Hace unos días vi el top ten semanal de ventas manga en Japón y me encontré con un título curioso y una portada bonita. Mangaupdates me dijo que era un manga popular, con nota y además, scanleado regularmente con 32 capítulos disponibles.
Así que se me cruzaron los cables y me los bajé, los 32. Como podéis ver tengo cierta tendencia a leer el triple que de costumbre cuando estoy de exámenes (procrastinación al máximo). Y lo de bajar scans… de verdad que es algo que odio, se me hace super incómodo leer de la pantalla del ordenador, por eso me vuelvo anti ecologista en cuanto a formato digital se refiere.
Shirayuki es una chica con un cabello muy peculiar, lo tiene rojo como las manzanas. Este rasgo tan particular llama la atención del príncipe Raji, conocido por ser muy mujeriego y conocerse bien el barrio rojo de la ciudad. Cuando los asistentes del príncipe van en busca de Shirayuki, esta se corta el pelo y huye hacia el bosque. Justo cuando está en el límite con el país vecino encuentra una casa pero no se atreve a entrar, poco después, aparece un chico misterioso saltando un muro pero al verla, pierde el equilibrio y cae mal. Shirayuki se siente culpable y le propone curarle la herida pero el extraño parece desconfiar de ella…
Preámbulos a parte, os presento a la Princesa Blancanieves pelirroja (¿a que queda más bonito Akagami no Shirayukihime?). Si he de ser sincera, nada más empezar a leer me arrepentí al encontrarme con una historia que parecía no tener nada a parte de un bonito dibujo. Los personajes me parecieron superficiales, tópicos… Pero también hay que decir que no estoy muy acostumbrada a los shôjos fantasiosos, no es que hayan llegado muchos por aquí… y el choque de pasar de la típica historia de instituto, o incluso de la típica historia donde la protagonista es una chica de instituto (aclaración debida a mangas como Fushigi Yugi) a un shôjo con príncipes, reinos, concubinas… quizá haya tenido algo que ver en el rechazo inicial que me produjo este manga.
Al principio son todo capítulos autoconclusivos y se me hicieron un pelín pesados pero a partir de cierto punto empiezas a conocer a los personajes y los arcos argumentales empiezan a alargarse.
Es un manga muy tranquilo donde no pasa nada excepcional y creo que teniendo en cuenta que hablamos de un país donde todo el mundo lleva la espada encima es todo demasiado light. Cualquiera se esperaría guerras, batallas, muertes… pero la verdad es todo de bastante politiqueo y nada más.
Zen, el protagonista masculino y segundo príncipe de Clariness (el nombre del país va variando dependiendo de la traducción) es adorable, bueno, responsable, inteligente, cabezota, posesivo… Siempre se está preocupando por Shirayuki a la par que intenta que ella no se preocupe. De verdad que es todo amor.
Shirayuki es una chica sencilla que de golpe se ve envuelta en una serie de intrigas políticas de la que no le gusta nada formar parte pero que no tiene más remedio que soportar si quiere permanecer al lado de Zen. Es de las protagonistas shôjo más apañadas que recuerdo y es que no se contenta con existir y ser el centro de atención por ser pelirroja y ser amiga de su majestad el segundo príncipe de Clariness sino que se esfuerza por encontrar su lugar dentro del palacio, estudia, trabaja y hace todo lo que está en su mano por resultar útil y para que nadie pueda burlarse de ella. A parte de eso es buena, inteligente, valiente, honesta, humilde… en fin, otra chica perfecta pero se lo perdono un poco por ser tan trabajadora.
Sin embargo, el personaje más curioso y misterioso es Obi pero no me preocupa en exceso porque sé que más adelante habrá capítulos dedicados a su pasado (me he autoespoileado ojeando los capítulos que he bajado).
Como ya he comentado antes… el dibujo es PRECIOSO. Tiene un estilo muy limpio, muy cuidado, muy bonito, los diseños de personajes y vestuario son geniales. No me canso de guardarme viñetas aisladas, tiene escenas muy emotivas.
Como lo estoy leyendo en inglés tengo el problema de siempre de no acabar de entender algunas conversaciones largas pero también creo que este es el tipo de manga donde a pesar de que las cosas parezcan más que obvias los protagonistas se empeñan en complicarlas y en tener conversaciones absurdas y en prometerse y jurarse cosas sin sentido y… en hacerlo todo más complejo de lo que realmente es. Aunque supongo que el hecho de que Zen sea un príncipe y Shirayuki una mera plebeya excusa un poco este comportamiento. En cualquier caso, son los dos demasiado cabezotas y predispuestos a cargar sobre sus hombros más de lo que deberían.
Justo ahora, después de acabar el capítulo 16, he llegado al ecuador de capítulos traducidos y estoy en el intermedio entre dos arcos argumentales. Si os he animado a probar con este manga os pido que aguantéis al menos hasta el capítulo 7-8 porque de verdad que empieza bastante flojo y se va animando…