta vez ha sido Akuma to Love Song #8. Y la verdad es que está siendo toda una decepción. Es algo que llevo pensando desde hace meses y lo único que me faltaba es que cuando por fin despachan a la pesada de Anna, aparezca otro chico interesado en Maria (eran pocos y parió la abuela) y que encima sea tan pero que tan pesado... Aunque lo que más me cabrea es el tema de [SPOILER] que Meguro se aleje de Maria y no solo eso sino que encima aleje a los demás también de ella para que no recuerde que su madre se suicidó "por su culpa". Es tan absurdo pretender proteger a alguien a base de aislarle y hacerle sufrir aún más; si es que está claro que antes o después se va a tener que acordar, pues cuánto antes mejor y más tiempo para curar la herida que la pobre va a acabar loca perdida o, peor aún, liándose con el nuevo[/SPOILER]. Un manga que empezó prometiendo una historia un poco distinta ha acabado restregándose en todos los clichés del género y de la peor de las maneras. Miedo me dan los cinco tomos que me quedan aún por delante... 

Por último, he acabado de leer oficialmente Strobe Edge aunque ya me leí este último tomo muy ilegalmente por internet cuando acabé con el noveno porque necesitaba saber cómo acababa todo al final (es decir, confirmarlo más bien porque no es como si fuera una sorpresa lo que pasa). Y es un final que releería mil veces. Es tan bonito, tan dulce, tan bonito, tan dulce, ¡tan bonito y tan dulce! Ninako y Ren hacen la mejor de las parejas posibles y todo queda bien atado. Las dos historias cortas del final también son una monada. Y es que no tengo nada más que añadir... Strobe Edge ha sido una cucada de principio a final, ojalá Ivrea se anime con otras obras de Io Sakisaka.

Moraleja: no llevéis series abiertas al día porque es una tor-tu-ra.

martes, 8 de julio de 2014

Hablemos de cosas que valen la pena

Los tentáculos del máster se han ido apropiando de mi vida de forma paulatina: no me dejan escribir en el blog, no me dejan leer, no me dejan quejarme del universo en twitter... Pero siguen pasando cosas destacables en lo que se refiere al manga en España y por fin encuentro un momento para recapitular un poquito.


Por un lado están los invitados confirmados para el XX Salón del manga que son, nada más y nada menos, Kengo Hanazawa (I am hero) y Takeshi Obata (dibujante de Bakuman, Death Note y All you need is kill). Ahí es nada. Por el momento solo podemos confirmar que algunos analistas ya están estimando el riesgo de desmayo, estampida y ataque al corazón que habrá entre los asistentes de esta edición.


Pero de lo que más se ha hablado estos días en las redes sociales... es de licencias. Norma se apuntó el primer tanto anunciando Aku no Hana, Las flores del mal, de Shuzo Oshimi. Es uno de esos títulos que tenía en la wish-list de bookdepository desde hace tiempo así que es probable que caiga. Alguien me la vendió hace mucho tiempo como un "sundome con dibujo bonito".


Norma dio el bombazo pero Milky Way se presentó con una avalancha: Suiiki, de Yuki Urushibara; Hideout, de Masasumi Kakizaki; y Kami-sama ga Uso o Tsuku, de Kaori Ozaki. No conocía ninguna de las tres pero tratándose de tomos únicos y una serie de dos tomos es fácil que todo acabe pasando por mis manos. De momento, la única que me tira un poco para atrás es Hideout porque parece muy cruda y ahora no me apetece ese tipo de lectura.


Por último, y lo más inesperado de TODO, ha sido la aparición estelar de Tomodomo. Una nueva editorial que han creado las chicas de Life in a Glasscase, que ya ha anunciado dos licencias y que está a punto de hacer lo propio con una tercera. Consiguieron llamar la atención de todo el mundo con el anuncio de Natsuyuki Rendezvous, Nieve en verano, de Haruka Kawachi, un josei de cuatro tomos, ¡el género olvidado! Además, teniendo en cuenta que hablamos de las editoras de un fanzine exclusivamente versado en el BL, era de esperar que el primer anuncio fuera shonen ai o yaoi... pero no, se esperaron al segundo: Seven Days, de Venio Tachibana y Rihito Takarai, que creo que es precisamente el título BL que me recomendaron hace tiempo para demostrarme que no todo el yaoi está lleno de clichés y que había pensado en comprar en inglés así que parece que voy a estrenarme con este género después de tantos años de rehuirlo. Y por último... ¡la tercera licencia es de Asumiko Nakamura! Aún no se sabe cuál pero sí que es de ella: la fantástica autora de Utsubora.

