Una portada como la de esta fulgurante reedición de la legendaria expedición de Shackleton desde el punto de vista de Luis Bustos era difícil de ser ignorada. Y aun así yo me las arreglé para obviar esta publicación incluso de mi lista de la compra. Hasta que fui a dar con este tomo por 10€ en el mercat y no me pude resistir claro.
Ernest Shackleton fue un hombre probablemente tan carismático como testarudo. Tras dos expediciones previas al Polo Sur, Shackleton se las arregló para conseguir financiación tanto pública como privada al igual que el permiso del rey y del ejército británico para proceder con una tercera expedición a la Antártida en el preciso momento en que estallaba la Primera Guerra Mundial. Seleccionó a veintiséis hombres para acompañarle en una empresa que nunca antes nadie había siquiera intentado: cruzar el continente antártico de una punta a la otra.
La primera vez que oí hablar de esta epopeya fue en mi último año de carrera cuando un profesor nos puso el siguiente anuncio en una de las diapositivas de su power point:
«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo, frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito.»
Es justa y exactamente el mismo texto que encontraréis en la contraportada del cómic, en las primeras páginas del mismo y en la edición del 29 de diciembre de 1913 del London Times. Mi profesor nos contó las aventuras y desventuras del Endurance y su tripulación como metáfora de lo que implica dedicarse a la investigación. ¿Qué creéis que pasó tras la publicación de este anuncio? Pues que Shackleton recibió miles de solicitudes para el puesto.
Las historias basadas en hechos reales, me lleguen vía cinematográfica, literaria o en su versión cómic, como ha ocurrido en esta ocasión, suelen fascinarme y horrorizarme de forma secuencial. Pero, al margen de las libertades que se tomen guionistas o autores con respecto a todos esos detalles necesarios para una buena trama pero que no siempre pueden ser fidedignos, el caso es que siempre me acaban llevando a un nuevo enlace de la wikipedia acerca de algo maravilloso que desconocía hasta entonces. Luis Bustos no se toma confianzas para hacer la historia más interesante, solo se toma licencias creativas para dinamizar la lectura de su obra y para despertar en el lector una verdadera empatía por la tripulación del Endurance. Lo cual, por supuesto, me parece una labor encomiable.
La realidad supera la ficción. Muchas veces se dice esta frase y nunca deja de ser cierta. Si este cómic que acabo de leer fuese ficción quizá habría dicho que el autor es demasiado dramático, que se regocija en la desdicha de sus personajes y que abusa del sufrimiento por el sufrimiento. Pero parece ser que lo de que las desgracias nunca vienen solas es una expresión más que quedó demostrada por Shackleton. En este sentido solo puedo alabar a esos 28 hombres que se dirigieron a un destino tan incierto y a la forma en que fueron capaces de superar la adversidad.
El trabajo artístico de Luis Bustos se ha aplaudido en numerosas ocasiones y ahora por fin entiendo por qué. Su estilo gráfico os podrá gustar más o menos en función de si estáis más o menos metidos en el mundo del cómic y de qué influencias os tiren más. Pero estoy convencida de que todos podréis apreciar lo que este señor hace con la composición de viñetas porque es una pasada. Tenéis páginas que son olas, otras que son relojes y otras que son trozos de hielo que se desprenden. Una sorpresa muy agradable.
Os recomiendo mucho la lectura de este tomo puesto que si la heroicidad de Shackleton y sus hombres per se merece la atención de una o dos de vuestras neuronas, creo que esta versión de Luis Bustos es una magnífica forma de adentrarse en ella.
pues la verdad es que me llama bastante la atención
ResponderEliminarlo buscaré en la red de bibliotecas, que tiene buena pinta