sábado, 5 de octubre de 2013

Últimas lecturas

Nueva ronda, esta vez, de tomos en inglés. Aunque teniendo en cuenta la ardua tarea que conlleva leer un tomo de Ooku y que un tomo de Hana-Kimi vale, literalmente, por tres, es casi como si estuviera haciendo una tanda de 6 tomos otra vez xD


Empiezo por Bunny Drop #3, donde seguiremos de cerca las aventuras de la adorabilísima Rin y los quebraderos de cabeza de Daikichi. La verdad es que Yumi Unita se las maneja muy bien para tratar distintos temas relativos al cuidado de una niña pequeña mientras va conduciendo el hilo de la historia hacia adelante. Algo que me ha gustado mucho de este tomo es que Daikichi, siempre sincero y sin malicia alguna, se enfrasca en una conversación acerca de la desigualdad real que hay entre sexos para llevar a cabo ciertos trabajos sin darse cuenta de que eso le hace parecer sexista. Ha sido divertido ver como el resto de trabajadores se alarmaban y le decían que eso era un tema tabú. Supongo que es verdad, está mal visto decir que hombres y mujeres no son iguales aunque sea verdad. Por lo demás, Masako me intriga mucho, me pregunto qué será de su relación con Rin para cuando acabe Bunny Drop


Después de tantísimo tiempo (creo que ha pasado más de un año) me ha costado un poco reconectar con la historia de Mizuki y, de hecho, el primer tomo o así se me hizo muy pesado pero hacia el final del segundo tomo (el que sería el 11 de la edición original) ha obrado en mí el "efecto Hana-Kimi", que yo misma he bautizado, que consiste en engancharte endiabladamente a esta historia a pesar de lo absurda que resulta la mayoría de las veces. Es solo que Mizuki no podría caerme mejor y que hace demasiado bueno pareja con Sano. A pesar de lo que me entretiene no puedo evitar quejarme de que Mizuki haya acabado vestida de chica en un baile. Es jugar con fuego ya. Y siempre me indignaré con las autoras que crean las situaciones más rebuscadas con tal de darse el capricho de vestir de chicas a sus protagonistas travestidas. Aunque bueno, hablando de situaciones rebuscadas, veamos cómo de probable es que dos personas que se conocen en Japón se encuentren casualmente en Estados Unidos después... Como es un país pequeño. De hecho, no contenta con eso, Hisaya Nakajo también mete fantasmas en un capítulo que hace las veces de historia corta y unos abuelos de 51 y 54 años que parecen más jóvenes que sus propios hijos (y que sus nietos, si me apuras xD).

Es importante recordar que Nakatsu cree que Mizuki es un chico
Para acabar, Ooku #2, que me trajo muchos dolores de cabeza al principio ya que retrocede unos cuántos años en el tiempo de manera que todo lo asumido en el primer tomo no sirve prácticamente de nada ya que el lector tiene que resituarse en la historia para seguir el hilo del segundo tomo. Con este tomo me reafirmo en que a Fumi Yoshinaga le gusta el drama y le gusta torturar a sus personajes. Pero torturar... así, con saña. Violaciones (muchas, demasiadas), "suicidios", bebés y gatitos muertos, asesinatos varios... No voy a ser yo la que menosprecie el maltrato psicológico pero en Ooku se da una bonita mezcla entre el psicológico y el físico que rompería a cualquiera. El personaje de Kasuga me trastorna una barbaridad y espero que la autora se la quite de en medio próximamente porque es insoportable. Se trata de un tomo de lo más triste (mil veces más que el primero), tanto que parece mentira que en tan pocas páginas haya tal sucesión de desgracias. Con ganas y miedo a partes iguales de leer el siguiente.

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