Jueves 25: paseo por Staroměstská (y alrededores)

Como que tanto Borja como yo estábamos muy cansados de la uni y del concierto y no es como cuando nos vamos de vacaciones en verano o así, esta vez decidimos tomárnoslo con calma y no pegarnos madrugones de esos que hacen historia como cuando estuvimos en Venecia.

Así es como empezamos nuestro primer día con la intención de ir al centro de Praga a ver lo más famoso/típico/representativo: el reloj astronómico y el puente de Carlos. Para esto decidimos seguir el itinerario propuesto por nuestra guía que nos hizo darle la vuelta a Staroměstská toda la mañana y parte de la tarde.

Cogimos el chachi metro praguense (con sus escaleras a 100 km/h hacia el abismo) hasta Staroměstská y nos encaminamos hacia Staroměstské náměstí. Y la verdad es que es una plaza preciosa que rivaliza con la Grand Place de Bruselas. No sé cuánto rato pasamos viendo la plaza y todos los edificios bonitos que la rodean pero creo que fueron horas.

¿Y qué hay que ver allí? Inevitablemente, lo primero que todo el mundo quiere ver (yo incluida) es el famoso reloj. Cómo veis en la foto, no es un reloj normal y corriente, mide la hora (de TRES formas distintas: la estándar, la de la antigua bohemia y una que parte el día en 12 horas que varían dependiendo del momento del año ya que se rige según las horas de sol), el movimiento del sol y de la luna, el horóscopo y no sé cuántas cosas más (aunque yo no sabía ni cómo descifrar qué hora era ^^u). Y justo debajo hay un calendario que indica el santo de ese día y el mes del año.

Por si el reloj en sí no fuera suficientemente bonito y llamativo como para reunir por sí solo a hordas de turistas. Hay unas figuras a ambos lados del reloj y unas ventanas en la parte superior que cobran vida a cada hora en punto. Las ventanas se abren y empiezan a desfilar los 12 apóstoles y las 4 figuras que hay a cada lado del reloj (dos y dos) se mueven: la Vanidad se mira en el espejo, la Avaricia sacude su bolsa de dinero, la Muerte hace girar el reloj de arena y la Lujuria mueve la cabeza de un lado a otro (la verdad es que es un poco creepy). Grabamos un vídeo pero me niego a subirlo porque blogger tarda una barbaridad y se cuelga y ya sufrí bastante con los de Serj o.ò

Aquí tenéis crucecitas en el suelo. Y las cruces nunca auguran nada bueno. Se trata de un "monumento" en memoria a veintisiete nobles a los que ejecutaron después de la batalla de la montaña blanca. Una atrocidad religiosa más.

En el centro de la plaza hay una estatua erigida en honor a Jan Hus, un sacerdote al que quemaron por herejía (la historia del cristianismo es amor de principio a fin). Entre una cosa y otra la plaza puede resultar un poco deprimente si empiezas a pensar en la gente a la que se asesinó en el mismo suelo que estás pisando... (aunque a Jan Hus no lo mataron en Praga).

En algún momento nos metimos por una callecita flanqueada en su totalidad por tiendas de souvenirs llenas de máscaras de Venecia, muñequitas rusas, marionetas y gorros contundentes. Y como que hacía mucho frío...

¡Que no se note que soy guiri!

Al final de la calle, se encontraba la torre de la pólvora (llamada así porque durante ciertos años albergó la pólvora de la ciudad en su interior, no se curra mucho los nombres esta gente).

Al final acabamos volviendo sobre nuestros pasos a la plaza otra vez y aquí yo ya empecé a leer la guía con detenimiento para que no nos dejáramos nada por ver... y a Borja le gusta mucho hacerme fotos cuando estoy despistada:

En Staroměstské náměstí casi todos los edificios son bonitos y tienen algo reseñable pero para no eternizar demasiado esto os hablaré solamente de la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, semioculta tras los edificios que construyeron delante. Para entrar podías meterte por un callejón y pasar a través de una tienda de música o entrar desde uno de los dos edificios que tapan su fachada. Como la entrada era gratis (cosa muy poco frecuente), entramos, fuimos respetuosos y no hicimos fotos porque no dejaban (si nos hubieran hecho pagar por verla otro gallo cantaría, como en Venecia xD) y yo me compré una postal por 10 coronas =)

Una vez fuera retomamos el callejón hacia arriba hasta que llegamos a un patio relativamente desierto rodeado de más edificios antiguos, bonitos y de lo más variopintos. Por esta zona empezamos a ver una acumulación impresionante de tiendas de marionetas (que es lo realmente típico de Praga).

Seguimos con nuestro itinerario y fuimos a topar con la Iglesia de Santiago, que según la guía era una maravilla, pero estaba cerrada así que a seguir el camino. Nuestra querida guía tenía intención de llevarnos por una ruta apartada de los típicos caminos que toman los turistas porque según ella así no puedes disfrutar de la ciudad y las tiendas de fruslerías no valen la pena. Resumiendo, que pasamos por calles un poco raras y sin mucho que ver aunque nos encontramos alguna que otra estatua curiosa (e hicimos foto por supuesto).

Caminando caminando, llegamos a un mercadillo la mar de mono con muchas tonterías, imanes, llaveros, muñecos, marionetas, comida, chuches, ilustraciones y demás que la guía no quería que viéramos y que estaba muy muy cerca de Můstek. Así que como ya llevábamos un buen ratito caminando y era mediodía decidimos acercarnos para ir a comer al McDonald's.

El mercadillo en cuestión

Después de comer volvimos al mercadillo a seguir con la ruta que aquí sí que nos hizo dar una vuelta absurda sin mucho que ver pero bueno, las calles de Praga son muy bonitas (a pesar de los adoquines) y en buena compañía todo se disfruta =) Y encontramos de casualidad una tienda de peluches-bola super graciosos!!!!!!!!!

Después de esto, intentando seguir el retorcido itinerario de la guía nos medio perdimos y acabamos dando la vuelta sobre nosotros mismos y todo para llegar a un sitio en el que no había nada que ver (teóricamente íbamos buscando la Capilla de Belén pero aunque probablemente la vimos no la supimos reconocer) pero fue así como vimos de casualidad la escopeta llena de cerveza/líquido-alcohólico-indeterminado/whatever xD. Siguiendo el recorrido entramos en la Iglesia de San Gil que tenía muchas columnas retorcidas y bonitas pero la verdad es que después de haber estado en Roma y en Venecia las iglesias tienen que ser muy muy bonitas para  llamar mi atención.

Al final de nuestro super recorrido que debería haber durado solo la mañana pero que se nos fue un poco de mano, pasamos por el Klementinum pero no entramos porque somos unos rancios tacaños y teníamos previsto seguir con otro itinerario un trecho más y no nos daba tiempo a hacerlo todo así que optamos por el paseo que es gratis. Y eso ya lo dejo para la próxima entrada que tampoco quiero eternizar esto demasiado >o<