domingo, 15 de mayo de 2016

Mi paso por el 34 Salón Internacional del Cómic de Barcelona

Mi salón empezó el viernes a mediodía cuando me fui directa hacia la Fira al salir de trabajar. Allí me esperaban Fran y Belit que han sido mis compañeros de evento este año. La primera sorpresa de esta edición ha sido la variedad y calidad de la comida que se podía comprar dentro del recinto, para todos los gustos, había hasta un puesto vegano. Yo me cogí un frankfurt con patatas fritas para lamerse los dedos (literalmente, cuando están llenos de sal... *yummy*) por 3€ así que muy bien para afrontar la tarde de búsqueda de firmas con energía.

La primera foto, comida
Como teníamos un rato antes de la primera sesión, lo primero que hicimos fue ir a comprobar si era verdad que habían quitado cuadros de la exposición de Miki Montlló, probablemente uno de los episodios más surrealistas de esta edición. Tuvo su gracia porque esperábamos encontrar los huecos de las ilustraciones censuradas y, al ver que no había ninguno, dimos por hecho que era un bulo. Pero entonces comparamos las fotos que circulaban por las redes y vimos que algunos de los cuadros expuestos en ese momento no aparecían en las fotos originales así que dedujimos que como los huecos cantaban tanto habían añadido lo que les había parecido del autor. Más tarde volvimos a pasar por la exposición y habían recolocado los cuadros originales. Ficomic se excusó en las redes sociales alegando que los cuadros retirados tenían el marco dañado y que simplemente los habían apartado temporalmente para arreglarlos pero todo apunta a que todo este circo se montó porque a alguien le pareció inmoral e indecente la visión de vello púbico en un salón abierto a todos los públicos... En fin.


A eso de las cinco empezó la división, Belit fue a Norma y Fran y yo hacia Astiberri donde ya había una cola kilométrica para Paco Roca (¡que llegó media hora antes de su sesión y se fue media hora más tarde! Estuvo dos horas y media de reloj firmando sin parar con una sonrisa permanente en los labios, si no lo veo, no lo creo). Por mi parte, yo me puse a la no tan dilatada cola para Javier Olivares y Santiago García que firmaban Las Meninas.

Retrato de familia más sello más doble firma
Cuando acabamos, Fran me acompañó al stand de La Cúpula donde Max empezaría a firmar a las seis. Me pasé toda la cola hojeando la cabalgata eterna del jardín de las delicias buscando un erizo que parece que no existe y al final le pedí al autor que me dibujase un mochuelo (¡que no un búho!) y una urraca y me aguanté las ganas de preguntarle cuál es la respuesta al enigma que plantea en las guardas de su pantomima bosquiana.

Veis en esta firma más o menos el mismo ratio
de espacio blanco que en el resto del cómic
Y de ahí nos fuimos directos de vuelta a Astiberri, esta vez con Belit, para que nos firmase David Rubín sendos ejemplares de Aurora West y El Héroe. No puedo dejar de admirar a un autor que se pone a dibujar un personaje secundario de una obra que dibujó años atrás sin siquiera echarle un vistazo de refilón a las viñetas en las que aparece... A Belit y a mí nos dio un número para una rifa que haría al finalizar la sesión de firmas pero en vista de que no se veía el final de la cola, decidimos declinar la oferta.

Creo que es la primera vez que un autor
me hace una firma así de gigante ♥
Y, sin más, nos fuimos a casa... a pesar de que Núria y Xulia nos animaron a unirnos al anuncio de los premios del salón. ¡Cómo me arrepiento! Me perdí el súper discurso de Luis y nadie lo grabó, tendré que vivir con ello. Como ya sabréis, los premios del certamen fueron: El fantasma de Gaudí como mejor obra de autores españoles, El botones de verde caqui como mejor obra de autores extranjeros, Javi de Castro como autor revelación y Nimio como mejor fanzine español.

Fuente: ficomic.com
Y, como mi visita del viernes fue bastante breve he decidido fusionar también la crónica del sábado que fue el día fuerte, largo y denso del salón, como todos los años. Empecé llegando tarde a la presentación de la revista Voltio pero aún me dio tiempo de pillar unas palabras muy acertadas de Antonio Hitos acerca de los distintos nichos de mercado y de cómo las ediciones físicas se nutren de los recursos digitales y las redes sociales.

Fuente: ficomic.com
En el impasse entre que terminó la presentación y que fui al stand de Dibbuks a seguir con mi mini-maratón firmera (los que me conocéis de hace años sabéis que el prefijo mini- era necesario por estricta comparación), le di los buenos días a Fran y Belit, que rondaban el siempre horrible stand de Norma para conseguir sendos números para Maria Llovet, Barbucci y Miki Montlló.

