Quiero leer este libro desde que vi la reseña de Arsénico. Luego vi la de Bell y aun tuve más ganas... Y luego vi la hermosa edición de bolsillo (con una portada mucho más de mi gusto que la otra), por 8 euritos y manejable para llevar en el bus y... aquí está como interludio entre Choque de Reyes y Tormenta de Espadas. No vayáis a pensar que he abandonado la saga, es más bien que como los libros son tan tocho que no puedo cargar con ellos cada día hasta Barcelona, al final decidí optar por una lectura más ligerita y Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea no me ha durado ni una semana porque es bien corto y fácil de leer.
Jamie es el hijo pequeño de una familia desestructurada a raíz de la muerte de una de sus hermanas mayores en un atentado terrorista en Londres hace 5 años. Sus padres nunca se repusieron de la pérdida y entraron en una espiral descendente que llevó a la madre a ponerle los cuernos a su marido y al padre a volverse un alcohólico. A pesar de que ya hace 5 años de la muerte de Rose nadie es capaz de reponerse y seguir adelante excepto Jamie, que era tan pequeño cuando pasó que apenas se acuerda de ella y no comprende que alguien que está muerto pueda causar tantos estragos.
Jamie, su hermana Jas (que era la gemela de Rose) y su padre se van a vivir a un pueblecito a las afueras para alejarse de la gran ciudad y empezar de cero.
Pero Jamie tarda muy poco en darse cuenta de que todo sigue exactamente igual que antes solo que ahora su madre no está y parece no acordarse de los dos hijos que aun están vivos. Con este panorama, Jamie empieza a ir al colegio en el nuevo pueblo con tan "mala suerte" que le sientan al lado de la única musulmana de la clase. Su padre desarrolló un racismo extremo después del atentado y como que a los 10 años uno no se plantea que los padres puedan mentir, Jamie asume que todos los musulmanes son terroristas y que bajo ningún concepto puede hablar con su compañera Sunya. Por mucho que ella insista...
Se supone que el hecho de que el libro esté escrito desde la perspectiva de un niño de 10 años debería hacerlo más suave pero a mí cada palabra de Jamie se me hacía más y más desgarradora. Jamie no entiende NADA de lo que pasa a su alrededor pero te muestra todos sus razonamientos y a dónde le lleva su lógica infantil y a mí me daba mucha penita.
Y es que por si no fuera poco que tu madre te abandone y que tu padre se preocupe más de la urna con tu hermana muerta que de ti y de Jas, en la escuela te tratan como a un bicho raro y la única persona que te habla es musulmana y, por lo tanto, no puedes hablar con ella o Dios te castigará.
Lo peor de todo el libro es que los padres de Jas y Jamie realmente los abandonan. Ninguno de los dos es ni remotamente consciente de que son dos niños pequeños, que hay que educarles, mimarles, arroparlos cuando se van a dormir, prepararles la comida, llevarlos al colegio... Recordar que existen. Y me pone los pelos de punta que una historia como la de este libro pueda haber ocurrido en la realidad.
Pero por mucho que Jamie se lleva la voz cantante al tratarse de una novela en primera persona, lo poquito que vislumbras de Jas me ha enamorado y es el típico libro que a mí me hubiera gustado que tuviera una segunda mitad idéntica a la primera pero narrada desde el punto de vista de Jas, para saber qué es lo que la impulsa a no comer, a vestir de negro, cómo conoció a Leo, qué siente ella cada vez que ve la urna sobre la repisa de la chimenea... Creo que hubiera quedado un libro redondo.
El libro tiene un desarrollo muy ordenado y bien estructurado, con su introducción, su punto álgido (cuando se me quedaba una sonrisa boba en los labios mientras leía), el nudo y el desenlace y así los personajes van pasando por varias etapas hasta que todos y cada uno de ellos madura y consigue empezar a pensar de una manera un poquito distinta. Hacia el final me puse a llorar como una tonta pero las últimas páginas rebosan optimismo y alegría. La autora intenta demostrarnos que no hace falta un final feliz de cuento para, vaya, ser feliz.
Jamie es el hijo pequeño de una familia desestructurada a raíz de la muerte de una de sus hermanas mayores en un atentado terrorista en Londres hace 5 años. Sus padres nunca se repusieron de la pérdida y entraron en una espiral descendente que llevó a la madre a ponerle los cuernos a su marido y al padre a volverse un alcohólico. A pesar de que ya hace 5 años de la muerte de Rose nadie es capaz de reponerse y seguir adelante excepto Jamie, que era tan pequeño cuando pasó que apenas se acuerda de ella y no comprende que alguien que está muerto pueda causar tantos estragos.
