viernes, 5 de mayo de 2017

Tsubasa: El Secreto de las Alas

No, no voy a hablaros del Tsubasa de CLAMP. Sí, Natsuki Takaya es la autora de Fruits Basket. Y, sí, aunque parezca mentira, Tsubasa: El Secreto de las Alas es un manga (demografía shōjo) que licenció y publicó Norma en España entre julio de 2007 y junio de 2008 (habiéndose publicado en Japón entre 1992 y 1998).

Sí, las portadas son todas así de feas
Por mucho que me apene decirlo, se trata de la típica obra menor que se ha escogido traer antes que otras mejores sólo porque Fruits Basket fue un éxito y así poder decir "de la autora de Fruits Basket" para vender más. Tsubasa grita por todos sus poros que su autora era aún una principiante cuando ideó su historia. El dibujo impersonal y basto refleja que aún le quedaba mucho camino por delante para llegar al estilo suave y preciosista que la caracteriza a día de hoy. El planteamiento de la historia, su desarrollo y también su desenlace denotan la inexperiencia de la autora, que quiso meterse en un berenjenal con un argumento de ciencia ficción que tira hacia lo sobrenatural en un mundo post-apocalíptico muy simplón. Y ni siquiera los personajes se pueden salvar de esta escabechina siendo la protagonista una Mary Sue insoportable, mientras que su contrapartida masculina es una especie de psicópata con personalidad múltiple.

Acabar de leer el primer tomo fue una tortura. Si bien es cierto que la serie va mejorando hasta que decae de nuevo en el último tomo (más o menos), tener que enfrentarme a esos primeros capítulos me hizo replantearme si venderme o no este manga sin haberlo leído siquiera. Pero le tengo demasiado aprecio a Natsuki Takaya por sus obras posteriores como para no darle una segunda oportunidad (y una tercera si hace falta). Para ser justa, muchas de las aparentes carencias al inicio de la historia se acaban revelando como sinsentidos premeditados con una explicación (aunque ésta no me convenza).


Empezando por la infantil, ingenua e impulsiva Kotobuki y terminando en el insensible, despiadado e impasible Raymon, todos y cada uno de los personajes que hacen acto de presencia en este manga son planos y superficiales hasta decir basta. No hay trasfondo ninguno. Está la loca que quiere participar en una bacanal y que va tirando bombas allá donde pasa, está el desalmado malnacido que mata por placer, está el rebelde al que no le importa absolutamente nada y que actúa sin pensar, pero no hay ningún personaje con suficiente desarrollo como para que una pueda ponerse en su lugar e intentar entender sus anhelos.

Solo Kotobuki es fácil de leer en ese sentido desde el momento en que se enamora perdidamente de Raymon y no hace otra cosa que desear estar con él las 24 horas del día, los 7 días de la semana, al más puro estilo shôjo de instituto en que la protagonista conoce el amor por primera vez ("oh, ¡qué manos tan grandes! ¡qué fuerza! ¡es un hombre! ¿qué será esta opresión que siento en mi pecho cuando pienso en él?"). Además, como le sigue ocurriendo en series posteriores, la autora tiene una obsesión que podría catalogarse de enfermiza en emparejar a todos los personajes protagonistas entre ellos con más acierto en unos casos que otros (mucho mejor los enamoramientos fugaces a primera vista y los emparejamientos por conveniencia que la indecencia de dejar a alguien soltero, que ya sabemos que sin pareja no se es feliz).


Tenía muchas ganas de incurrir en spoilers aquí pero como ya he reposado la lectura lo suficiente como para no necesitar hacer terapia vía blog, me limitaré a decir que el intento por hacer ciencia ficción le sale bastante mal a la autora... con muchas situaciones incongruentes y argumentos que querían ser muy elaborados que caen por su propio peso. En definitiva, y aunque me duela, no es una obra que recomiende, ni siquiera a fans de Natsuki Takaya, que alcanzó su zenit con la susodicha Furuba y ya no ha vuelto a crear nada que la alcance.

No quiero acabar esta reseña sin antes romper una lanza a favor de este manga porque, por supuesto, aún y con todas sus carencias no es un despropósito absoluto y tiene algunos detalles que lo salvan de la hoguera. A pesar de que, como personajes independientes, tanto Kotobuki como Raymon resultan insoportables (cada uno a su manera) y aunque su enamoramiento (a dos tiempos) me resulta de todo menos convincente, su relación es entrañable, se respetan mutuamente, y siempre están dispuestos a sacrificarse la una por el otro y viceversa. De la misma forma, y a diferencia de muchas otras historias de este tipo en que se plantean muchas preguntas o incógnitas sin respuesta posible, la autora le reconoce a los lectores el derecho a conocer la explicación de cada uno de los enigmas que planteaba la trama desde el principio. Como decía, se trata de respuestas que pecan por simplistas pero al menos no se trata de una nebulosa difusa fruto de la falta de ideas del autor (qué difícil es encontrar algún manga cuyo final nos satisfaga eh).


Termino la entrada con una reflexión: si hubiese leído este manga con 13 o 14 años estoy bastante convencida de que me habría parecido lo más de lo más (hacia el final se vuelve todo muy turbio) y, quizás ahora, al recordar su primera lectura, me invadiría la nostalgia y sería incapaz de verle todos los errores... Pero creo que no tengo lectores de esa franja de edad en el blog así que me mantengo en no recomendarlo.

5 comentarios:

  1. Creo que hacía tiempo que no escribías una reseña tan negativa!

    No conocía el manga, pero ahora seguro que no me acerco ni con un palo XD

    me quedo con la reflexión final sobre ya no ser el target de según que series :(

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    1. Ens fem grans =')

      PD: i a sobre a tu ni tan sols t'agradava Furuba oi?

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    2. doncs el què vaig llegir no! però em deies sempre que aguantés fins que sortís no-recordo-qui, cosa que no vaig fer... algun dia tinc pendent donar-li una altra oportunitat!

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  2. Coincido bastante con lo que dices de lo que recuerdo de mi lectura (sólo hasta el tomo 3). Manga muy mediocre con dibujo feíllo, pero a pesar de todo algo entretenido.

    Entiendo que esta obra no vendiera bien, pero me apena que La Melodía de las Estrellas no lograse conquistar al público. A pesar de todos sus defectos… pero hay shōjos mucho más tóxicos con mucha más repercusión. Y, jo, ¡el dibujo es monérrimo! >_<

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    1. Nunca entenderé el fracaso de La Melodía de las Estrellas. "Toxicismos" a parte, me pareció una historia preciosa... con muchísimo desarrollo de personajes que, al final, es lo que hace de Fruits Basket un manga tan remarcable. En cambio, con Liselotte parece que se ha estancado tanto que ni siquiera sea capaz de terminarlo ^^u

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