Como que aún faltaba un rato para que empezaran las firmas, Fran me acompañó al stand de Ominiky, ya que quería pasar a saludar a Lydia Sánchez y donde acabé rindiéndome a la preciosa antología de 12 Historias Bestiales donde un total de 13 autoras han unido pinceles para reivindicar a los más peludos de la casa (pronto reseña que ya está leído). Además de Lydia, estaban también firmando Bea Tormo y Diana Egea.

Foto de extranjis que me hizo Fran mientras estaba...
¿lanzando un conjuro? a Lydia
Ahora sí, Fran se quedó en Norma, Belit andaba turnándose entre la presentación de ECC y las firmas de Norma y yo me fui, como decía, hacia Dibbuks para encontrarme con los autores en plural de la revista La Resistencia aunque, sin desmerecer su trabajo, sólo había dos de sus autores: Juanjo el Rápido y Álex Fito. Lo compensaron siendo muy amables, bromeando sobre mi nombre en las firmas y dibujándome a petición el personaje que yo quería... aunque no supiesen quién era; los smartphones han solucionado muchos problemas que no sabíamos ni que existían.



Como tenía un rato muerto hasta que fuéramos a comer, tomé rumbo hacia la zona fanzinera a charlar un rato con la plantilla de Nimio (y felicitarles por el tan merecido premio) y la siempre adorable pareja que forman Rata y Randt, compartiendo todos el espacio vital en el hacinamiento y micro-clima que se genera siempre en el islote de los fanzines (como que había tal saturación de stands en el resto del recinto...). Y dio la casualidad que estaba por ahí también Javi de Castro (¡en lugar de estar firmando!) al que también felicité por su premio. Y ya puesta, pues aproveché para recoger mi ejemplar gratuito gracias al crowdfunding de Yo, Domobot que es, sin duda, una de las mejores ideas que Rata ha compartido con nosotros sus lectores. Para vosotros, que no os he podido convencer para que leáis Art (aunque esté accesible gratuitamente en internet) debido a su longitud y a que sigue en curso: Yo, Domobot consta de cuatro historias cortas, autoconclusivas, sobre robots y es genial, dadle una oportunidad por favor.

Aunque parezca mentira este es el único fanzine
que me llevé a casa durante el salón...
Fue también durante este rato (creo) en que me vi las exposiciones centrales del salón con Fran: la de Las Meninas y la de las superheroínas (y villanas también). Lo que más me gustó fueron los comentarios de los autores del premio nacional de cómic del año pasado sobre el proceso creativo... Se nota que le dedicaron mucho tiempo y esfuerzo al proyecto.

Cuando terminamos nos reunimos de nuevo con Belit (que justo le tocaba el turno en la cola de Barbucci) para ir a comer, y se nos unió también Joan. Después de algo de indecisión, apostamos por un bar restaurante brasileño muy cerca de Plaza España, Caipirinha donde comimos de lujo: picanha, manduca, arroz con frijoles y una especie de butifarra típica de Brasil (creo); ¡todo riquísimo! Desgraciadamente, somos tan poco posers que ninguno de los cuatro pensó en hacer una foto del manjar (teníamos mucha hambre).

Al volver al salón a eso de las cuatro, volvimos a dividirnos, Belit a sentarse y guardar sitio para las presentaciones de las editoriales, Fran para ir haciendo cola para Álvaro Ortiz, Joan a ver si conseguía número para Miguelanxo Prado y a mí me tocaba la segunda ronda de firmas de 12 Historias Bestiales. Esta vez andaba por allí la Srta. M, cuyo trabajo admiro mucho siendo su participación uno de los principales motivos que me atrajo a la antología, acompañada de su guionista Marina Alonso Espejo y Marta Alonso Berná. Os dejo aquí una foto de cómo quedaron las seis firmas:

♥ Envidiadme, sin más ♥
Cuando terminé en el stand de Ominiky, me fui a Astiberri a hacerle compañía a Fran mientras esperaba a que llegase Álvaro Ortiz. Fue en esta sesión de firmas donde viví el momento más incómodo de todo el salón... Álvaro Ortiz, haciendo alarde de toda su peculiaridad, estableció un código secreto para ir regalando ex libris de Rituales a aquellos que le guiñaran los ojos en un orden concreto. Desgraciadamente, no sé guiñar los ojos (una de tantas taras) así que, al irnos, se lo comenté apesadumbrada mientras alargaba un brazo hacia él (sin intencionalidad ninguna, muevo mucho las manos cuando hablo), gesto que interpretó como un amago mío de... creo que chocar los cinco (cosa que claro, ni pensaba hacer ni hice...) y la cosa quedó en una especie de apretujón de manos extraño. En fin, absurdidades que ocurren en los salones, no sé qué cara puso él pero ¡yo me sentí muy ridícula durante horas!

