Por mucho que me guste leer (¡y reseñar lo leído!) como hobby, soy bióloga de formación y vocación ante todo así que no desaprovecho las escasas ocasiones en que se me brinda la oportunidad de fusionar ambos placeres. Hace prácticamente tres años que compartí las maravillas de Primates y unos cuantos meses desde que vi Audubon en el catálogo de novedades de Norma y supe que tenía que leerlo. Como siempre, la biblioteca me permite disfrutar de este tipo de obras caras no solo por su precio sino también por el espacio que ocupan. Y, curiosamente (estas coincidencias nunca dejarán de fascinarme), teniendo el volumen en la torre de lecturas pendientes, ha sido anunciado como uno de los nominados para los prestigiosos premios Eisner así que ya no me quedaba ni una sola excusa para no hincarle el diente de forma inmediata.
Al tratarse de una biografía (con licencias y algo de realismo mágico pero biografía al fin y al cabo) creo que carece de sentido escribir una sinopsis para esta obra. Jean-Jacques (o John James) Audubon fue un naturalista, pintor y aventurero (como él mismo se describía) que dedicó varias décadas de su vida a documentar mediante sus acuarelas la diversidad ornitológica de Estados Unidos en el siglo XIX. Es una tarea que le llevó toda una vida completar y su obra es testimonio de su perseverancia.
Los autores de este cómic, Fabien Grolleau y Jérémie Royer, toman como referencia los diarios de Audubon y su obra pictórica para reconstruir la biografía de este personaje célebre avisando desde un principio de que la realidad se mezcla con la fantasía en varias ocasiones con el fin de que la novela gráfica sea una unidad. Entiendo los fines poéticos de esta decisión pero es algo que me ha complicado la lectura ya que en una biografía no busco que todo encaje a la perfección sino poder formarme mi propia idea del tipo de persona que debió de ser Audubon.
Desde el primer capítulo se hacen evidentes su tenacidad y obsesión enfermizas por las aves y su documentación. No solo quiere conocerlas todas de una forma superficial sino que se interesa en sus hábitos, comportamientos, rutas migratorias e incluso por su alimentación. No se conforma con retratarlas sino que las caza y diseca él mismo para así poder lograr pinturas lo más realistas posibles. No obstante, en una época en que todos los desplazamientos se realizaban a caballo o, con suerte, en barco de vapor, la mera intención de querer documentar la totalidad de especies aviares de todos los Estados Unidos, sin contar siquiera con un mecenas, sería juzgada por muchos por poco más que una insensatez.
No sé si la forma en que los autores retratan su relación con su mujer e hijos dista mucho de la realidad pero, en cualquier caso, Audubon emerge como un personaje odioso, egoista, egocéntrico y desagradecido. Desde la primera viñeta se hace patente que este pintor vivía por y para publicar su obra y que cualquier otro aspecto de la vida familiar quedaba relegado a un segundo plano. Sin preocuparse por administrar sus finanzas, criar a sus hijos o velar por su propia seguridad, se entregó a la tarea sin descanso convencido de tener siempre la razón. Su esposa, estoica, aceptó las circunstancias y animó a su marido a emprender su viaje soñado encargándose ella de todo durante años sin tener apenas noticias de él.
Aunque el protagonista no me haya inspirado ninguna simpatía, me parece loable la labor del artista, que seguro que ha tenido que consultar más de un libro de referencia para poder dibujar las decenas de especies distintas que aparecen en esta obra. No sólo eso sino que también se dedicó a hacer sendas versiones de pinturas originales de Audubon (podría haber recurrido a reproducirlas tal cual como hacían, por ejemplo, en Yo, Asesino pero prefirió el camino difícil). Norma cuenta con muchas biografías en su catálogo pero creo que pocas se prestan tanto al formato cómic. Los paisajes, la vegetación, los animales, están todos tan bien dibujados que casi se nos olvida lo mal que nos cae el protagonista.
