Si hay una constante en este mi irregular blog son las crónicas saloneras. Cada vez me cuesta más conciliar la vida laboral con mis muy diversas aficiones (por lo que se resiente muchísimo el ritmo de entradas) pero no he sido capaz de dejar de ir al salón 4 de los 5 días que ha durado esta edición. Lo primero, como siempre, es agradecer a Ficomic por la acreditación de prensa que me ha permitido visitar el salón sin restricciones de ningún tipo.
Pero, en esta ocasión, tengo que añadir varios agradecimientos más ya que, por primera vez en muchos años, veo que se han subsanado muchos problemas de acceso y disposición de espacios. Decimos adiós a los colas tortuosas para acceder al recinto a pesar de tener entrada, ¡incluso el día más concurrido! El hecho de que hubiese stands comerciales no sólo en el pabellón 2 sino también en el 1, ha permitido un reparto más equitativo de los visitantes, con lo que no han hecho falta restricciones para el flujo de gente entre pabellones (evitando dramas de otros años en los que una vez dentro del recinto, no podías acceder al pabellón en sí). Por si esto fuera poco, nuestras plegarias han sido escuchadas y había mesas por doquier. Se ha terminado ese problema crónico del salón desde tiempos de la Farga en Hospitalet, con cientos de personas sentadas por todos los rincones, apoyándose en todas las paredes (y salidas de emergencia hasta que el segurata de turno te echaba).
Para no alargarme demasiado (me río yo sola de mis mentiras), voy a ir pasando a la crónica
sensu stricto. Adelantaba antes que fui 4 días al salón y, tal y como spoileo en el título de la entrada, todos por la tarde. El primero de ellos fue el miércoles, empezando mi visita a eso de las tres de la tarde, momento en que me reuní con mis habituales compañeros de batalla:
Nagore y
Fran. Después de hacerle compañía a la primera mientras degustaba un frankfurt de los food trucks (mucho mejor que la comida semi-asiática del pabellón 1, gran avance),
Nagore se fue a hacer cola para la firma de
Kakizaki en el stand de
ECC así que
Fran y yo fuimos a inspeccionar un poco los stands comerciales. En estas llegaron
Raúl y su pareja, y nos fuimos los 4 al pabellón parking a ver la exposición de robótica.
Siendo una de las más promocionadas, la exposición de robótica me pareció correcta pero bastante sesgada y superficial.
Flors ya
ha comentado en su blog su cariz entre machista y descuidado pero me gustaría insistir en lo que para mí son errores flagrantes de la misma:
-
¡Yotsuba! Es que vamos a ver, me parece magnífico que el comisario sea fan de este manga pero no es ésa una excusa para meter este título con calzador cada vez que se presente la oportunidad. Sobre todo cuando se están dejando de lado obras insignia del género.
- En el panel introductorio de la exposición se mencionan como paradigmáticos tanto
Doraemon como
Astroboy pero luego no estaban incluidos en la exposición (?)
- Una de las primeras obras destacadas en la exposición era
Atom: The Beginning pero su mención quedaba limitada a su versión animada ignorando que
Milky Way está publicando el manga desde abril de este año.
- Además, no se mencionaba ni a
Franky, un personaje principal del best-seller
One Piece, que es un cyborg (me diréis que esto es tangencial pero si sale un robot hecho con cajas de cartón de un manga nicho, digo yo que mi sugerencia no es descabellada tampoco), ni
Saikano (más conocida por estos lares como
El Arma Definitiva) que aunque sea obra de culto supongo que no se merece aparecer en una exposición si nadie puede pagar para que así sea.
- El contenido de los paneles
informativos. Además del paréntesis innecesario y sintomático sobre lAs
cosplayers de
Gurren Lagann (debe de ser éste el único femenino plural de todo el salón), casi me caigo de culo con el comentario dedicado a Evangelion, os invito a leerlo. Sé que muchos me vais a calificar de tiquismiquis pero de verdad que considerando que a alguien le han pagado por escribir esto (imagino) exijo un mínimo de calidad. Y conectores como "pero" y "a pesar de esto" no veo que deban utilizarse para separar ideas que no son ni contrarias ni excluyentes; o que sea la mejor de las ideas remarcar un mismo concepto dos veces cuando el espacio disponible es tan limitado.
La exposición se complementaba con varios robots (de verdad) como muestra de los usos reales que se les pueden dar en la actualidad incluyendo un robot terapéutico para personas con diversidad funcional, un robot que hacía retratos (modo impresora), otro que dibujaba y uno que se ve que creaba melodías pero que no pudimos ver en funcionamiento porque lo situaron en el mismo espacio donde se realizaban las charlas.
Una vez vista (y fotografiada) la exposición, pasamos a saludar a los currantes de
Mision Tokyo, que estuvieron todo el salón con un ritmo frenético de trabajo, y donde se nos unió
Raúl. También aproveché para hacer la primera venta del salón (
Rozen Maiden) y es que aunque me ha costado, ya me he puesto a vender manga en serio (se me comen los tomos en casa).
