Con tanto libro he abandonado un poco el manga y es que no me puedo poner al día con todo a la vez, está claro, así que retorno a las tandas "sencillas" (3 tomos en lugar de 6) otra vez.
El primer tomo en caer ha sido Black Butler #11 que, sinceramente, me ha dejado anonadada. ¿Recordáis cómo dije que el décimo tomo no me convenció en absoluto? Pues bien, ha acabado resultando que sí me ha gustado y sorprendido mucho la resolución real del caso detectivesco. No se me habría ocurrido nunca un plan tan retorcido. Además, vuelve a aparecer un personaje que me encantó en su momento, Snake y parece que ha venido para quedarse. El tomo acaba con algo que ya me habían avisado (El Titanic versión zombie) y que no sé por dónde le puede salir a la autora... Veremos.
Y, con algo de retraso, retomo la lectura de Mirai Nikki. Pasado el ecuador del manga y con la mitad de poseedores muertos, Yuno y Yuki deben enfrentarse al séptimo que resulta ser no una persona, sino dos, con su diario del intercambio (o de los enamorados). Después de sorprenderme con Black Butler, vengo a sorprenderme también con Mirai Nikki que, por primera vez, no me ha resultado excesivamente absurdo. Este séptimo tomo ha sido el del amor, el amor entre Ai y Marco, Yuno y Yuki y los padres de Yuki... Además, se han utilizado los diarios con algo más de coherencia de la habitual pero aun faltas algunas piezas del rompecabezas para lograr entender qué pinta el padre de Yuki en todo esto.
La gatita de Zazie |
Por último, Tegami Bachi #8. Para acabar con esta entrada de tomos que me han sorprendido gratamente, llega Hiroyuki Asada con un nivel impresionante. Este tomo me ha puesto la piel de gallina en varias ocasiones y lo he devorado como si no hubiera mañana. La trama se va poniendo cada vez más interesante y poco a poco vamos entendiendo mejor el sistema político de Amberground. No me esperaba una escena tan cruda como la de Sunny, la verdad... Me muero de ganas de leer la continuación (suerte que la tengo aquí mismo) y ver qué pasa con Noir... Que por cierto, estoy pensando que últimamente hay cierta predisposición en el shônen de vestir de chicas a sus protagonistas (masculinos, se entiende).
El tomo 8 de Tegami Bachi es una pasada, precioso y a la vez muy triste. Me quede ahi, estoy deseando hacerme con más.
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