Además, hay toda una reflexión de fondo sobre el mantenimiento del equilibro en los ecosistemas y sobre el impacto que tiene la actividad humana sobre la biodiversidad. De nuevo, no sé si Audubon reflexionó sobre este tema en sus memorias pero me parece muy acertado que los autores hayan decidido incluirlo en la discusión de la novela gráfica porque, de esta forma, Sobre las alas del mundo va mucho más allá de su propósito biográfico.
Sin duda, lo que más me ha tocado la moral es una licencia "artística" de los autores en que presentan un encuentro ficticio entre Audubon y Darwin en el que, encima, discuten sobre un hallazgo que no se había producido todavía y que ninguno de los dos pudo discutir en vida. Me desagrada en exceso porque creo que no aporta nada, y me parece una forma infantil de compartir un dato curioso que tiene una relación muy tangencial con la biografía de Audubon.
A pesar de que no comulgo con algunas de las decisiones creativas expuestas a lo largo de la obra, creo que Audubon es una lectura más que interesante que permite acercar a los profanos al método científico de hace un par de siglos.
Los autores de este cómic, Fabien Grolleau y Jérémie Royer, toman como referencia los diarios de Audubon y su obra pictórica para reconstruir la biografía de este personaje célebre avisando desde un principio de que la realidad se mezcla con la fantasía en varias ocasiones con el fin de que la novela gráfica sea una unidad. Entiendo los fines poéticos de esta decisión pero es algo que me ha complicado la lectura ya que en una biografía no busco que todo encaje a la perfección sino poder formarme mi propia idea del tipo de persona que debió de ser Audubon.
Desde el primer capítulo se hacen evidentes su tenacidad y obsesión enfermizas por las aves y su documentación. No solo quiere conocerlas todas de una forma superficial sino que se interesa en sus hábitos, comportamientos, rutas migratorias e incluso por su alimentación. No se conforma con retratarlas sino que las caza y diseca él mismo para así poder lograr pinturas lo más realistas posibles. No obstante, en una época en que todos los desplazamientos se realizaban a caballo o, con suerte, en barco de vapor, la mera intención de querer documentar la totalidad de especies aviares de todos los Estados Unidos, sin contar siquiera con un mecenas, sería juzgada por muchos por poco más que una insensatez.
No sé si la forma en que los autores retratan su relación con su mujer e hijos dista mucho de la realidad pero, en cualquier caso, Audubon emerge como un personaje odioso, egoista, egocéntrico y desagradecido. Desde la primera viñeta se hace patente que este pintor vivía por y para publicar su obra y que cualquier otro aspecto de la vida familiar quedaba relegado a un segundo plano. Sin preocuparse por administrar sus finanzas, criar a sus hijos o velar por su propia seguridad, se entregó a la tarea sin descanso convencido de tener siempre la razón. Su esposa, estoica, aceptó las circunstancias y animó a su marido a emprender su viaje soñado encargándose ella de todo durante años sin tener apenas noticias de él.
Aunque el protagonista no me haya inspirado ninguna simpatía, me parece loable la labor del artista, que seguro que ha tenido que consultar más de un libro de referencia para poder dibujar las decenas de especies distintas que aparecen en esta obra. No sólo eso sino que también se dedicó a hacer sendas versiones de pinturas originales de Audubon (podría haber recurrido a reproducirlas tal cual como hacían, por ejemplo, en Yo, Asesino pero prefirió el camino difícil). Norma cuenta con muchas biografías en su catálogo pero creo que pocas se prestan tanto al formato cómic. Los paisajes, la vegetación, los animales, están todos tan bien dibujados que casi se nos olvida lo mal que nos cae el protagonista.
Además, hay toda una reflexión de fondo sobre el mantenimiento del equilibro en los ecosistemas y sobre el impacto que tiene la actividad humana sobre la biodiversidad. De nuevo, no sé si Audubon reflexionó sobre este tema en sus memorias pero me parece muy acertado que los autores hayan decidido incluirlo en la discusión de la novela gráfica porque, de esta forma, Sobre las alas del mundo va mucho más allá de su propósito biográfico.