A todo esto se iba acercando la presentación de novedades de
Tomodomo, con la que cerraría el miércoles de salón así que quise pasar antes por su stand para saludar y hacer las compras de rigor antes de que comenzaran la presentación. La sorpresa, agradable, es que me encontré con
Taki, dándolo todo vendiendo su recién salido de imprenta
Éramos Perfectas que, por supuesto, me compré. Nos pusimos al día en un momento, como todos los años; me hace gracia que hablando tan poquito podamos hacer un resumen tan completo de todo lo que ha pasado de un salón al siguiente.
Visto en perspectiva, me doy cuenta ahora de que fueron ella y
Flanaoka las únicas autoras con las que hablé en todo el salón... en eso sí que ha cambiado mucho mi paso por el evento a lo largo de los años. Así que fue
Taki la única receptora de mi típica exigencia egoista para que saque más páginas al año, recordándole que no se me olvida
Verdad.
Después de hablar con ella entiendo que es un proyecto en el que no puede embarcarse ahora mismo pero me hizo mucha ilusión que me dedicara un segundo dibujo en mi tomo de
Éramos Perfectas para recordarme que ella tampoco se olvida de sus queridos personajes ♥
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Compras de calidad ♥ |
Después llegó
Ana, a la que le compré sus también recién salidos de imprenta tomos de
Correr es de Cobardes.
Alina aprovechó para avisarme que la inminente presentación me haría muy feliz (tenía razón) pero manteniéndose fiel al secreto editorial. Después de haber hablado con las tres subimos a la sala de actos donde ya esperaban (con ilusión) tanto
Nat como
Flors.
La presentación de novedades de
Tomodomo creo que la retransmití íntegramente en un hilo eterno de tweets pero os resumo de nuevo lo más importante. Y lo más importante, para mí, es que
Ana y
Alina, siendo ellas dos la cara visible de la editorial, son fans del manga. Las dos se leen todo lo que publican. A las dos les gusta lo que publican. Tanto es así que
Ana se tiene que morder la lengua para no hacer spoilers de las obras que sacan. Tanto es así que se les pasa una hora entera sin que se den cuenta sólo hablando del argumento de sus licencias y el por qué decidieron publicarlas. Se han alzado voces críticas sobre los inconvenientes de este tipo de presentación, que se puede hacer pesada para los que buscan un listado rápido y conciso de títulos que twittear. Pero yo terminé encantada. Sólo ellas me transmiten lo interesantes que son las obras que publican y lo hacen con tanta vehemencia que incluso me estoy planteando comprar
Mother's Spirit (ya sabéis que exceptuando a
Asumiko Nakamura, el BL todavía se me atraganta un poco).
¿Licencias anunciadas? Todo lo que una pueda desear y más. En primer lugar,
Hanshin (posible adaptación del título como
Semidiós), tomo recopilatorio de historias cortas de la celebérrima
Moto Hagio. Aclaran que son conocedoras del interés patente en sus obras más emblemáticas y longevas como
El corazón de Thomas o
La familia Poe pero que no pueden embarcarse en dichos proyectos todavía. En cualquier caso, será un buen tocho con sus 448 páginas y no tiene fecha estimada de salida porque creo que ni la misma
Ana sabe cuántos meses va a necesitar para traducirlo entero.
¡Siguiente! La que ya adivinó
Javi:
Koi wa Ameagari no You ni (probable adaptación del título como
Amor es cuando cesa la lluvia), de
Jun Mayuzuki.
Ana y
Alina me recordaron con una presentación muy sentida por qué me encandiló tanto este título cuando lo devoré por scans.
Koi wa Ameagari no You ni es un manga que gusta a los autores de manga, que retoma una sensibilidad propia de los ochenta, que desborda humanidad por todos sus poros y, por supuesto, una historia sobre amor... después de la lluvia. La anécdota de la presentación fue que
Ana lo empezó a leer porque alguien lo comparó con el famoso anime
Free! Pero atentos, ¡tendrá periodicidad mensual! Y no tardaremos en tener el primer tomo en nuestras manos, como muy tarde saldrá en enero.
Otro sorpresón fue el anuncio de
Shimanami Tasogare (título provisional:
Sombras sobre Shimanami), obra actual de
Yuhki Kamatani. Esta obra estaba licenciada desde febrero pero quisieron esperar a su anuncio y lanzamiento a haber terminado de editar
Shonen Note, cuyo último tomo acaba de salir. Se trata de una obra bastante viral por las redes sociales ya que su tema principal es el colectivo LGBT. Como matizaron editora y traductora, las obras de
Kamatani se caracterizan por una rica profusión de personajes diversos, identificándose la propia autora como asexual, pero en el caso de
Shimanami será esa diversidad la protagonista. Remarcaron en la presentación que no se trata de una obra complaciente y que no presenta al colectivo de forma ni dramática ni idealizada sino, simplemente,
humana. Tiene una periodicidad muy dilatada así que saldrá un tomo al año más o menos.
