Hace SIETE años que tengo este manga en mi poder. En cierto momento me obsesioné con que debía leer Historia de un vecindario (Gokinjo Monogatari) antes, al tratarse Paradise Kiss de una secuela de la misma. Una vez adquirí esta, me pregunté si no sería mejor leer primero ParaKiss ya que se publicó en España primero, siguiendo la cronología de las lectoras de aquí. Acabé preguntando en el ya extinto foro de PSS y obtuve respuestas contradictorias que tanto me decían de empezar por A, por B, o que lo mismo daba. Pues bien, me bastó leer el primer tomo (de cinco) de Paradise Kiss para darme cuenta de mi tremendo error... debí haber comenzado por Historia de un vecindario. Dejando de lado mi tremenda pena, vamos a ver qué os cuento de Caroline sin hacer ningún spoiler...
Yukari Hayasaka cursa su último año de secundaria en el prestigioso instituto Seiei, dedicando todo su tiempo a estudiar sin descanso para entrar en una buena universidad. Apresurándose hacia la academia, se topa con un chico de lo más extraño, con pintas de macarra, que empieza a perseguirla en medio de la calle. A pesar de este primer encuentro más bien desastroso y del conflicto personal que le supone, Yukari pronto se dejará seducir por el equipo del Paradise Kiss, prestándose a ser su modelo para el festival escolar.
Ai Yazawa es más conocida por la célebremente inconclusa Nana. En España tenemos mucha suerte de que se convirtiese en una de las autoras fetiche de Planeta, ya que esto nos ha permitido disfrutar de casi todas sus obras. De hecho, una de las licencias shojo previstas para 2017 es precisamente Marine Blue. Aunque da la casualidad que la obra que me ocupa en esta reseña es la única de la autora publicada en España por otra editorial, Ivrea, en sus primeras andaduras editoriales además. Es un manga que ha envejecido increíblemente bien (se empezó a publicar en 1999), en el que se hacen muy patentes los temas que va a desarrollar la autora en Nana, como si de un ensayo en tono cómico se tratara.
Paradise Kiss es uno de los mejores manga que he leído por muchos motivos. Uno de ellos es la crítica, nunca suficiente, a la sociedad actual, en especial la japonesa, en que se decide el valor de las personas por sus resultados académicos más que por su talento, sus sueños o cualquier otra característica genuina que puede diferenciarlas del resto. Yukari tiene un grave conflicto con su madre, toda su vida la ha dedicado al estudio obsesivo para lograr satisfacerla y nunca se ha molestado en buscar su propia felicidad. Para ella, conocer a los chicos del atelier es como si la hubiesen arrastrado fuera de la caverna de una sacudida, toda su vida adquiere un nuevo significado bajo esta nueva luz. Sin embargo, Ai Yazawa no es tan idealista como puede parecer a simple vista, no se cansa de recordarnos que hay ciertas oportunidades que, simplemente, no se presentan a todo el mundo. Ni todo el mundo ha nacido en una familia rica, ni el público general tiene la misma visión del arte que un genio, ni se pueden aprobar los exámenes de ingreso a la universidad sin haber estudiado... Los milagros no existen. Es quizá esta falta de ingenuidad infantil la que hace más patente que nos encontramos ante un josei, y no un shôjo, ya que en realidad los protagonistas no dejan de ser estudiantes de instituto.
Por supuesto, el amor juega un papel muy relevante mostrando sus facetas más crudas: la relación desesperadamente tóxica de Arashi y Miwako (como para revolverme las entrañas), las infidelidades continuas del padre de George, y los devastadores celos y el insaciable anhelo que siente Yukari por George, totalmente envenenada por el primer amor tangible y correspondido. Es George de hecho un personaje muy complejo del que la autora apenas nos deja atisbar nada, prefiere que no entendamos en absoluto sus acciones, a cambio de entender mejor la frustración continua de Yukari. Esa necesidad por recibir la aprobación del otro, la incapacidad de dejar de pensar aunque sea durante cinco minutos en el ser amado, la obsesión absurda en los detalles más ridículos y el significado que puedan tener y, sobre todo, la ira, la decepción, la rabia, la tristeza, la frustración y la pena. Yukari no puede ni vivir con George, ni sin él. Si hacen el amor se siente una muñeca de adorno, si no lo hacen se siente abandonada y sola. Siempre jugando a ser una mujer firme y segura de sí misma con tal de impresionarle para después ponerse a llorar a la primera de cambio porque no sabe qué hacer para conquistarlo.
Sin embargo, algo que hace definitivamente única a esta historia no son ni sus personajes, ni la trama, ni siquiera el dibujo o la temática. Se trata del recurso tan frecuentemente utilizado por la autora de hacer que los personajes dialoguen directamente con el lector, como si pudiesen tener consciencia de que no son más que los personajes de un cómic y que todo lo que les ocurre lo dicta la voluntad de Yazawa. Se suceden las bromas respecto a las casualidades imposibles que sólo podrían suceder en una obra de ficción o que George sólo tiene más espacio que los otros miembros del atelier porque es el interés romántico de la verdadera protagonista, es decir, Yukari. De la misma forma, las referencias a Gokinjo Monogatari son continuas y hay una relación de parentesco muy particular entre muchos de los personajes de este manga y su secuela, con muchísimos cameos.