Jamie, su hermana Jas (que era la gemela de Rose) y su padre se van a vivir a un pueblecito a las afueras para alejarse de la gran ciudad y empezar de cero.
Pero Jamie tarda muy poco en darse cuenta de que todo sigue exactamente igual que antes solo que ahora su madre no está y parece no acordarse de los dos hijos que aun están vivos. Con este panorama, Jamie empieza a ir al colegio en el nuevo pueblo con tan "mala suerte" que le sientan al lado de la única musulmana de la clase. Su padre desarrolló un racismo extremo después del atentado y como que a los 10 años uno no se plantea que los padres puedan mentir, Jamie asume que todos los musulmanes son terroristas y que bajo ningún concepto puede hablar con su compañera Sunya. Por mucho que ella insista...
Se supone que el hecho de que el libro esté escrito desde la perspectiva de un niño de 10 años debería hacerlo más suave pero a mí cada palabra de Jamie se me hacía más y más desgarradora. Jamie no entiende NADA de lo que pasa a su alrededor pero te muestra todos sus razonamientos y a dónde le lleva su lógica infantil y a mí me daba mucha penita.
Y es que por si no fuera poco que tu madre te abandone y que tu padre se preocupe más de la urna con tu hermana muerta que de ti y de Jas, en la escuela te tratan como a un bicho raro y la única persona que te habla es musulmana y, por lo tanto, no puedes hablar con ella o Dios te castigará.
Jas me dijo que Rose era una mandona y que siempre tenía que ser el centro de atención, que lloraba si no se salía con la suya. Me alegro de que se muriera ella y no tú le dije, sonriendo con amabilidad. Jas frunció el ceño. Si tenía que morirse una de vosotras, me refiero. Le tembló el labio de abajo. Es que no te sientes ni un poquito bien sin ella le pregunté, un poco picado. Era Jas la que había dicho que Rose era una pesada, no yo. Imagínate a una sombra sin persona me respondió. Me acordé de Peter Pan. Su sombra se lo pasaba mucho mejor en el dormitorio de Wendy cuando Peter no estaba. Habría querido explicarle eso a Jas pero se puso a llorar así que le pasé un clínex y encendí la tele.Pero poco a poco Jamie empieza a entender algunas cosas y aunque solo tiene 10 años se ve obligado a madurar a golpes. Todos sabemos que los niños son crueles ya sea porque lo fueron con nosotros cuando éramos pequeños o porque lo fuimos nosotros con otros pero creo que a la autora se le ha ido la trama un poco de las manos. Al menos yo prefiero creer que a los 10 años los niños no van por ahí dándote palizas porque sí. Otra cosa que no comprendo es que Daniel, que es el empollón de la clase sea el más popular y el que lleva la voz cantante cuando de toda la vida se ha marginado al ojito derecho de la profesora... Y sobre todo, teniendo en cuenta cómo se comportan todos creo que Sunya no aparenta para NADA 10 años, de hecho, no aparente ni 10, ni 11, ni 12... no le recuerdo ni un solo comentario ni una sola frase de niña como tal.
Lo peor de todo el libro es que los padres de Jas y Jamie realmente los abandonan. Ninguno de los dos es ni remotamente consciente de que son dos niños pequeños, que hay que educarles, mimarles, arroparlos cuando se van a dormir, prepararles la comida, llevarlos al colegio... Recordar que existen. Y me pone los pelos de punta que una historia como la de este libro pueda haber ocurrido en la realidad.
Y aunque papá seguía gritando y el viento sacudía las ventanas y el café iba cayendo gota a gota de la mesa y formando un charco en el suelo, yo lo único que oía eran las palabras de Sunya. Me gustaría ser normal. Me dieron ganas de acercarme a ella y cogerle los puños y ponerle el anillo y decirle Yo me alegro de que no lo seas.Otra cosa que me chirría es el tema del hiyab. No sé con exactitud cómo va el tema pero seguro que todos habéis visto a niñas pequeñas por la calle que van sin pañuelo. No sé a partir de qué edad se empieza a llevar pañuelo y diría que ni siquiera hay una fecha establecida pero a los 10 años me parece un poco pronto, sobre todo, porque se da a entender que lo lleva desde hace tiempo. Además, está el tema de que lo pone en el Corán y a mí me suena que con esto siempre ha habido polémica... y que muchos afirman que en el Corán no se obliga a las mujeres a taparse. Que me parece genial que lo hagas por voluntad propia porque quieres guardarte solo para quien te quiera de verdad (a lo Helena de Troya) pero de ahí a que sea una obligación... que cuando veo a mujeres con burka siempre me da una calor espantosa y no comprendo cómo puedes hacer eso tan solo movida por la fe.
