domingo, 22 de septiembre de 2013

After Dark

Sigo con los libros que me compré en Sant Jordi, ya van quedando menos. Esta vez, acabo de leer mi primer libro de Haruki Murakami: After Dark. Y, como indica su nombre, se trata de una historia ubicada en plena noche que yo he leído de madrugada en madrugada.


Mari Asai no se ve capaz de pasar otra noche en su casa por lo que decide pasarla despierta en el centro de la ciudad. Pero una chica sola de 19 años sentada en un bar cerca de la medianoche, quizá llama demasiado la atención. A su vez, Eri Asai, la hermana mayor de Mari, duerme en su habitación... mientras su televisor desenchufado empieza a emitir una imagen de lo más extraña.

Leyendo After Dark adivino enseguida que Murakami se haya hecho tan famoso. Ya no porque sea mejor o peor que otros sino porque es claramente distinto y eso siempre resalta. Nos conduce a su historia con un narrador plural e imparcial, que siempre habla de «nosotros» observándolo todo en todo momento, como si fuera Dios. Un observador atento que repara en cualquier detalle por nimio que sea pero que no puede intervenir.
- Estaré esperando - dice Kaoru-. ¿Todavía cortáis orejas? 
- Vida, sólo se tiene una. Orejas, dos. 
- Quizá sí. Pero con una sola oreja no se pueden llevar gafas.
En general, creo que After Dark es un libro turbador con personajes bastante desequilibrados pero lo más inquietante es el narrador que hace que cualquier acción de lo más cotidiana como mirarse en el espejo ya no resulte tan normal.


Mari se convierte en una joven de lo más carismática para el lector. Aparentemente no destaca en nada, no tiene nada especial, la belleza y el carisma de su hermana la eclipsan por completo. No es especialmente guapa, su timidez le valió demasiadas bromas cuando era pequeña y no se le da bien relacionarse con la gente. Pero de alguna manera, junta el valor necesario para pasar una noche fuera de casa, sola, en un barrio que podría convertirse en algo problemático pasada la medianoche.

Aunque me atrevería a decir que la acción es lo de menos en este libro (un poco como en El guardián entre el centeno), ocurren cosas bastante espeluznantes en esas 6 horas que transcurren en la novela. Pero no os voy a spoilear lo poco que ocurre.
Para las personas, los recuerdos son el combustible que les permite continuar viviendo. Y para el mantenimiento de la vida no importa que esos recuerdos valgan la pena o no. Son simple combustible. Anuncios de propaganda en un periódico, un libro de filosofía, una fotografía pornográfica o un fajo de billetes de diez mil yenes, si los echas al fuego, sólo son pedazos de papel. Mientras los vas quemando, el fuego no piensa: «¡Oh, es Kant!», o «Esto es la edición vespertina del Yomiuri Shinbun»,o «¡Buen par de tetas!». Para el fuego no son más que papelotes. Pues sucede lo mismo. Recuerdos importantes, otros que no lo son tanto, otro que no tienen ningún valor: todos, sin distinción, no son más que combustible.
Me centro en los diálogos pseudofilosóficos, en el hábil y espontáneo ligoteo de los adolescentes y, sobre todo, en las reflexiones del narrador que parece estar más allá de un plano humano. Es este monólogo, este discurso que parece dirigido a nosotros pero no sabemos de dónde proviene que le da un algo sobrenatural a la historia, algo que estremece un poco.

Como no podía ser de otra manera, para mí, que la historia transcurra en Japón, supone un extra pues me gusta ver las tenues diferencias culturales que se aprecian incluso en una historia tan intimista como esta.

After Dark es la historia de una noche y dos hermanas que no se parecen en nada pero que no por ello dejan de ser hermanas claro. También es una historia sobre el mundo que hay al otro lado del espejo, al otro lado de la pantalla, en los más recónditos rincones de nuestra mente, a dónde se transmigran nuestras almas cuando nos sentimos perdidos.

3 comentarios:

  1. EStá en mi lista de pendientes, y más ahora que llevo una racha de "lecturas japonesas".
    A mí, como a tí, "que la historia transcurra en Japón, supone un extra pues me gusta ver las tenues diferencias culturales".
    A ver qué tal me resulta a mí.
    SAludos

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  2. Buena manera de empezar con Murakami :D

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  3. Creo recordar que fue la primera novela que leí de Murakami, y me pareció una forma de narrar muy personal, muy introspectiva, te sumerge muy bien en los hechos. Me encantó^^

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