Quizá por primera vez en mi vida me he puesto a ver una serie yo sola (hasta ahora siempre le he tenido alergia a ver series sola en casa) por iniciativa propia sin que nadie me la hubiese recomendado antes (que recuerde). Todo empezó uno de esos días que estaba yo saltando de enlace en enlace en imdb. De 500 días juntos al perfil de Zooey Deschanel y, de ahí, a New Girl (tv series). Y no, no fue entonces cuando empecé (o decidí empezar) a verla. Ni siquiera me la apunté en la wish-list. Pero archivé el título en la memoria. Y cuando meses después me puse mala y me tuve que quedar un par de días encerrada en casa sin capacidad para concentrarme en nada que requiriera un mínimo de esfuerzo mental (como leer), llegó el momento de New Girl. Un jueves me puse a ver el primer capítulo y al jueves siguiente me di cuenta de que llevaba ya media temporada (por qué será que últimamente no encuentro nunca el momento para escribir reseñas...).
Jess ronda la treintena y, después de una relación sentimental de seis años, descubre que su pareja la ha estado engañando. Así es como acaba compartiendo piso con tres chicos: Nick, Schmidt y Winston. Desde el principio, la presencia de Jess será decisiva para cambiar el rumbo de las vidas de los tres pero, sobre todo, dará pie a muchísimos momentos surrealistas e hilarantes.
Cuando empecé a ver New Girl pensé que era una especie de refrito pobre de How I met your mother (serie que nunca acabé de reseñar por cierto): un grupo de treintañeros viviendo juntos y haciendo un poco el tonto. Y, de hecho, los primeros capítulos son algo erráticos y no queda muy claro hacia dónde va la trama. Pero la cosa enseguida empieza a coger ritmo y las personalidades de los protagonistas se van definiendo: Jess es una soñadora, cursi, ingenua, inocente y optimista, además de peculiar y un poco freak; Nick es un vago, inconstante, borde, pesimista y fracasado pero, a pesar de todo, muy buena persona; Schmidt es pedante, pagado de sí mismo, obsesionado con el orden, la limpieza y la belleza y el mujeriego del grupo; por último, Winston es incluso más narcisista que Schmidt, egocéntrico y quizá algo fracasado como lo es Nick pero con talento para las cosas más insospechadas. Cierra el elenco Cece, la mejor amiga de Jess que, aunque no vive en el piso, aparece tanto como todos los demás y le da el contrapunto a la protagonista encarnando a una mujer fuerte y segura de sí misma.
Como no podía ser de otra manera, esta serie tiene dos pilares: la amistad y el amor. Los problemas sentimentales, laborales, existenciales y banales dirigen cada una de las subtramas. New Girl no tiene nada que no tengan cientos de series. Salvo Jess; Zooey Deschanel parece un hada salida de un cuento pero los guionistas la convirtieron en una chica tan friki, rara, peculiar, cursi e infantil que consiguieron hacerle creer a la audiencia que da igual lo bonita que seas, si estás loca te seguirá costando encontrar pareja.
Personalmente preferiría que se apostara por escoger elencos más variados de artistas, con actrices más gordas, o bajas, o "demasiado" altas, o que no se maquillen para estar por casa, o que tengan pecas o, en definitiva, que resulten más reales. Pero no deja de hacerme mucha gracia que en esta serie se enfoque desde el lado opuesto: al final, si pretendes pasar el resto de tu vida con otra persona, el exterior es bastante irrelevante.
Evidentemente, en esta primera temporada se habla mucho del amor y se hacen y se deshacen muchísimas parejas por muchísimos motivos de lo más dispares. Pero el motor de la serie es el humor. Niños que hacen bullying a sus profesores, mujeres hechas y derechas que son incapaces de pronunciar la palabra pene, discusiones absurdas entre amigos de toda la vida, peleas entre gallos y personas, y demás estupideces sin sentido o con un humor fácil y ridículo pero más que efectivo, ideal para cuando se quiere desconectar del universo.
