Ya sé que no os gusta que reseñe libros porque siempre son las entradas que se llevan menos visitas y menos comentarios (menos la saga de LJDH, que no cuenta porque son best-sellers claro). Quizá debería hacer dos blogs distintos, uno para cada cosa y buscarme públicos distintos para cada uno pero meh, a mí me gustan las dos cosas así que así se queda. Cuando me pongo a hablar sola así estoy segura de que pierdo seguidores por miedo a que sea contagioso.
Ehem. Sin noticias de Gurb. Si os soy sincera no conocía a Eduardo Mendoza. Es decir, su nombre me sonaba sí pero nunca le había dedicado demasiada atención. Un par de amigas de la uni me recomendaron mucho Sin noticias de Gurb asegurándome que me reiría un rato... Y así ha sido.
Esta novela que hoy os traigo es una puta bizarrada. Así sin más. Narra 15 días de un extraterrestre en busca de su compañero Gurb que desaparace poco después de llegar a la Tierra bajo la apariencia de Marta Sánchez. En casi todas las ediciones que he visto de este libro sale un camaleón en la portada. Esto es porque el protagonista (del que no se llega a revelar el nombre) cambia de aspecto continuamente.
La novela en sí no tiene ninguna clase de sentido, es una comedia con tintes de ciencia ficción pero es todo muy incoherente y con la única intensión de hacer reír y criticar la Barcelona de 1991 (que no dista tanto de la de ahora por cierto).
Con la puesta del sol las condiciones atmosféricas habrían mejorado bastante si a los seres humanos no se les hubiera ocurrido encender las farolas. Parece ser que ellos las necesitan para poder seguir en la calle, porque los seres humanos, no obstante ser la mayoría de fisonomía ruda y hasta abiertamente fea, no pueden vivir sin verse los unos a los otros.Lo curioso es que casi me ha gustado más el prólogo que el libro en sí. Ya sé que eso no dice nada bueno de la novela pero es que me ha gustado mucho probar la prosa de Eduardo Mendoza y ha sido el prólogo el que me ha hecho tener ganas de leer más obras suyas (de las que no son tan satíricas, que creo que también tiene). Además, me ha llamado la atención varias de las cosas que comentaba, por ejemplo, sobre la adaptación a otros idiomas ya que aparecen muchos personajes famosos de 1991 y españoles, es decir, no esperes que en los múltiples países en los que se ha editado este libro conozcan a toda esa gente... y de hecho, ni siquiera esperes que los conozcan aquí ^^u Yo no conocía prácticamente ninguno de los nombres... Creo que en un libro así no estaría de más que hubiera pies de página con una mini explicación de cada uno para situarte un poco >_<
Muy majo al firmarme aunque pasara de la hora (aunque en realidad se quería ir y le medio obligaron a quedarse ^^u) |
Me despierta un ruido tremebundo. Hace millones de años (o más) la Tierra se formó a base de horrorosos cataclismos: los océanos embravecidos arrasaban las costas, sepultaban islas mientras cordilleras gigantescas se venían abajo y volcanes en erupción engendraban nuevas montañas; seísmos desplazaban continentes. Para recordar este fenómeno, el Ayuntamiento envía todas las noches unos aparatos, denominados camiones de recogida de basuras, que reproducen bajo las ventanas de los ciudadanos aquel fragor telúrico. Me levanto, hago pis, bebo un vasito de agua y me vuelvo a dormir.
Volviendo a Sin noticias de Gurb, se lee extremadamente rápido, 156 míseras páginas (en mi edición) de exclusivo diálogo interno, a modo de diario. El propio Mendoza comenta que supone que el libro ha tenido tanto éxito porque es de lectura muy fluida. No necesitas pensar absolutamente en nada mientras lo lees, entra solo. Y siempre divierte leer la hipótetica impresión de un ente totalmente ajeno a los humanos sobre nosotros mismos.
Los seres humanos, en cambio, a semejanza de los insectos, atraviesan por tres fases o etapas de desarrollo, si el tiempo se lo permite. A los que están en la primera etapa se les denomina niños; a los de la segunda, currantes, y a los de la tercera, jubilados. Los niños hacen lo que se les manda; los currantes, también, pero son retribuidos por ello; los jubilados también perciben unos emolumentos, pero no se les deja hacer nada, porque su pulso no es firme y suelen dejar caer las cosas de las manos, salvo el bastón y el periódico.
Hay grandes reflexiones como que los humanos pueden ser pobres o ricos, que los blancos discriminan a los negros o que el dinero no da la felicidad. Y un retrato muy fiel de lo criticones y/o marujas que somos en general.
Sin noticias de Gurb es un libro sin sustancia pero a la vez es difícil que no te haga reír. Yo estoy muy satisfecha con su lectura y os lo recomiendo si la reseña no os tira muy para atrás.
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