miércoles, 24 de febrero de 2016

El Fantasma de Gaudí

Como he comentado en múltiples ocasiones, soy una admiradora ferviente de la obra de Gaudí. Por eso quedé gratamente sorprendida cuando me topé con la portada de El fantasma de Gaudí, novela gráfica publicada hace unos meses por Dibbuks, cuya portada (de la versión en castellano) se enmarca en la Casa Batlló.


Toñi es una mujer normal y corriente, trabaja de cajera en un supermercado alejada de su hija adolescente, que vive con su abuela. Un buen día, impide que un hombre se suicide, justo en el punto exacto en que un tranvía arrolló a Antoni Gaudí en 1926 dejándolo herido de muerte. Simultáneamente, empiezan a aparecer cadáveres en las obras más emblemáticas del arquitecto catalán, y todas las víctimas habían participado de una u otra forma en la profanación de su legado. Al cargo del caso está el inspector Calvo, un policía que todo el mundo creía retirado, famoso por no detenerse ante nada.

El Fantasma de Gaudí es un despliegue artístico en que Jesús Alonso Iglesias hace gala de una técnica soberbia, representando con luz y color desde la Sagrada Familia y el Parc Güell hasta la Casa Batlló y la Pedrera. Tanto para los que hayáis podido ver estos enclaves en directo como para los que no, este cómic resulta toda una visita virtual que podría utilizarse ya no solo como lectura comiquera sino como libro de ilustraciones o catálogo del célebre artista. Los autores no se contentan, ni mucho menos, con mostrar alguna fachada imponente o algún emblema famoso, guionista y dibujante se recrean representando el no tan icónico interior de la Casa Batlló o la apenas conocida Casa Vicens que ni siquiera está abierta al público (¡aunque lo estará dentro de unos meses!). Además, también exponen algunos datos sobre la forma de trabajo de Gaudí.


En cuanto a la narración, podría decir que es muy correcta, con personajes más o menos creíbles, una secuencia de asesinatos estremecedores y una intriga en que el lector no adivina la verdad hasta que cae sobre él el desenlace del thriller. El Torres se ha preocupado de colocar todos los elementos necesarios para que empaticemos con los personajes, dotándoles de preocupaciones mundanas, a la vez que imagina una reacción de la prensa y los medios que considero muy acertada. Sin embargo, los personajes me siguen resultando demasiado novelescos, a caballo entre el mundo real y el ficticio.

Mientras que agradezco la avalancha de imágenes, no puedo decir lo mismo del aluvión de datos, teorías, símbolos y números que se dejan caer en monólogos precipitados de forma tan superficial que es sencillamente imposible comprender nada si una no está familiarizada con la simbología oculta de Gaudí (y yo no lo estoy). Entiendo que el objetivo es el de reflejar una mente perturbada y obsesionada pero me parece un desperdicio realizar tal tarea investigadora para luego derrocharla en cuadros de texto por los que nuestros ojos apenas se detienen unos segundos. Al plantearse como una historia de suspense creo que podría haberse nutrido de todos estos misterios sin resolver pero parece que el guionista decidió no meterse demasiado en el barro tras haberle dado muchas vueltas al enfoque del cómic (tal y comos nos cuenta en el epílogo).


Lo que desde luego no esperaba cuando tomé en mis manos este título, es que fuera a encontrarme tal cantidad de violencia explícita, incluyendo entrañas y tortura. Se trata de la última pieza necesaria para que la obra en su conjunto se sostenga pero me parecía oportuno comentarlo por si alguno de vosotros es en extremo sensible a este tipo de escenas.

En mi caso, me acerqué a El Fantasma de Gaudí en su edición catalana y aunque en general me haya parecido muy correcta (hasta he aprendido una nueva palabra, atzucac), ni entiendo por qué al traducir el título el fantasma se desdobló en varios ni me parece la mejor elección incluir de nuevo la portada catalana como material extra en el epílogo cuando la castellana no aparece por ninguna parte... cuando sería lo lógico.

En resumen, estoy segura de que cualquier fan de la obra de Antoni Gaudí disfrutará con las viñetas en mosaico de este volumen, imitando el trencadís. De igual forma, la trama de suspense respeta muy bien los tiempos y pausas necesarios, con una investigación policial cercana, enmarcada en uno de los escenarios más bonitos de Barcelona que también hará las delicias de los amantes del thriller más clásico.

2 comentarios:

  1. Tiene muy buena pinta, lo tendre en cuenta.
    Un beso

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  2. Lo que más me llama la atención de este cómic es poder ver como acercan las obras de gaudí al estilo del dibujante...
    La trama me parece interesante, aunque comentes que no esté muy bien llevada la investigación creo que si lo veo en la biblio le echaré un ojo!

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