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viernes, 5 de julio de 2013

Tormenta de Espadas

Sí. Sé que parece mentira pero después de la friolera de 10 meses desde que reseñé Choque de Reyes, aquí os traigo la tercera entrega de Canción de Hielo y Fuego. Son muchos los que afirman que es el mejor libro hasta ahora de la saga por lo que he recibido muchas miradas consternadas al haberme tomado su lectura con tanta calma. Pero en fin, mi tardanza no implica que el libro me haya gustado menos que sus predecesores, ni mucho menos. Es simplemente que no me vi con fuerzas de leerlo a la par que terminaba la carrera y las dimensiones de la edición que estoy leyendo tampoco me permiten transportarlo con mucha facilidad que digamos.


Después de la batalla en el Aguasnegras y tras la muerte de Renly, parece que el reinado de Joffrey ha ganado seguidores entre los grandes señores y son muchos los que han hincado la rodilla con tal de mantener la cabeza sobre los hombros. Mientras tanto Jon se ha unido a los salvajes por orden de Qhorin Mediamano, Arya persevera en su huida dispuesta a reencontrase con su familia o lo que quede de ella, Bran avanza hacia el norte mientras el mundo cree que murió a manos de Theon Greyjoy y Brienne escuda a Jaime hacia Desembarco del Rey. Y, por supuesto, ni Robb ni Stannis están dispuestos a dar su brazo a torcer en lo que al reinado de los Siete Reinos se refiere y mucho menos ante el bastardo (en muchos sentidos) de Joffrey.

Tormenta de Espadas bien podría haberse titulado Aluvión de Bodas y resumiría el libro igual de bien. Cinco son las bodas celebradas a lo largo de las más de mil páginas y con cada una de ellas, George R. R. Martin le da un nuevo giro a la historia.


Como ya pasara con Choque de Reyes, se añaden dos nuevos puntos de vista desde los que contar la canción de hielo y fuego: Jaime Lannister y Samwell Tarly. Tan interesante el primero como aburrido lo es el otro. Y es que el punto de vista de Jaime es la mar de enriquecedor y aumenta los conocimientos del lector no solo en cuanto a lo que los Lannister se refiere sino también a los Targaryen. En cambio, si los capítulos de Jon ya eran lo suficientemente pesados, añadir a Sam en las hazañas de los cuervos alrededor del Muro resulta de lo más tedioso.
Nuestro principal deber es el de proteger al Rey, y en eso entra protegerlo de sí mismo. Utilizad esa cosa que guardáis dentro del yelmo. Si quiere que le ensilléis el caballo, obedeced. Si os dice que matéis a su caballo, venid a verme.
La guerra propiamente dicha ocurrió con el choque de reyes, muertos Balon y Renly se inicia una especie de guerra fría entre Joffrey, Robb y Stannis. Una guerra en la que habrá tantas bajas o más que en la anterior. Entran en el juego muchos nuevos personajes, conocemos a las casas Tyrell y Martell, a Brienne de Tarth e Ygritte y, sobre todo, a la Hermandad sin estandartes, liderada por Beric Dondarrion y Thoros de Myr, a los que hacía mucho que quería conocer. La acción en Tormenta de Espadas se divide, como ya es costumbre, en varios frentes que, de tanto en tanto, confluyen:

Me encanta esta pareja, me encantan sus capítulos y me encanta este fanart
Por un lado está Desembarco del Rey, por Tyrion y Sansa, desde dónde observamos cómo se toman Joffrey y su séquito el devenir de la Guerra de los Cinco Reyes forjando alianzas con todas las casas habidas y por haber. Es el momento de demostrar que «los Lannister siempre pagan sus deudas».

Por otro, las tierras del Tridente por Catelyn, Arya y Jaime. Se trata de una región tumultuosa, poblada de forajidos y bandidos donde los supervivientes de la guerra no paran de cruzar las espadas tanto por honor como por dinero.
El hacha descendió. Era pesada y tenía buen filo; bastó un golpe para matar, pero hicieron falta tres para separar la cabeza del cuerpo, y cuando hubo terminado, tanto los vivos como el muerto estaban empapados de sangre.
En las tierras de más allá del Muro, por Jon y Sam, conocemos al pueblo salvaje y aumenta la parte fantástica de la obra hablando de cuernos mágicos y de cadáveres andantes.


