En mi idilio continuado con la biblioteca, Poncho Fue le ha tomado el relevo a I.D. pasando por delante de varios títulos a los que les tengo ganas desde hace meses como Sadbøi o Audubon. En este caso es La Cúpula la que recupera para el mercado español una obra publicada originalmente en Argentina. Cuando salió a la venta hace cosa de un año, recuerdo ver muchas webs hablando de Poncho Fue, con una labor publicitaria muy activa por parte de la licenciataria. Hay una página en concreto, ocupada en su totalidad por una sola viñeta, que vi numerosas ocasiones; en ella se ve a Lu, la protagonista, empujando a Santi, su pareja, mientras grita un monstruoso «¡¡¡BASTA!!!». Fue esa viñeta la que puso a Poncho Fue en mi lista mental de cómics por leer ya que ponía dos cosas de manifiesto: la primera, que esta obra versaba sobre una relación tóxica; la segunda, que no se trataba de un abuso físico franco sino de algo mucho más complejo.
Lu y Santi se conocen, se enamoran, empiezan a salir juntos. Lu y Santi son inseparables, se complementan, son la pareja ideal. Lu y Santi tienen alguna que otra disputa, pero tras cada desencuentro siempre llega una reconciliación. Lu se siente más y más incómoda a cada día que pasa, y el único factor que es capaz de relacionar con su creciente malestar, es su relación con Santi.
Puede que lo que resulte más abrumador de Poncho Fue es su realismo implacable. La propia autora ha hecho público que este cómic bebe en gran parte de sus experiencias personales aunque salta a la vista sin necesidad de aclaraciones. Cada pequeña discusión entre los protagonistas encoge el corazón por su autenticidad. Creo que es difícil haber tenido una relación romántica lo suficientemente larga y no sentirse identificado con al menos un pasaje de la obra. Quizá lo que da más miedo es reconocer actitudes propias tanto en las acciones de Lu como en las de Santi.
Poncho Fue es un catálogo de prácticamente todas las actitudes tóxicas que pueden tenerse en una relación romántica incluyendo la pasivo-agresividad, el gaslighting, la dependencia y, en general, un abuso psicológico flagrante. Es muy fácil leer al personaje de Santi y calarlo enseguida como un imbécil prepotente con complejo de inferioridad pero más sutil puede resultar en la vida real descomponer la inseguridad y la baja autoestima de Lu que la colocan en una posición tan vulnerable dentro de la relación.
Puede que lo que más miedo da de las más de doscientas páginas de Poncho Fue sean las efusivas reconciliaciones, las idas y venidas, como si de un acordeón se tratase, de una relación que hace aguas por todas partes pero que no se llega a romper. Lu es muy consciente de que muchos de sus problemas personales tienen su origen en las discusiones con Santi, en sus menosprecios, sus gritos y sus reproches y, sin embargo, se dedica con toda su alma a poner tiritas en una relación que hace aguas por todas partes convencida de que debe seguir con él aunque no tenga muy claro el porqué.
Mucho más allá del guión, Sole Otero despliega sus aptitudes artísticas, experimentando con todas las herramientas que están en su mano: colores, trazo, globos de texto... en ningún momento pretende tener un estilo realista sino todo lo contrario, juega con el tamaño de los elementos para plasmar visualmente todos esos matices que no se pueden escenificar de otra forma. Cuando la pareja discute, Lu se va haciendo cada vez más pequeña conforme se queda sin argumentos, cuando los antidepresivos le quitan la energía y la inunda la desidia, tanto su piel como su ropa se vuelven blancas como el papel, cuando se siente mal, la palabra culpa se enmaraña a su alrededor.
Poncho Fue es una lectura intensa, difícilmente dosificable, angustiosa y que seguro que os hace reflexionar. Al basarse en su experiencia personal y la de sus conocidos, la autora ha sabido fotografiar la naturaleza de las relaciones humanas a la perfección.
Poncho Fue es una lectura intensa, difícilmente dosificable, angustiosa y que seguro que os hace reflexionar. Al basarse en su experiencia personal y la de sus conocidos, la autora ha sabido fotografiar la naturaleza de las relaciones humanas a la perfección.
oh pues me llama bastante la atención, lo buscaré en la biblioteca que me has convencido!
ResponderEliminarPD: no conocía el termino "gaslighting" para ese tipo de comportamiento, ya he aprendido algo xD
Pues ya me dirás si te convence o no! =)
EliminarPD: No te acostarás sin saber una cosa más =P
me ha parecido muy interesante, apuntado en mi lista.
ResponderEliminarLo único que me imagino que tras su lectura debes quedar hecha una ...
Me alegro de haberte picado la curiosidad ^^
EliminarEso sí, más que "tras" yo diría que te deja hecha una mierda "durante" ;)