Y no me olvido de apariciones estelares de actores que no esperaba ver aparecer por aquí. Especial mención a Ryan Kwanten (Jason en True Blood) y Stephen Amell (Oliver Queen en Arrow), respectivos ligues fugaces de Jess y Cece que hacen exactamente el mismo papel que en las series en las que se hicieron famosos.
Como veis, New Girl no es nada del otro mundo. Es una serie así como a caballo entre el slice of life y la comedia romántica, con personajes muy carismáticos a los que se coge cariño enseguida. A mí me ha hecho reír muy despreocupadamente durante dos semanas seguidas, que es lo que me hacía falta así que si buscáis algo para relajaros, esta es vuestra serie.
Jess ronda la treintena y, después de una relación sentimental de seis años, descubre que su pareja la ha estado engañando. Así es como acaba compartiendo piso con tres chicos: Nick, Schmidt y Winston. Desde el principio, la presencia de Jess será decisiva para cambiar el rumbo de las vidas de los tres pero, sobre todo, dará pie a muchísimos momentos surrealistas e hilarantes.
Cuando empecé a ver New Girl pensé que era una especie de refrito pobre de How I met your mother (serie que nunca acabé de reseñar por cierto): un grupo de treintañeros viviendo juntos y haciendo un poco el tonto. Y, de hecho, los primeros capítulos son algo erráticos y no queda muy claro hacia dónde va la trama. Pero la cosa enseguida empieza a coger ritmo y las personalidades de los protagonistas se van definiendo: Jess es una soñadora, cursi, ingenua, inocente y optimista, además de peculiar y un poco freak; Nick es un vago, inconstante, borde, pesimista y fracasado pero, a pesar de todo, muy buena persona; Schmidt es pedante, pagado de sí mismo, obsesionado con el orden, la limpieza y la belleza y el mujeriego del grupo; por último, Winston es incluso más narcisista que Schmidt, egocéntrico y quizá algo fracasado como lo es Nick pero con talento para las cosas más insospechadas. Cierra el elenco Cece, la mejor amiga de Jess que, aunque no vive en el piso, aparece tanto como todos los demás y le da el contrapunto a la protagonista encarnando a una mujer fuerte y segura de sí misma.
Adoro la amistad entre estas dos |
Personalmente preferiría que se apostara por escoger elencos más variados de artistas, con actrices más gordas, o bajas, o "demasiado" altas, o que no se maquillen para estar por casa, o que tengan pecas o, en definitiva, que resulten más reales. Pero no deja de hacerme mucha gracia que en esta serie se enfoque desde el lado opuesto: al final, si pretendes pasar el resto de tu vida con otra persona, el exterior es bastante irrelevante.
Evidentemente, en esta primera temporada se habla mucho del amor y se hacen y se deshacen muchísimas parejas por muchísimos motivos de lo más dispares. Pero el motor de la serie es el humor. Niños que hacen bullying a sus profesores, mujeres hechas y derechas que son incapaces de pronunciar la palabra pene, discusiones absurdas entre amigos de toda la vida, peleas entre gallos y personas, y demás estupideces sin sentido o con un humor fácil y ridículo pero más que efectivo, ideal para cuando se quiere desconectar del universo.
Y no me olvido de apariciones estelares de actores que no esperaba ver aparecer por aquí. Especial mención a Ryan Kwanten (Jason en True Blood) y Stephen Amell (Oliver Queen en Arrow), respectivos ligues fugaces de Jess y Cece que hacen exactamente el mismo papel que en las series en las que se hicieron famosos.
Como veis, New Girl no es nada del otro mundo. Es una serie así como a caballo entre el slice of life y la comedia romántica, con personajes muy carismáticos a los que se coge cariño enseguida. A mí me ha hecho reír muy despreocupadamente durante dos semanas seguidas, que es lo que me hacía falta así que si buscáis algo para relajaros, esta es vuestra serie.