En realidad se miente mucho más

Hoy vengo a hablaros de un libro curioso. Nunca he tenido muy claros los géneros literarios y cuando voy a comprar un libro nunca sé muy bien en qué sección se supone que tengo que buscarlo. Parece ser que En realidad se miente mucho más se engloba en romántica contemporánea (o algo parecido). Lo digo porque creo que aun no había reseñado ningún libro por el estilo en el blog (aunque me gustan mucho) y no querría que os llevéis una idea equivocada pensando que es ciencia ficción o que se escribió hace un siglo.

Carolin Schütz es una chica de 26 años con un coeficiente intelectual de 158, que se está sacando su tercera carrera universitaria, que habla cinco idiomas, sabe tocar el clavicémbalo y la mandolina y se acaba de quedar viuda.

Carolin está totalmente destrozada y está viviendo provisionalmente con su hermana Mimi y su cuñado Ronnie, los que deciden, por su propio bienestar, que debería ir a una terapeuta, la señora Karthaus-Kürten. Pero esta mujer resulta ser una incompetente egocéntrica y poco profesional que no sabe controlar su curiosidad por la vida de Carolin.

Así es como esta empieza a escribir una especie de diario (por recomendación de la señora Karthaus-Kürten) en el que cuenta su infancia, lo mal que lo pasó desde pequeña por ser más inteligente que los demás, las dificultades para mantener una relación sentimental y así hasta llegar a cuando conoció a Karl y se enamoró perdidamente de él aunque tuviera 48 años y fuera el padre de su novio de entonces.

Esta historia se desarrolla paralelamente a la vida de viuda de Carolin que debe lidiar no solo con la loca de su terapeuta sino también con la familia de su difunto marido ya que resulta que poseía una nada despreciable herencia que decidió legar a Carolin sin decírselo nunca… Y ella ni siquiera tiene ganas de pelear por ella, ¿qué sentido tiene?

Pensándolo detenidamente, no se puede decir que el argumento sea muy original. Chica joven se enamora de hombre adulto, se casan, él se muere, ella se queda viuda y no sabe qué hacer con su vida. Es una especie de cóctel con algunos tópicos pero… No es un libro típico para nada. Para empezar está el tema de que Carolin tiene un coeficiente intelectual de 158, tiene tres carreras y habla no recuerdo cuantos idiomas. En realidad esta particularidad hace que el libro no me guste tanto (porque no puedes meterte en la piel de una persona tan excepcional como ella) pero a la vez lo hace entretenido. Y hace que no pienses en que quedarte viuda a los 26 años y ser heredera de una gran fortuna es un argumento desalentador.

Los libros que empiezan con la muerte de alguien para luego hacer un flashback suelen estar destinados a lectores masocas. Descubrir la relación tan preciosa que tuvieron Karl y Carolin es doloroso. Pero creo que en este libro, ese dolor está muy bien manejado.

Seguramente ese era el secreto: ninguna mentira, pero tampoco demasiadas verdades; así el mundo estaba en perfecto equilibrio.

El personaje de Carolin es fascinante. No es ningún bellezón, es chiquitita, nunca se maquilla, no tiene especial interés por la ropa ni los zapatos ni la manicura ni nada que se le parezca. Es inteligente, rebosa sarcasmo y está un poco desquiciada, aunque es normal. En realidad, es un personaje bastante idílico, leyendo el libro me entraban ganas de ser como ella aunque sea una maldita desgraciada y se pase el día lamentándose.

Todos los personajes que circulan por el libro son una pasada empezando por Mimi, la hermana mayor de Carolin. Es una mujer muy vital y es extremadamente buena persona. También está el farmacéutico repelente de la calle de enfrente y personajes como Leo, la Sierra Circular o la señora Karthaus-Kürten que aunque son de lo más odiosos son muy necesarios y encajan bien en la historia.

Las salidas que tiene Carolin ante cualquier situación son bastante surrealistas y de verdad que no puedes evitar reírte en más de una ocasión a pesar de ese argumento base. Además, creo que tiene un final perfecto porque, aunque es el tipo de historia que me gusta tanto que me gustaría que no acabara nunca, creo que tiene un final realista y bonito que es coherente con el resto del libro.

Es fascinante la evolución de Carolin durante el libro que va pasando casi sin darse cuenta por distintas fases del duelo y las va superando poco a poco.

Además, cada capítulo empieza con una cita y, normalmente, viene acompañada de un comentario de Carolin, no tiene pérdida:

<<La capacidad de sentirse feliz aun sin felicidad… eso es la felicidad>>

Marie von Erbner-Eschenbach

 

Por favor, leedlo dos veces. Y ahora sacudid la cabeza exasperados. Eso es. Me han dicho que eso de sentirse feliz sin felicidad solo funciona con cocaína.

Por desgracia no es bueno para la salud. Además de muy caro. Hum, e ilegal, desde luego. Así que mejor sigo siendo desgraciada y espero a encontrar alguna razón para poder sentirme feliz.

(La verdad es que me contentaría con poco.)

(Bueno, tampoco con tan poco.)

Así que recomiendo encarecidamente este libro a todo el mundo, eso sí, lo devoraréis en pocos días si es que conseguís que dure más de una tarde!!