Edito con más novedades. Se confirma que la tercera y última (de momento) licencia de Ediciones Tomodomo es el tándem formado por Doukyusei y Sotsugyosei que editarán de forma conjunta como una serie de tres tomos titulada En la misma clase.

Sin embargo, el motivo de editar la entrada no se debe exclusivamente al anuncio oficial de la licencia de Asumiko Nakamura sino a otras dos editoriales que se han sumado al carro:


Por un lado, Ivrea trae la tan conocida Junjou Romantica, un BL que, hasta donde sé, es muy popular entre las fujoshis. En este caso estoy bastante segura de ser capaz de resistir a la tentación puesto que el argumento no me llama nada y su estatus de serie abierta con 18 tomos no ayuda precisamente. De todas formas espero que la apuesta les salga bien y contribuyan a un mercado manga más variado en España.


Por último, Letrablanka ha anunciado también una licencia: City Hall. De este título me está costando más encontrar información pero os puedo decir que es un cómic francés de estética manga y... poca cosa más. De todas formas es sorprendente ya que, si no me equivoco, todos los títulos de esta editorial hasta ahora eran de autores españoles y acaban de ampliar fronteras, lo que siempre es buena señal.


Ah, y aprovechando que edito la entrada, un tercer invitado del XX Salón del Manga es Ken Niimura, autor de Soy una matagigantes, Zero y Henshin, todos licenciados por Norma. Así me gano el favor de Luis.


Pero no termino todavía. Dejando de lado invitados y licencias, no puedo dejar de insistiros para que participéis en el crowdfunding para el segundo tomo de ART88/46 que necesita recaudar otros 1200€ en las próximas dos semanas y que cuenta con jugosas nuevas recompensas.


Y ya para acabar, no olvidéis que con el verano no solo ha empezado la calor sino también la nueva temporada de Caniculadas que ya cuenta con dos semanas monográficas, una por Clara Soriano y la otra por Natacha Bustos. No tienen pérdida.

Como espero que todos estéis admirando, habréis notado que hay algo nuevo en el blog ♥ Ya hablaré sobre ello en detalle cuando tenga más tiempo, por hoy lo dejo aquí.

lunes, 7 de julio de 2014

Delusional miasma

Hace ya casi año y medio que os expliqué de dónde saqué lo de Morphallaxis. Pues veréis, lo de "delusional miasma" no tiene ninguna gran explicación. Todas las construcciones que se me ocurrían ya estaban pilladas como URLs de blogger (Morphallaxis también por supuesto) y, al final, empecé a juntar palabras algo aleatorias que sonaban más o menos bien juntas. Por aquel entonces (cuando creé el blog) estaba leyendo Hana to Akuma (un shojo monérrimo que necesito que alguien licencie) en el que, al ser una historia sobre demonios y el inframundo, acaban hablando del miasma. Un concepto que por entonces no había oído/leído nunca.


Por otra parte, delusional fue una palabra que debí de leer probablemente en este mismo manga, o quizá la saqué de una canción pero el caso es que me enamoré de su sonoridad. Para mí, delusional vendría a ser algo como "que sufre delirios", "que no es real".


Así, la idea que a mí me evoca mi delusional miasma es mi propio cadáver, descomponiéndose, generando un miasma (que ha resultado ser lila) tras el cual tan solo permanece una paranoia psicodélica. Y Xulia fue la encargada de plasmar eso con sus lápices para que pudiera compartir mi visión con vosotros y que ya nunca se os olvide la url de mi blog. Es buena publicidad, ¿no creéis?