Davos sigue relatándonos los delirios de Melisandre en Rocadragón y el debate interno de Stannis sobre lo que es correcto y lo que es justo. Hay que decir que de esta parte lo mejor son las reflexiones de Davos porque no es como si pasara gran cosa. Y el primer capítulo desde su punto de vista es una tortura. Hace 10 meses que lo leí y aun recuerdo que me llevó días acabar con ese capítulo porque me aburría soberanamente.

En los bosques del Norte, Bran peregrina sin rumbo a la par que se adentra cada vez más en la mente de Verano, su huargo, que le alivia de su incapacidad. Bran es otra pesadilla pero gracias a dios parece que el autor es consciente de ello y se apiada de sus lectores dándole solo 4 capítulos en todo el libro.


Finalmente, Daenerys continúa con su aventura totalmente desvinculada a las del resto en las Ciudades del Mar de Verano. No puedo dejar de pensar que podrían recogerse todos sus capítulos desde Juego de Tronos y hacer un libro a parte titulado "La peregrinación de Daenerys Targaryen" o algo así y se podría leer perfectamente sin dejar de entender nada. Pero bueno, lo positivo es que si su parte fue un poco desesperante en Choque de Reyes, se ha animado bastante en este tercer libro y todos sus capítulos tenían algo de muy interesante y de lo que sacar alguna cita reseñable.
Los Grandes Amos de Meereen habían retrocedido ante el avance de Dany, cosechando todo lo que pudieron y quemando lo que no pudieron cosechar. A su paso sólo encontraron campos quemados y pozos envenenados. Lo peor de todo era que, en cada mojón del camino costero que iba de Yunkai a Meereen, habían clavado a un niño esclavo, todavía vivo, con las entrañas desparramadas y un brazo señalando siempre en dirección a la ciudad. Daario había ordenado que desclavaran a los niños antes de que Dany los viera, pero ella dio la contraorden en cuanto se enteró.- Los veré -dijo-.Veré a todos y cada uno de ellos, los contaré, miraré sus rostros… Y los recordaré.
Cuando llegaron a Meereen, en la orilla del mar y junto al río, había contado hasta ciento setenta y tres.
Pero bueno, todo esto no son más que las tramas... La verdad es que pasan TANTAS cosas en Tormenta de Espadas y un porcentaje tan alto de ellas son tan imprevisibles que no me extraña que todos los fans alaben a este libro como el mejor de la saga hasta el momento. Como mínimo, tiene que ser el más trepidante. Y algo que, personalmente, considero increíble es que no dejan de pasar cosas hasta el final. Hasta la última página del epílogo. No es como la gran mayoría de libros que se van suavizando/desinflando conforme se acerca el final. Nada más lejos de la realidad. Tormenta es un libro de emociones fuertes y George sigue dispuesto a matar a cualquier personaje de la manera más original que se le ocurra.


Como me comentaba el otro día @Revan_91, lo mejor de todos los libros de Canción de Hielo y Fuego y, más aun, conforme avanza y se van incluyendo nuevos puntos de vista, es que puedes valorar objetivamente los hechos porque tienes la versión de bandos enfrentados. Porque no hay (casi) buenos o malos, todos son una bonita mezcla en la que los aliados ensalzan las bondades y los adversarios las maldades. George R. R. Martin consigue dotar de humanidad a todos sus protagonistas gracias a la visión que tienen de ellos distintos personajes.

Como siempre, una lectura muy recomendable. Os animo a todos (especialmente a los fanboys y a las fangirls de la serie de televisión) a leer los libros porque, desde luego, valen la pena. Próximamente, me enfrentaré a Festín de Cuervos, me muero de ganas de saber qué nuevos POVs me encontraré ♥.

1 comentario:

  1. Coincido contigo: en Tormenta de Espadas se monta la gorda. Lo malo de Festín de cuervos es que a veces se hace un poco pesado, pero bueno, hay que leerlos todos para llegar al final.

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