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viernes, 11 de agosto de 2017

Ladronzuela

Creo que he comentado esto ya muchas veces estos años pero... ¿sabéis esos cómics que tenéis que hojear sí o sí sólo por la portada? Ladronzuela es uno de ellos por supuesto, se trata del típico título que ya tenía en la wishlist de Bookdepository desde antes de que La Cúpula anunciase su publicación en España y, cosa rara, es una de aquellas extraordinarias ocasiones en que la edición española es más barata que la original.


Corrina lleva trabajando en una agencia publicitaria cinco largos años. Lo que comenzó como un trabajo temporal en la gran ciudad para darse tiempo de buscar algo más acorde a sus aspiraciones artísticas, ha terminado por convertirla en una esclava. Poco a poco, va acumulando frustración tras frustración al sumarse la frustración que le genera su trabajo con la incapacidad para salir de su situación. Tal es su nivel de ansiedad, que termina por realizar pequeños hurtos en grandes superficies, no porque lo necesite, simplemente por rebelarse contra un sistema que la hace infeliz todos los días. 

Llegados a este punto ya estaréis preparados para lo que sigue. Sí, toca comparar este título con Casualmente, estando ambas obras protagonizadas por mujeres, jóvenes pero adultas, independientes, en momentos decisivos de su vida en que deben tomar una decisión por sí mismas, destilando sensibilidad por los cuatro costados (no puedo decir femenina porque, oh sorpresa, ¡tanto la historia de Fumiko como la de Corrina están contadas por hombres!), siendo ambos títulos sendas primeras novelas gráficas de cada autor.


Si el tema central de Casualmente era el choque cultural y la muerte del padre, Ladronzuela nos transporta a otra realidad demasiado actual, la crisis existencial tras terminar los estudios en el momento de enfrentarse al mercado laboral. Aunque la forma de contar y enfocar el dilema no tenga nada que ver, no pude evitar las reminiscencias al trabajo de Inio Asano mientras leía este cómic, increíblemente redondo y llevadero teniendo en cuenta que es la obra debut de Michael Cho.

Aún sin tener grandes aspiraciones, Ladronzuela es una historia en que el más mínimo detalle está ahí por algún motivo, el autor no deja ninguna viñeta al azar. Corrina estudió filología inglesa y terminó trabajando en una agencia publicitaria cuyo trabajo le importa un comino, de hecho, hasta cierto punto, se avergüenza de su labor. La ironía de este cómic está en que todos los fondos, tan trabajados, están repletos de vallas publicitarias; en que cuando Corrina llega a casa se encuentra panfletos publicitarios dirigidos a su perfil demográfico; en que en sus escasos momentos de ocio habla con una compañera sobre las aplicaciones para conocer gente en que ella misma debe ofrecerse como un producto más que publicitar.


Así, mientras ella ayuda a grandes compañías a vender sus innecesarios productos, ella es bombardeada para que compre otros productos igualmente innecesarios hasta que, unas páginas más adelante, podemos ver el envoltorio de alguno de ellos en su cubo de la basura. Es este tipo de narración muda, sutil, en un segundo plano, la que me entusiasmó de esta historia que, por lo demás, es bastante simplona.

Con su breve extensión, no llega a las 90 páginas de cómic, el autor apenas puede desarrollar una idea y es el punto de inflexión en la vida de Corrina. El plantel de personajes es por lo tanto muy limitado y poco trabajado, los pequeños robos de Corrina, aunque muy significativos, son casi anecdóticos y la resolución de la trama peca de simplista en exceso.


La edición es perfecta, como decía al principio, única en su especie, lo suficientemente pequeña (no tanto como un tomo manga estándar pero sí minúscula en comparación con un BD o la mayoría de novelas gráficas) como para poder leerla tumbada boca arriba y sin la innecesaria tapa dura de la versión original. El color rosa del bitono de este cómic es perfecto y da un contraste inmejorable a la tinta negra, sin muchos contornos y aun así con un dibujo increíblemente nítido.

Poniéndolo todo en una balanza, no he podido evitar deleitarme con este cómic ya que aborda reflexiones que resuenan con mi estado mental actual así que esta vez quiero ser cauta a la hora de recomendarlo. Si buscáis una obra sencilla, entretenida, que se lee en un suspiro, con una protagonista con la que es muy fácil sentirse identificada y que además tiene un gato que rescató de la calle en casa, no dejéis de darle una oportunidad a Ladronzuela.

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