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lunes, 8 de febrero de 2016

Vivir da cáncer

Hace unos meses todos los portales de noticias se llenaron de titulares alarmistas sobre cómo la OMS había decretado que la carne procesada es cancerígena mientras que la carne roja probablemente causa cáncer. Aquella semana los periódicos se llenaron de noticias sobre el tema de la índole más diversa incluyendo la opinión de expertos y de personas que se ganan la vida con la industria cárnica.


Como con tantas otras noticias, la atención mediática sobre el tema desapareció tan abruptamente como llegó pero a mí me gustaría dedicarle unas líneas al asunto. He tardado tanto en publicar esta entrada porque esperaba a la publicación del volumen monográfico de la International Agency for Research on Cancer (IARC) con el informe completo pero en vista del retraso que parece llevar esta institución respecto a la publicación de dichos volúmenes en su página web, he acabado por perder la paciencia (y si sigo esperando estoy bastante segura de que olvidaré que quería escribir esto).

¿Qué quiere decir que algo provoca cáncer?

Tengamos un poco de sentido común, para los profanos, la terminología científica puede resultar increíblemente confusa pero, aunque pueda parecer contradictorio, afirmar que la carne procesada provoca cáncer no quiere decir que todos aquellos de vosotros que os hayáis comido un frankfurt alguna vez en vuestra vida vayáis a tener cáncer. Es decir, si vivís lo suficiente, cáncer vais a tener seguro, pero no por haberos comido el frankfurt. No todo el mundo que fuma acaba con cáncer de pulmón y no todo el mundo que tiene cáncer de pulmón es o ha sido fumador.

Os voy a poner un ejemplo que espero que sea muy claro. Poned que tenemos una muestra de la población general de 100 sujetos. Por simplificar la cuestión a un "mundo ideal" como el de los problemas de física, vamos a decir que 50 de ellos son veganos y los otros 50 son obesos mórbidos que comen una barbaridad de carne procesada cada día. Si esperamos a que estos 100 sujetos envejezcan y mueran, podemos registrar cuáles de ellos han tenido cáncer y resulta que, entre los 50 veganos, 17 han tenido cáncer, de cualquier tipo mientras que de los 50 obesos mórbidos, han sido 19. Una diferencia como esta, a priori irrisoria, podría ser fruto del azar pero, si se replica en subsecuentes estudios y se observa que siempre se mantiene esta diferencia, podemos extrapolar que, si en lugar de 100 sujetos, hubiésemos estudiado un millón, esa diferencia de 2 personas se convertiría en una de 20.000. Es en una situación como esta cuando hablamos de que una sustancia es definitivamente cancerígena o, dicho de otra forma, cuando afirmamos sin miedo a equivocarnos que la carne procesada provoca cáncer.

Pero, ¿cómo es la investigación en realidad?

En la vida real, los estudios no pueden llevarse a cabo en estas condiciones. Primero, hay que tener en cuenta que todos los participantes en los distintos estudios que se han tenido en consideración para llegar a la polémica conclusión, consumían tanto carne procesada como carne roja en mayor o menor medida. Es decir, ya no hablamos de que consumir carne procesada cause cáncer sino de que consumir mucha carne procesada provoca cáncer.


Pero aún hay más, por mucho que nuestra variable de interés sea el consumo de carne procesada, no podemos pretender que las personas que comen mucha o poca sean absolutamente idénticas en cualquier otra característica. Otro ejemplo: imaginaos que os preguntáis si el consumo de café provoca cáncer de pulmón. Visto así, sin hipótesis biológica de fondo ni nada, lo esperable es que encontraseis que no, que beber café no incrementa el riesgo de padecer cáncer de pulmón pero bueno, preguntas más inverosímiles se han hecho, se hacen y se harán en ciencia. Pues bien, si lleváis a cabo dicho estudio vuestro resultado principal va a ser con casi total seguridad que, efectivamente, el consumo de café aumenta la incidencia de cáncer de pulmón. Pero, cosas de la vida, hay varios estudios epidemiológicos que afirman que el consumo de café está correlacionado con el consumo de tabaco con lo que, a mayor consumo de café, mayor el número de cigarrillos al día. Es decir, con este tipo de estudios uno nunca está seguro al 100% de su resultado puesto que, y atención que esto es importante, la correlación no implica causalidad.