Sin duda, lo que más me ha tocado la moral es una licencia "artística" de los autores en que presentan un encuentro ficticio entre Audubon y Darwin en el que, encima, discuten sobre un hallazgo que no se había producido todavía y que ninguno de los dos pudo discutir en vida. Me desagrada en exceso porque creo que no aporta nada, y me parece una forma infantil de compartir un dato curioso que tiene una relación muy tangencial con la biografía de Audubon.
A pesar de que no comulgo con algunas de las decisiones creativas expuestas a lo largo de la obra, creo que Audubon es una lectura más que interesante que permite acercar a los profanos al método científico de hace un par de siglos.
Qué bonito tanto pájaro :)
ResponderEliminarLo que comentas sobre la personalidad del protagonista me ha recordado a un artículo que leí hace algún tiempo sobre las renuncias que hacen los autores, artistas y en general la gente que tiene una vocación demasiado intensa. Que para conseguir su objetivo se convierten, de alguna forma, en monstruos. Da qué pensar.
Pues sí, la verdad es que se podría recomendar como libro de ilustración temático ^_^
EliminarMadre mía gurru, cuando compartas un enlace avisa si más que un artículo de opinión es un ensayo sinfín que me fui a dormir a las tantas leyéndolo =') La verdad es que creo que el artículo se centra más en "monstruos con éxito" que en "lo monstruoso que has de ser para triunfar" pero entiendo lo que quieres decir. Personalmente, no me parece mal dedicar toda tu vida a tu vocación pero, si lo haces, que sea sabiendo las consecuencias de tus actos y siendo responsable con las personas que te rodean. De todas formas, supongo que todas estas cosas van cambiando y que hace unos siglos decidir no tener una familia no era una opción... Gracias por hacerme pensar un ratito =)
Lo siento, sí que es largo (y un tanto divagativo, me pareció). ¡Gracias a ti por seguir en la brecha!
EliminarTras leer tu reseña debo decir que he rebajado un poco mis expectativas con esta obra, más que nada que no soy muy fan del realismo mágico, y si es una biografía prefiero que no se tomen según que licencias.
ResponderEliminarPero me parece interesante como retratan la relación de Aubudon con su família. A veces, con los "genios" y los "pioneros" evitan o pasan muy por encima de estas cuestiones.
De todas formas, me sigue interesando. El problema va a ser conseguirlo, las bibliotecas de mi zona no tienen gran cosa. Estoy esperando que unifiquen el catálogo de las 4 provincias, de una vez.
Yo pienso como tú, si es una biografía que sean lo más rigurosos posible. De todas formas, no tengo modo de saber cuánto es inventado y cuánto no... lo que está claro es que con este tipo de obras nunca puedes saber cómo fue todo al 100% así que siempre hay que echarle algo de imaginación.
EliminarAhora que lo han nominado a los Eisner seguro que alguna biblioteca se lo agencia =)
Espero que haya suerte. El problema va a ser si me resulta lo suficiente interesante para leer la biografía, como no hay nada editado en español, me tocará buscar en otras lenguas. Por cierto, hay una biografía de Lucy Audubon
ResponderEliminarNo tenía ni idea de que existiese una biografía de Lucy Audubon! Siendo realista no creo que la lea nunca pero el dato queda anotado por si acaso ^^
Eliminarpues parece interesante, le echaré un ojo si la veo en la biblioteca, yendo ya sobre aviso sobre las sacadas de manga no-biograficas que me pueda encontrar... aunque tampoco conocía al Audubon hasa ahora!
ResponderEliminarEmpieza a preocuparme que haya sido muy enfática con lo de las sacadas de manga o.ò En fin, lo que hizo este señor no deja de ser... entrañable.
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