domingo, 17 de mayo de 2015

orange #1

Sigo con mi favoritismo infinito hacia Tomodomo dedicándole toda una entrada al primer tomo de este manga demográficamente inclasificable (pasó de la Betsuma, revista de shôjo, a la Manga Action, en la que se publican seinens como Cibercafé a la deriva o King's Game).


Naho Takamiya recibe una carta de sí misma pero, como llega tarde a clase por primera vez en su vida, no le presta mucha atención. Cuando finalmente empieza a leerla convencida de que se trata de una broma, descubre que quien la ha escrito le relata cosas que solo ella misma podría saber... y empieza a temer que su yo del futuro realmente le haya enviado una carta, por imposible que pueda parecer. La Naho de 26 años insta a su versión de 16 a evitar a toda costa que el chico nuevo, Kakeru Naruse, salga con ella y sus amigos esa tarde. Sin embargo, Naho se ve incapaz de llevar a cabo sus propias órdenes. Y las cartas siguen llegando...

orange (escrito con minúsculas a propósito) es un manga que empezó a publicarse en la Betsuma (demografía shôjo) pero que acabaron trasladando a la Manga Action (demografía seinen) por lo que la gente ha acabado refiriéndose a este título como a un "josei", supongo que porque la protagonista es una chica de instituto (?). Todo esto os lo comento para que veáis lo absurdo que es rechazar la lectura de un manga solo por el sector de la población al que se supone que va especialmente dirigido. Creo que orange es el ejemplo perfecto de título apto para todo el mundo (con un mínimo de sensibilidad).


Dejando a un lado la naturaleza inverosímil de la premisa que, probablemente, no se justifique debidamente en ningún momento, orange resulta una lectura tonificante. Todas las historias que juegan con los viajes en el tiempo (que no es exactamente lo que ocurre en este manga pero tiene idénticas consecuencias y reflexiones) dan lugar a paradojas difíciles de resolver que obligan al lector a estrujarse los sesos más de lo habitual. De momento, y con lo poco y mucho que se puede juzgar a partir de este primer tomo, el tema parece prometedor. Ichigo Takano escapa de las típicas paradojas temporales en las que un aviso del futuro modifica el presente para que pueda ocurrir, en última instancia, ese futuro. A pesar de que la historia apenas acaba de arrancar, los nuevos pasos de la protagonista que se alejan de lo que hizo su yo del futuro empiezan a cambiar su presente de forma casi inmediata. Esto genera un vacío entre lo que cuentan las cartas que va recibiendo y su realidad que, espero, se vaya ensanchando con el paso de los tomos.

Si algo me ha gustado realmente de este primer tomo, no es tanto lo que ocurre sino los sentimientos y pensamientos de los protagonistas. Sin ir más lejos, mi favorita es la propia Naho, una adolescente tan increíblemente abnegada que es incapaz de hacer nada que, desde su sesgado punto de vista, pueda perjudicar a los demás. Desde pedir el bollo de su sabor favorito hasta admitir que se equivocó de talla al encargar los zapatos para educación física. De hecho, creo que lo que más me fascina es lo tímida/cobarde que es, hasta el punto de ignorar sus propios consejos porque no tiene el coraje suficiente como para decir lo que realmente piensa o hacer lo que realmente le gustaría. Reúne una mezcla entre ingenuidad e inseguridad que la convierte en un personaje de lo más real.


A pesar de todo, me ha sorprendido negativamente lo insensibles que parecen los protagonistas en algunas ocasiones. No me puedo explayar mucho aquí para no spoilear nada pero digamos que ante determinados acontecimientos vitales, esperaba una reacción más... sentida. También más duradera, pues creo que hay ciertos sucesos que impactan la vida de una persona profundamente y cuyos efectos colaterales aparecen en muchos aspectos.

Lo que sí me parece todo un acierto es que Ichigo Takano muestre también escenas del futuro (me ha hecho pensar un poco en Nana). Los adolescentes son muy dados a la exageración y el dramatismo. Cuando tienes 16 años, a tu novio lo amarás para siempre, tu mejor amiga estará ahí para ti hasta el fin de tus días y tu futuro está lleno de infinitas posibilidades. Conforme uno va creciendo y madurando se da cuenta de que la realidad no es tan simple y que nunca puedes dar nada por sentado, en especial cuando se refiere a las relaciones sentimentales.


Algo que me ha sorprendido es el dibujo, mucho más primerizo de lo que esperaba. Las expresiones faciales se me hacen algo extrañas en varias viñetas. No es uno de los puntos fuertes de esta obra.

Por último, al final del tomo se encuentra la primera parte de una historia de corte claramente shôjo, Astronauta en Primavera. El argumento es sencillo y surrealista como suele ocurrir en estos one-shots pero también simpático. Sinceramente, hubiese preferido más páginas de orange pero me temo que me hubiese acabado quedando con la intriga de todas formas.

2 comentarios:

  1. Yo me llevé una grata sorpresa con este manga, me encantó, al menos el tomo 1, y estoy deseando continuar.

    ResponderEliminar
  2. Aisss, qué ganas de empezarla. Lástima que ahora esté tiesa y que, además, me haya propuesto terminar series antes de sumar activas. Qué se le va a hacer, hay que priorizar. Al menos con tu opinión y otras que voy leyendo, ya iré sobre seguro cuando caiga =)

    ResponderEliminar