Y, por último, la licencia BL bizarra fue
Jackass (título alternativo ¿
Se mira, pero no se toca?), de
Scarlet Berico. Se trata de un tomo único con una sinopsis extraña como poco, de lo que recuerdo de la presentación el protagonista es un yanqui buen estudiante pero pobretón al que acaba chantajeando el pijo de la clase que tiene un fetiche con las medias. Y ahí lo dejo que es el tomo que menos me interesa pero quién sabe, tratándose de
Tomodomo a lo mejor caigo.
Con el anuncio por megafonía del inminente cierre de puertas del recinto no dio tiempo a hacer preguntas pero sí para que
Alina confirmara que siguen sin tener tratos con
Shueisha así que nos tendremos que despedir de
Kakukaku Shikajika.
Para no eternizar la publicación de las crónicas tanto como otros años sigo directamente con la tarde del viernes, en que de nuevo comencé mi visita al salón a eso de las tres. Esta vez me esperaba sólo
Fran para ir a comer a los food trucks ya que
Nagore andaba retenida junto con
Miya en la (dantesca) cola para la firmas de
Yoko Kamio desde las nueve de la mañana (aplauso a
Planeta por el sinsentido de sistema). Después de comer (os recomiendo encarecidamente optar por los food trucks en lugar de los tenderetes de comida supuestamente japonesa), pasamos por el stand de
Planeta a saludarlas y, en mi caso, a seguir con la venta (
Virgin Crisis). El viernes se me olvidó pero el sábado hice un vídeo de la cola para las firmas de
Yoko Kamio para dejar constancia de los «fans verdaderos»:
De ahí fuimos directos a
Milky Way a saludar a
Javi al que terminamos acompañando (no sé muy bien cómo) en su cola para la firma de
Masao Maruyama en el stand de
Selecta. Tiene guasa porque es la única cola que hice en todo el salón. Puede que hubieseis comenzado a sospecharlo ya pero este año no fui a por
ninguna firma (os podéis hacer los sorprendidos). Por supuesto por supuestísimo tengo sendas dedicatorias de
Taki y de
Ana en los únicos cómics autoeditados que compré en todo el evento pero a los invitados japoneses no les hice ni caso. Me gustó mucho
Cat Street en su momento pero no tanto como para estar siete horas haciendo cola a cambio de un garabato sin dibujo.
Después de la agradable charla subimos a la presentación de novedades de
Milky Way en el que ha sido su primer salón del manga. En absoluta contraposición a
Tomodomo, el editor
anunció las nuevas licencias con desgana, como por obligación, en un entorno demasiado alejado del que le es propio: el
hype vía redes sociales. No por eso son menos interesantes los títulos anunciados:
En primer lugar, las secuelas
Hidamari ga Kikoeru: Limit y Your Lie in April Coda, que no me interesan ya que no he leído las obras de las que derivan. Además confirmaron los nuevos títulos de la
Colección Asumiko Nakamura:
Chicken Club y
J no Subete, cosa que me sorprendió ya que en el momento que anunciaron la "colección" entendí que lo tenían todo, y no sólo
La respiración de Copérnico...
Se dejaron para el final la que posiblemente sea una de las licencias estrella del salón:
Kujira no Kora wa Sajou no Utau, más conocida en occidente como
Children of the Whales. Es un shôjo de fantasía bastante popular que me llama un montón la atención aunque ni siquiera he leído la sinopsis. Doy gracias a
Netflix, que emitirá su anime a nivel mundial en 2018, factor que seguro que ha tenido un papel decisivo en la licencia del manga.
Terminada la presentación me acerqué a saludar con un mínimo de calma a
Kisa, que no paró en todo el salón así que no pudimos tener una conversación en condiciones. Aproveché eso sí para seguir con mis paulatinas ventas (esta vez dolieron más al tratarse de obras de
CLAMP:
Patrulla Especial Duklyon y
El ladrón de las mil caras). Antes de dar por terminada la tarde, aún fuimos otra vez más al stand de
Milky Way, esta vez a comprar las novedades ¡que yo quería mi flamante bolsa de tela de
Gangsta! Y sí, con esto quiero decir que éste título se suma al escaso listado de mangas que he comenzado a comprar este año.
De camino a la salida hice la ronda en la sección dedicada a los fanzines en la que, por primera vez en años, no iba buscando publicaciones sino
merchan. La contienda estuvo muy igualada entre los llaveritos de
Yuri on Ice y los de
Boku no Hero Academia pero entonces vi los de las mujeres de armas tomar de
Dragon Ball en el stand de
Cyclic Redundancy y a ver quién se resiste a mi personaje favorito de la saga.
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Los hubiese comprado TODOS |
Como veis, un par de días tranquilos, en que me tomé mi visita al salón con calma y sin ninguna gran pretensión.