Ahora sí, Fran y yo llegamos con tiempo de sobras antes de la presentación de Planeta así que pudimos coger sitio. Nada muy remarcable. De hecho, fue más interesante la breve presentación de Globalita, la superheroína cuyo poder es la solidaridad que la presentación de Planeta en sí. Mucho Star Wars, curiosamente nada de Dragon Ball y lo único llamativo, la gestación de un nuevo cómic nacional, Intemperie, adaptación de una novela que no conozco.

Acto seguido le tocaba el turno a la presentación de Norma, que me salté sin muchos miramientos para ir a por mi(s) firma(s) de Javi de Castro y Josep Busquet en el stand de Dibbuks. Tenía esta sesión anotada para conseguir sendas rúbricas en La última aventura pero ya que estaba llevé también el primer número de La resistencia pues no había podido pillarlos por la mañana.



Aún así y respecto a la presentación de Norma, aún no me puedo creer que hayan licenciado Tonari no Kaibutsu-kun, después de todo la encuesta sobre shôjo sí iba en serio. Y esto no es más que el salón del cómic... veremos qué se reservan para anunciar durante el salón del manga (¿qué? sólo falta medio año...).

A estas alturas del día, eran ya casi las siete y media de la tarde y pensaba ir a la firma de Voltio. Pero ya que andaba por Dibbuks, tuve la idea del siglo, dejarle mi volumen de La Resistencia a una de las editoras, para que me lo firmase Juan Berrío (que me quedé sin por la mañana) al día siguiente por la mañana (que tenía firma programada) y pasarlo yo a buscar por la tarde. Tras no conseguir otra cosa que una negativa de lo más rotunda, me fui definitivamente al stand de La Cúpula y le conté mi #firstworldproblem a Núria y, al escucharnos, me indicó Antonio Hitos muy amablemente que acababa de ver a Juan Berrío en la cafetería... Me quedé en stand by unos cinco minutos meditando sobre cómo de maleducada podía parecer yendo a acosarle mientras estaba charlando tranquilamente con Juan Díaz Canales pero me convencieron entre Núria y Antonio de que Juan es una persona agradable en extremo y que seguro que no tenía problema en hacerme una firmilla así que al final fui... ¡Y menos mal que les hice caso! Juan Berrío es una de las personas más afables con las que he tenido el placer de hablar, se sorprendió un poco de que ande "tan enterada" del mundillo del cómic siendo "tan joven" pero creo que me echó menos años de los que tengo, ¡y me queda tanto por conocer todavía...! Tuvo su gracia porque hasta que no hablé con él no me había parado a pensar que fue por Xulia y Luis que me metí de cabeza en el mundo del cómic europeo...


Y, ahora sí, me fui a la última parada del día, la sesión de firmas de Voltio, con ocho de sus autores turnándose para firmar todos los ejemplares. Fue quizá la espera más larga en una cola de firmas de todo el salón pero puede que la más gratificante. Al fin conocí a Fran Collado al que hasta entonces sólo había visto en viñetas sueltas de Triz; ahora que he podido catar su humor y su estilo gráfico, me arrepiento mucho de no haber participado en el crowdfunding de Rayos y Centauros... Y fui la única oportunidad que se llevo la firma de Corvis sin censura por spoiler porque ya había leído su historia =) Casualmente, me encontré de nuevo con Juan Berrío mientras hacíamos cola y charlamos otro ratito, parece mentira que tengamos gustos tan parecidos... esperaba encontrar algún día alguien a quien tampoco le hubiese entusiasmado Los guardianes del Louvre, de Taniguchi, pero desde luego no que se trata de un autor con tanto renombre. Además, estuve hablando también con un gallego majísimo que escuchó sin bostezar ni una vez el tema de mi tesis (sí, ya, a quién se le ocurre explicarle ese tostón a un chico que acabas de conocer): Andrés, ¡encantada de conocerte! Me arrepiento mucho de no haberle pedido su twitter o facebook o algo, que es que fue súper agradable y me amenizó la cola ^^ He aquí mi collage:


Como se me hizo tan tarde, para cuando terminé Fran ya había salido del encuentro con los fans de Frank Miller así que no tuve esperar sola al bus.