Ni siquiera hace falta que vayamos al ejemplo extremo en que comparaba veganos con obesos mórbidos. En una población normal, no me parece una locura esperar que aquellas personas que consumen más carne procesada tiendan a ser más sedentarias, a comer menos verdura, a fumar más, etcétera etcétera. Aunque los métodos estadísticos son de lo más refinados y permiten la inclusión de covariables en el estudio (esto es, decirle al ordenador que además de analizar si el consumo de carne procesada y la incidencia de cáncer están o no relacionados, introduzca el consumo diario de verdura como un factor que podría interferir y adulterar nuestro resultado), no podemos tenerlo en cuenta todo, de la misma manera que hay variables que, sencillamente, ni siquiera somos conscientes de que existen.

Sin ir más lejos, hablar de "carne procesada" o de "carne roja" es simplificar en exceso un problema de lo más complejo, se están equiparando un gran número de alimentos (en ambas categorías) que se pueden cocinar de formas muy variadas (no es lo mismo comerse un filete a la plancha que uno rebozado y frito) y es precisamente durante su procesamiento cuando se cree que se generan los compuestos químicos que, en última instancia, son los causantes de los procesos cancerígenos. En una nota de prensa publicada en The Lancet Oncology hace unos meses ya se confesó que la evidencia mecanística que justifica que la carne procesada aumente el riesgo de padecer cáncer es moderada. Es decir, hay que ser muy prudente con el dictamen de la IARC y la OMS y tener todo esto en cuenta a la hora de ajustar nuestra dieta.

¿En qué cambian nuestras vidas tras el rimbombante titular?

En nada. Por pura casualidad, tuve visita con mi doctora de cabecera el mismo día que tuvo lugar la polémica y aproveché para preguntarle su opinión personal sobre el asunto. Ni siquiera se había enterado pero, cuando se lo conté, no le sorprendió en absoluto. Hace años que "se sabe" que consumir carne procesada en exceso no es bueno para la salud y los nutricionistas siempre recomiendan una dieta sana y equilibrada. Lo mismo ocurre con el ejercicio, los médicos advierten de los peligros de una vida excesivamente sedentaria, y aconsejan subir las escaleras en lugar de coger el ascensor o ir andando al trabajo en lugar de coger el coche para todo. 


Es decir, un comité de expertos se ha reunido para determinar que las evidencias científicas existentes son suficientes para afirmar con certeza que el consumo de carne procesada provoca cáncer pero es una idea que ya estaba presente desde hace años y, de hecho, es por eso que la IARC decidió profundizar en el tema, para poder emitir un comunicado oficial porque, aunque parezca absurdo, hasta que no se demuestra científicamente, no se puede afirmar nada por obvio que parezca. Es por eso que hacen falta estudios epidemiológicos que demuestren, por ejemplo, que sufrir maltrato infantil aumenta el riesgo de padecer trastornos mentales en la vida adulta. A muchos les parecerá obvio (¡lo es!) pero, para todos aquellos que creen que son tonterías (que los hay), hacen falta estos estudios que no dejen ningún resquicio, que no den lugar a dudas.

De todas formas, y aludiendo directamente al título de la entrada, nuestra vida actual y todas las comodidades de las que disponemos suelen tener una cara menos amable. Hay gran cantidad de compuestos a los que nos vemos ineludiblemente expuestos todos los días que también se han clasificado como carcinógenos, solo que no fueron noticia en todos los periódicos hace unos meses. Claro que es buena idea reducir el consumo de carne procesada pero no por la dudosa amenaza de tener cáncer en unas décadas sino por el riesgo, más a corto plazo, de padecer aterosclerosis u otras complicaciones médicas de lo más abundantes en el primer mundo.  