Sin embargo, algo que hace definitivamente única a esta historia no son ni sus personajes, ni la trama, ni siquiera el dibujo o la temática. Se trata del recurso tan frecuentemente utilizado por la autora de hacer que los personajes dialoguen directamente con el lector, como si pudiesen tener consciencia de que no son más que los personajes de un cómic y que todo lo que les ocurre lo dicta la voluntad de Yazawa. Se suceden las bromas respecto a las casualidades imposibles que sólo podrían suceder en una obra de ficción o que George sólo tiene más espacio que los otros miembros del atelier porque es el interés romántico de la verdadera protagonista, es decir, Yukari. De la misma forma, las referencias a Gokinjo Monogatari son continuas y hay una relación de parentesco muy particular entre muchos de los personajes de este manga y su secuela, con muchísimos cameos.
Como quien no quiere la cosa, incorpora Ai Yazawa un coprotagonista bisexual y un personaje principal, aunque secundario, transexual. Y no le da ninguna importancia, no hace falta ninguna explicación, ningún trauma del pasado, ningún matiz negativo relacionado con pertenecer al colectivo LGTB. Parece mentira que ella consiguiera crear dos personajes e integrarlos con tanta normalidad en su historia sin hacer (prácticamente) ninguna mención explícita a su orientación o identidad sexual hace casi 20 años con la controversia e infrarepresentación que hay en la ficción actual.
A pesar de estar algo devastada por el final, os recomiendo encarecidamente la lectura de esta obra... (quizá que echéis un ojo a Historia de un vecindario primero aunque yo no la haya leído todavía). Mientras tanto, me voy a buscar un shôjo cuqui con el que vomitar arcoiris para compensar.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarya era hora! estaba seguro que te gustaría mucho cuando por fin lo leyeras :_)
ResponderEliminarlo leí hace tantos años que apenas recordaba nada de la trama, sólo que me gustó mucho; ahora leyéndote me he ido acordando de algo, pero no consigo recordar el final!!! D:
de hecho creo que fue mi primer acercamiento al shojo/josei en manga... o sea que yo tampoco me leí antes, ni me he leído todavía, historia de un vecindario, se puede disfrutar de Paradise Kiss perfectamente sin haberlo hecho!
muy buena reseña! estás on fire con el blog estos días x)
PD: si quieres algo cuqui ponte con Aqua+Aria! aunque no se si te servirá para vomitar arcoiris XD
Una cosa es que se pueda disfrutar de ParaKiss sin haber leído Gokinjo y otra muy distinta que se pueda disfrutar de Gokinjo habiendo leído ya ParaKiss! (pero bueno, estos días he estado leyendo Historia de un vecindario y me ha gustado mucho aunque nunca sabré si ciertas cosas me habrían sorprendido/gustado más si no hubiese leído antes Paradise Kiss...)
EliminarMira, antes dices que estoy on fire antes dejo de publicar repentinamente =')
PD: mira que no sé qué me pasa con Aqua/Aria que me da una pereza ponerme con ellos... *soy lo peor*
La leí hace mucho tiempo y lo que más se me quedó clavado fue el misterioso personaje de George. Si no me equivoco creo que también vi la peli y ahora mismo no recuerdo si el final era fiel al manga o no.
ResponderEliminarNo me había parado a pensar tan profundamente en el tema de la sexualidad, pero la verdad es que llevas razon.
Me ha encantado el final: "me voy a buscar un shôjo cuqui con el que vomitar arcoiris para compensar"
Saludos!
La película no la he visto (no sabía ni que había una la verdad) así que ni idea >_<
EliminarAl final me he puesto con la precuela de esta, que no es para vomitar arcoiris pero sí te deja mucho mejor sabor de boca la verdad =)
Hola! Al igual que Cristina lo leí hace ya tiempo,pero si lo recuerdo bien. Me acuerdo que quedé encantada por la temática, por el dibujo y por el hecho de que los personajes se dirigieran al lectro tal y como dices.Si no mal recuerdo sería de los primero Josei que leí. George era un misterio por completo y fue lo único que me dejó un sabor raro, junto al final... Ahora después de 3 años quizás, me estoy haciendo con historias de un vecindario, así que ya veré que tal.
ResponderEliminarSaludos :)
Lo de dirigirse directamente al lector parece ser que lo hace Ai Yazawa en todas sus obras, al menos en Historia de un vecindario también (y es anterior), y me parece una genialidad la verdad.
EliminarHistoria de un vecindario tiene un rollo bastante distinto, no tan dramático y bastante más cómico pero con reflexiones igual o más profundas que las de ParaKiss, ¡espero que lo disfrutes!
Buenísima reseña! Yo me compré Paradise Kiss cuando salió y me marcó muchísimo. Se trataban temas mucho más adultos que en los shojo que se publicaban por aquel entonces en España y, como muy bien comentas, se normaliza totalmente que haya protagonistas LGBT. Además, me pilló en un momento de mi vida en el que estaba como Yukari: planteándome dejar la carrera para hacer lo que realmente me gusta y pilladísimo de mi novia de entonces. Me encanta la forma tan realista en que se tratan las relaciones. De hecho, el final me parece totalmente consecuente y realista con los sucesos del manga (aunque no por ello me deja de dar pena) Recuerdo que ví el anime tiempo después y, aunque se trata de una buena adaptación, está unos peldaños por debajo porque omiten varios sucesos importantísimos.
ResponderEliminarExacto, no se trata de lo que es bonito o queda bien sino de lo que es consecuente, como bien dices. Es muy común que en los shôjos (y supongo que joseis) se representen relaciones tóxicas por doquier (que no deja de ser un reflejo de la vida misma) pero también hay cierta tendencia a optar por el final feliz, aunque sea cogido con pinzas, aunque sea moralmente reprochable, sólo para dejar buen sabor de boca a los lectores. Y Ai Yazawa se revela contra estos arquetipos en todas sus obras. No sabía que había anime pero la verdad es que, por lo que dices, no me llama mucho la atención ^^u
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