Maratón ochentero

Ahora que me pongo a escribir la entrada me doy cuenta de que hacía como una eternidad que no hacíamos maratón en casa de Deir. Y, como reza el título, en esta ocasión han caído películas de los ochenta de las que, por supuesto, no había visto ninguna porque no tengo cultura cinematográfica. Al final nos hemos dejado mil películas por ver pero bueno, siempre se pueden hacer una segunda y tercera rondas.

Empezamos con Temblores, una supuesta película de miedo que claramente no lo era, o al menos no como las que se estilan ahora porque si no, no la habría visto. La verdad es que es todo así como muy surrealista pero supongo que no hay que intentar buscarle sentido a este tipo de historias. Lo más impactante es haber visto a Kevin Bacon (Ryan Hardy en The Following) de joven y con su lacia melena al viento del desierto. Por lo demás... bueno, si eres estudiante de sismología parece ser que tienes que ser una experta en biología y la arena es el mejor antibalas del mundo. Ah, y si tienes un refugio nuclear en casa con comida para cinco años y un arsenal con balas infinitas lo más sensato que puedes hacer es montarte en una apisonadora para acabar en una suerte de roca grande en medio del desierto rodeada de bichos feos, ciegos, sin olfato y devora humanos.

Después del terror venía la acción y así es como descubrí que Jungla de cristal no es más que eso, una película de acción. Que no me hizo gracia. Ni le encontré nada remarcable. Ni especial. Ni entretenido. Solo tiros todo el tiempo en todas partes, explosiones, cristales rotos, sangre, alemanes malos, policías imbéciles y poco más. No hace falta que me insultéis por mi pésimo gusto que ya lo hicieron durante la maratón en sí y quedé servida *se va a llorar al rincón* Hay que decir que, por el título (y sin saber que el original es Die Hard), yo me imaginaba una película de fantasía... o mística... o no sé... así como, ehem, una jungla de cristal.

Una vez terminada, como Miya ya había llegado (que vino tarde alegando que trabajaba) nos dispusimos a ver Dentro del Laberinto con un David Bowie marcando entrepierna y con tendencias pederastas de lo más perturbador. La verdad es que la película me hizo pensar a ratos en Alicia en el país de las maravillas, Blancanieves y, en una escena, hasta en Card Captor Sakura. Es todo bastante caótico y demencial y me encanta. Es una película rarísima y, por lo tanto, impredecible así que me alegro mucho de que cayera en el maratón. Seguro que yo por mí misma nunca me hubiera animado a verla.

Después, le tocaba el turno al romanticismo (el de verdad) así que era la hora de La princesa prometida. Tengo sentimientos encontrados con esta porque a la par que la encuentro una historia super bonita, encuentro demasiadas salidas WTF pero supongo que es porque no acabo de pillar el humor de los ochenta. Salvo las incoherencias porque no dejaba de ser un cuento dentro de una película. ¡Y ahora POR FIN sé de dónde sale la frase de Iñigo Montoya! En general quedé muy satisfecha y aun estoy flipando de haber visto a Mandy Patinkin (Saul Berenson en Homeland) haciendo de melenudo bandido borracho español.

A estas alturas eran las 2 de la mañana y empezábamos a sufrir algunas bajas pero nos embarcamos (omg, me estoy shippeando a mí misma con una peli?) con El club de los cinco (The breakfast club en el original (?)). Nuevamente, tengo problemas con esta porque podría decir que fue la película que más me gustó de todo el maratón a la par que fue la que tuvo el final más decepcionante y la que más me indignó. Porque la premisa de cinco adolescentes totalmente distintos entre ellos (la pija calientabraguetas, el macarra, el deportista abusón, el cerebrito casi nerd y la inadaptada mitómana y cleptómana) que han acabado "castigados" y destinados a pasar un sábado entero en el instituto para reflexionar sobre sus actos es interesante. Porque creo que profundiza bastante bien en cómo son realmente los adolescentes y el tipo de prioridades y pensamientos que tienen. Y todo sin generalizar porque en la propia peli ya se ve que hay MUCHA diversidad. Pero el final parece que te diga que sí, que o eres una pija de la muerte/musculitos sin cerebro o no vales para nada y, lo más importante, no vales para tener pareja... Lo que más me indignó fue que se supone que tenemos que creer que Allison está más guapa con diadema y blusa que vestida de negro y con el pelo a lo salvaje...

SRSLY

Y ya para acabar, después de dormir unas 5 horas amanecimos con Juegos de Guerra. Según los entendidos del tema era el precursor de algo llamado skynet que se ve que sale en Terminator pero como tampoco la he visto... Me fascina que un chaval de 17 años se cuele en la red informática de una base militar estadounidense sin problemas. Aunque creo que lo más traumatizante fue reencontrarse con Ally Sheedy haciendo de pava insoportable e inútil. Como no entiendo mucho de informática y menos aun de la informática que había en los 80 no tengo ni idea de cuánto de lo que pasa es mínimamente creíble pero creo que es más bien poco. Al menos tenía un buen final.

Me despido con la más mejor de las protagonistas adolescentes (aunque la actriz tenía más de 20 años cuando se filmó El club de los cinco pero da igual): Allison Reynolds (antes de involucionar a intento de pija).

PD: algo que no acabo de entender de las películas de los ochenta (y no es como si fuera algo exclusivo de ellas, creo haber visto muchos ejemplos en manga por ejemplo) es que los "malos" parece que tienen que ser estúpidos, idiotas, normalmente feos y ponerse en ridículo ellos a sí mismos o si no, no pueden ser antagonistas. Cuando no es por nada pero para ser malvado (en plan villano de peli) tienes que ser inteligente, just saying.