Lecturas adicionales (para quién le interese le tema)
  • Bouvard V, Loomis D, Guyton KZ, Grosse Y, El Ghissassi F et al. Carcinogenicity of consumption of red and processed meat. The Lancet Oncology. 2015 Dec; 16(16): 1599-1600.
  • Maurage P, Heeren A, Pesenti M. Does chocolate consumption really boost Nobel Award chances? The peril of over-interpreting correlations in health studies. The Journal of Nutrition. 2013 Jun; 143(6): 931-933.
  • Chan DSM, Lau R, Aune D, Vieira R, Greenwood DC et al. Red and processed meat and colorectal cancer incidence: meta-analysis of prospective studies. PLoS One. 2011; 6(6): e20456. Lo podéis leer (en inglés) aquí.

4 comentarios:

  1. Es que la prensa se muere por poder sacar titulares amarillistas que causen impacto y crear alarma/noticia, aunque sea durante unos pocos días (joder, cuantas veces habremos visto ya ese titular de INVESTIGADORES DE NOSEDONDE CURAN EL CANCER/DIABETES/ALZHEIMER/insertaaquíenfermedadsincura!)

    todo en exceso es malo... menos comer chocolate, que según la gráfica te da posibilidades a ganar el premio nobel!!!!!!11!1!!

    muy interesante ver esto desde un punto de vista más científico-investigador (y con una falca a lo tuyo XD)

    y como bien dices, mejor preocuparse de posibles enfermedades del corazón/arterias por una dieta de sólo carne que no que igual de cáncer... pero claro, esto último "vende más"

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    1. Estamos de acuerdo en que los periodistas se pasan de amarillistas pero no creo que hablen de "cura", quizá más de detección precoz y cosas así pero lo que sí es verdad es que las noticias sobre ciencia suelen dar lugar a malentendidos a las personas no versadas en el tema porque hacen falta muchos pre-conceptos sobre un campo para entender según qué avances... y si ni los periodistas los tienen, difícilmente lo van a poder explicar bien BIEN

      Ah mira, lo de que todo en exceso es malo lo quería haber comentado en la entrada y al final se me olvidó. Todas las sustancias son venenosas ¡hasta el agua! depende de la dosis

      Lo he escrito más por quedarme a gusto conmigo misma que por otra cosa porque, como decía, creo que ya nadie se acuerda de los polémicos titulares ^^u

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  2. Cada vez salen más cosas de estilo y al final parece como dices tu, que solo por vivir ya te va a dar cáncer. Al hermano de mi novio le ha dado por preocuparse y ahora sigue una dieta alcalina porque previene el cáncer. Yo he visto la lista de alimentos y creo que hay mas probabilidad de muerte si solo comes así que de cáncer si comes normal. Lo que hay que hacer es llevar dieta equilibrada, hacer ejercicio y el consumo (de cualquier tipo) sin exceso y listo. Lo de la carne me parece una chorrada...

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    1. En realidad, el título de la entrada no pretendía ser ni poético ni metafórico: literalmente, vivir da cáncer. Es una cuestión de tiempo, si logras evitar infecciones, enfermedades cardiovasculares, accidentes, etcétera, es probable que envejezcas y tengas una (muy) larga vida pero, eventualmente, acabarás con cáncer y, si no te lo pillan a tiempo, eventualmente también, ese cáncer podrá matarte. Pero es que los mismísimos rayos solares tienen el potencial para causar la mutación inicial que hará que empiece un proceso de proliferación celular descontrolada que, en última instancia, recibirá la etiqueta de cáncer.
      Un problema de estas cosas es que se tiende a olvidar cuáles son los beneficios de comer carne roja que, evidentemente, los tiene.

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