Llevo escribiendo esta entrada desde enero; inicialmente, iba a titularse "Año nuevo, lecturas nuevas" pero a estas alturas del verano parecería un poco ridículo. A principios de año decidí no hacer la típica entrada en plan "reto de lectura" porque sigo sin haber cumplido
el único que me propuse el año pasado pero eso no quita que esté intentando comprar menos y leer/reseñar más.
En cuanto a publicaciones españolas, por muy vagas y retorcidas que sean, nunca dejaré de consumir compulsivamente todos los manga que salgan del colectivo CLAMP. Empecé a leer
xxxHolic Rei bastante preocupada con lo que pudiese encontrarme ya que el "final" de su predecesora fue de lo más ambiguo. CLAMP nunca decepciona: nada más empezar a leer, ya estaba totalmente perdida ante la falta absoluta de continuidad. Aunque esa es parte del encanto, volver a los casos individuales, a los clientes estremecedores de
Yuko. Y entonces, para no perder del todo al lector fiel, la trama da un pequeño vuelco para recordarnos que hay muchos cabos por ligar, entre ellos, el huevo de marras que posee
Domeki. Es una lectura que seguiría con muchas ganas si no fuese porque sus autoras han parado temporalmente su publicación... para no variar.
A Silent Voice fue la licencia que más ilusión me hizo de todas las que anunció MW a finales de 2014 y principios de 2015. Me leí el
one-shot del que surgió la historia por scans a raíz de
la reseña que le hizo Miya hace ya más de dos años (¡como pasa el tiempo!); cuando se anunció que se convertiría en una serie regular me alegré muy parcialmente porque, como suele pasar, no tiene por qué ser bueno que se alargue una historia que te gusta, y mucho menos en el mercado del cómic japonés
(de hecho, he leído alguna que otra opinión que defiende la clara supremacía del one-shot sobre el manga completo...). A pesar de las reservas que pudiese tener, estaba ansiosa por tener este primer tomo entre mis manos porque me parece una temática de lo más interesante. Tanto el bullying como la discapacidad ya que ambas son realidades muy frecuentes en nuestra sociedad que tendemos a ignorar.
¿En qué momento empieza el acoso escolar? ¿Qué lleva a un niño a maltratar a otro sin que haya ninguna clase de provocación previa? La reflexión de las hormigas puede parecer absurda o simplista pero para mí ha sido casi reveladora. Yo recuerdo a muchos niños pisoteando hormigas en el patio del colegio... como si los humanos sintiésemos el impulso de hacer todo aquello que está en nuestra mano hacer sin más motivo que el "lo hago porque puedo".
Después de tantísimos años acabé desistiendo con mi vana espera y empecé con la compra de
Sakura Hime: The legend of Princess Sakura, en inglés. Pero, como viene siendo habitual en mí, tardé una eternidad en leerme el primer tomo... en parte porque ya lo había leído por scans hace muchos años, cuando empezó a publicarse este manga en Japón, como buena adepta de
Arina Tanemura. La relectura me ha producido cierta tristeza porque o bien estoy alcanzando una edad que me impide disfrutar del shôjo como cuando era adolescente o mi mangaka favorita está prostituyendo cada vez más su dibujo para crear historias insulsas que no le hacen justicia a sus obras primigenias
(comentario demasiado influenciada por la reciente lectura de los primeros capítulos de 31 Ai Dream, que sí son vomitivos). Como siempre, tenemos una cantidad nada despreciable de personajes principales, todos con secretos e intenciones ocultas que les hacen decir una cosa y actuar a la siguiente página contradiciéndose a sí mismos. Y, por supuesto, una protagonista mimada y traumatizada a partes iguales, aunque ni la una ni la otra le impedirán tener un corazón de oro, que promete ser una
Mary Sue en toda regla. Veremos cómo se desarrolla.
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El traje no es más anacrónico porque no se puede (decepcionante fanservice) |
Natsume's Book of Friends es un manga que ciertos bloggers llevaban recomendándome encarecidamente desde hace eones. Lo empecé a leer un poco a ciegas, teniendo la vaga idea de que giraba en torno a seres sobrenaturales y de que salía un gato que hablaba. No me hizo mucha ilusión encontrarme con un manga de capítulos autoconclusivos, en especial cuando casi ha alcanzado ya la veintena de tomos en Japón. Las historias de este primer tomo no están mal pero tampoco creo que la autora pueda dibujar docenas de ellas sin caer en la reiteración. Como personaje protagonista,
Natsume me parece increíblemente anodino y los secundarios que se introducen en cada nuevo capítulo para no volver a aparecer no pueden desarrollarse lo suficiente como para que resulten realmente interesantes. Eso sí, todo el manga está dominado por un aura melancólica que casi me hizo llorar con la segunda historia... muy agridulce.
El dilema que me encuentro con estos títulos es que, entre la subida de precios masiva de bookdepository y la cada vez más pronunciada devaluación del euro, no sé cómo voy a hacer para poder continuarlos... De hecho, tengo todos mis manga en inglés parados y algunos incluso he decidido venderlos porque no puedo acarrear con tanto gasto.
El último mercado que se añade a mi voraz apetito lector es el francés, aunque mis incursiones con este idioma son aún breves y más o menos cautas.
Princess Jellyfish ha caído por el llano y simple motivo de que compré el primer tomo de segunda mano hace casi dos años con lo que escogerlo como primera lectura al empezar a aprender francés fue lo más natural. De todas formas, igual que con
Natsume, me escama que lleve ya quince tomos en Japón y que, encima, esté en
hiatus (según mangaupdates al menos).
Kuragehime sigue la historia de
Tsukimi, una chica ligeramente inadaptada que vive por y para las medusas (de ahí el título), sus aún más inadaptadas compañeras en la residencia Amamizu y
Kuranosuke, un chico bastante peculiar cuyo mayor hobby es travestirse. Ya de primeras ambos protagonistas me han caído muy bien y tengo muchas ganas de ver cómo evoluciona (a pesar de que haya un poco demasiado de "patito feo que se convierte en cisne" para mi gusto).
Y, para terminar, después de muchos años de infructífera espera por su licencia en España, me lancé a la piscina con
Piece al ver una oferta decente en PriceMinister.
Hinako Ashihara es conocida por
Reloj de Arena (
Sunadokei), que publicó aquí Panini hace casi una década, y que es uno de los mejores shôjos que he leído en mi vida, todo sea dicho de paso. En este caso, conocemos a
Mizuho, una chica muy tranquila que acaba de descubrir que su novio la ha estado engañando con otra. Pero no es algo tan trivial lo que da pie a la historia sino la muerte de una antigua compañera de instituto, que caerá como una bomba en el complejo laberinto de sentimientos que
Mizuho intenta comprender sin éxito. La verdad es que escogí muy mal comprando
Piece en francés. Es una historia donde priman las reflexiones, ya sean sobre el amor, la amistad o la vida misma con lo que la densidad de los diálogos se aleja un poco de mi nivel principiante. La autora mezcla presente y pasado siguiendo de forma paralela la reconstrucción de la vida de
Origuchi (la chica fallecida) y el romance adolescente de Mizuho. En ese sentido, es muy interesante estudiar la evolución de los personajes en tan solo tres años, en ese momento en que la sociedad te fuerza a dejar atrás la adolescencia aunque nadie te explica muy bien cómo puedes hacerlo.
Por supuesto, no son estos seis manga los únicos que he comenzado a leer durante este año. Faltan obras como
orange o
Suiiki y un puñado de tomos únicos que cuentan o contarán con entradas individuales cuando tenga un momento para escribirlas...