Perfecto dijo papá en la parte del solo de Rose, como si se sorprendiera. Qué voz de ángel. Cualquiera que tenga orejas puede oír que Jas canta mejor y se lo dije a ella cuando íbamos en el coche. No fue difícil. Íbamos los dos apretujados en el asiento de atrás. Rose iba en el asiento delantero. Papá hasta le puso el cinturón de seguridad a la urna pero se le olvidó decirme a mí que me pusiera el mío.
La portada que da miedo o.ò |
El libro tiene un desarrollo muy ordenado y bien estructurado, con su introducción, su punto álgido (cuando se me quedaba una sonrisa boba en los labios mientras leía), el nudo y el desenlace y así los personajes van pasando por varias etapas hasta que todos y cada uno de ellos madura y consigue empezar a pensar de una manera un poquito distinta. Hacia el final me puse a llorar como una tonta pero las últimas páginas rebosan optimismo y alegría. La autora intenta demostrarnos que no hace falta un final feliz de cuento para, vaya, ser feliz.
Le has sacado mucha punta al libro, cosas que ahora al leerlas, me habría gustado añadir a mi reseña >___< Bueno, estupenda reseña, me alegro de que te gustase tanto el libro (porque te ha gustado ¿no? me falta un poco de tu opinión global)
ResponderEliminarDe cositas que comentas, lo de niños crueles, sí que los hay, y mucho. Por suerte, yo al menos no me los crucé en mi infancia, pero sí que existen. Que sea un empollón y ojito derecho de la profe tampoco lo veo descabellado, es inteligente y si se sabe imponer, puede controlar al resto.
Lo de que Sunya no actua acorde a su edad, es totalmente cierto y es una pega del libro... pero supongo que era necesario que fuese así. Y dado que las chicas siempre maduramos (en general, claro) antes que los chicos, tampoco lo veo tan fuera de lugar. Y en cuanto al hiyab, yo tampoco lo tengo muy claro, puede haber sido una licencia de la autora. O que viendo lo madura que es ella, se decidiese pronto a ponérselo. Puede que en realidad, ella no sepa que no lo pone el Corán, pero si se lo han dicho sus padres...
"Y me pone los pelos de punta que una historia como la de este libro pueda haber ocurrido en la realidad." Es triste, pero no es que "pueda" sino que existen a patadas. En el telediario (que es lo que veo en la tele aparte de un par de cosas más) no suelen poner sucesos, pero de vez en cuando se cuela cada historia... Si nos pusiéramos a ver programas de sucesos no podríamos dormir.
A mí también me habría gustado ver el punto de vista de Jas, no había pensado en una segunda parte, pero habría estado muy bien. Y habría tenido mucho más sentido que una novela juvenil romántica que leí (Las estrellas se pueden contar) en que la parte del chico sobra totalmente y no aporta nada. Aquí habría quedado muy bien. Pero bueno, es una magnífica novela tal cual está =)
Aiss, me alegra mucho que te haya gustado. Este libro es una pequeña joyita *___*. A mí me gusta mucho la portada de las muñecas, ¿sabes? Es verdad que da un poco de miedo, pero me gusta porque es diferente.
ResponderEliminarTe doy la razón en que Sunya parece mucho más madura para la edad que tiene. En cuanto a lo del hiyab, no tengo ni idea de cual es la edad a la que las niñas comienzan a ponérselo, aunque supongo que dependerá mucho de los padres.
A mí también me dio la sensación de que los padres de Jamie se olvidaron totalmente de que tienen dos hijos más. Tiene que ser muy duro perder a un hijo y es normal que eso hunda a una familia. Pero de ahí a olvidar que tienes otros dos hijos pequeños que te necesitan, es muy fuerte y muy triste.
Y ahora que lo dices, no se me había ocurrido pero habría estado genial contar también con el punto de vista de Jas. Pero no una mitad idéntica, sino diferente (es que creo que contar exactamente lo mismo desde el punto de vista de dos personajes distintos debe ser un tanto aburrido. O puede que no oye, todo depende de cómo te lo plantee el autor).
Te ha quedado una reseña estupenda :)
Un besote wapi!!
Al final tendré que apuntármelo para leerlo =_=
ResponderEliminarYo también quiero leérmelo, porque según parece está muy bien, pero tengo tantos para elegir que no sé cuando me pondré con él.
ResponderEliminarUn saludo!