El objetivo del domingo estaba muy claro: ir a la happy hour de Norma (¡que el año pasado no pude ir porque estaba en Ámsterdam!). Por eso, quedé con Fran en el salón bastante tarde, a eso de las seis. El tiempo justo para ver las exposiciones que me faltaban y posicionarnos en buen sitio. Como imaginaba, fueron las exposiciones de nuevos ilustradores, Ilustr@, y sobre cómics reivindicativos, Novelas Gráficas Comprometidas, mis favoritas del evento. En la primera había originales (o impresiones) de autores que, aunque jóvenes, ya tienen mucho reconocimiento como Conrad Roset, Moderna de Pueblo o Agustina Guerrero, favoritos personales como Laura Pacheco y algún que otro descubrimiento, como Mundopiruuu.


Y acto seguido, una colección de páginas sobre temas controvertidos: desahucios, crisis, indigentes, inmigración, corrupción, en la que tenían cabida títulos recientes y conocidos como Viñetas de Vida, Aquí Vivió, Presas Fáciles y Los Vagabundos de la Chatarra pero también obras anteriores que no conocía, me llamaron especialmente la atención Invisible, sobre la indigencia, y La pobreza no es rentable.


¡Lo que no esperaba encontrar era material inédito! Pero ahí estaban, un par de páginas de Gran Hotel Abismo, de Marcos Prior y David Rubín, que publicará Astiberri a finales de año. Otra de mis muestras favoritas eran unas viñetas de Miguel Gallardo indagando sobre el origen de muchas de las cosas que se oyen sobre los inmigrantes.


Y después de hacer esta última ronda fotográfica, era hora de acercarse por primera y última vez (en mi caso) al stand de Norma. Y es que tratándose de una editorial tan gigantesca y con tan buenas obras y autores en su haber, nunca entenderé la mala organización, el publicar los horarios en el último momento, el espacio ridículamente pequeño que hay para hacer diez colas paralelas simultáneas, los jaleos con los números para las firmas... Todo son problemas. Suerte que este año no me interesaba ninguno de los autores que estaba firmando.


Después de la espera más corta hasta ahora, de las misteriosas desapariciones minutos antes de algunos de los cómics que quería, de observar nerviosa como algunos tramposos ojeaban los cómics que querían dejándolos fuera de mi alcance y de un reparto estratégico del territorio entre Fran y yo, conseguí comprar a mitad de precio Los Dientes de la Eternidad (arrebato por culpa de Belit), Insecto (voy a intentar reconciliarme con Maria Llovet) y La piel del oso (segunda edición con portada chula y nueva aproximación a Zidrou).

Y sí, como algunos estaréis procesando, este año no he comprado prácticamente nada más! A parte de estos tres títulos y durante el salón propiamente dicho sólo compré 12 Historias Bestiales. A esto se le podría añadir mi visita presalonera a Fnac el miércoles de esa semana, a por El tríptico de los encantados, Una pantomima bosquiana, de Max, y el primer número de La Resistencia (que las antologías y firmas múltiples me siguen perdiendo como el primer día).

Al cierre del salón, me despedí de mis fanzineros favoritos y me volví a casa mucho más liviana de lo esperado y muy satisfecha en general con mi paso por este 34 Salón del Cómic. 

4 comentarios:

  1. la verdad es que el montón de firmas en las revistas son una triunfada XD
    curioso que aunque en el salón de manga haya tantos "stands" de restaurante supuestamente buenos se coma mejor con los foodtrucks en el del cómic...
    la primera vez en bastantes años que nos saltamos las presentaciones!

    muy buena crónica y ya esperando con ganas el del manga (a ver que invitados nos traen! XD)

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    1. Las antologías son lo mejor ♥ Y siempre acabas por descubrir algún autor que no conocías, que es una genialidad ^^

      Las presentaciones del salón del cómic no suelen molar tanto como las del manga... Además, no está Ivrea para hacernos olvidar el tostón de los demás!

      Ay, los invitados... no se me ocurre a quién podrían traer después de todos los bombazos del año pasado eh

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  2. Me llama la atención "Yo, Domobot" y "12 historias bestiales"... quizás caigan.

    Muy majete Juan Berrio, es bueno saber que queda gente tan amable.

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    1. "Yo, Domobot" es una pasada, sobre todo si te gustan las historias de robots. Y "12 Historias Bestiales" es una cucada, sobre todo si te gusten los animalitos, te encantará ;)

      A Juan Berrío habría que crearle un club de fans como mínimo!

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