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lunes, 16 de mayo de 2016

Voltio #1

A pesar de que estoy intentando gastar menos, a pesar de que no tengo espacio en casa, a pesar de que he tenido muy malas experiencias con antologías, a pesar de lo atrevido (por no decir loco) que es comprarse el primer número de una revista de cómic español cuando acaba de salir... me compré el primer número de Voltio al día siguiente de que saliese oficialmente a la venta.


Y, como siempre me pasa con las antologías, me tienta desglosar cada una de sus colaboraciones en subreseñas pero como ando escasa de tiempo y tampoco se puede sacar el mismo jugo de unas y otras aportaciones (con lo que me quedaría una entrada demasiado desigual), he decidido escribir algo más general y centrarme en lo que más (y en lo que menos) me ha gustado de esta primera entrega.

Si algo en común tienen todas las historias voltaicas es que están más que pasadas de vueltas y, si pensáis haceros con esta revista, debéis tenerlo en mente. Desde hombres con pene en lugar de nariz y treintañeros que aparentan doce años hasta hombres huraños de pocas palabras y maquilladores fúnebres con planes tenebrosos. Cualquier idea, por loca que sea, tiene cabida en esta antología donde autores de la índole más diversa se dan la mano.


Las historias van desde tiras cómicas de una sola página hasta historias cortas de un máximo de 18, algunas incluso con un "continuará en el próximo volumen" que le da definitivamente la sensación de revista a pesar de que su aspecto nos pueda hacer pensar en un cómic al uso o en una antología no continuista. Esto implica que haya dos grandes tipos de historias en Voltio: por un lado, brevísimos one-shots que me hacen pensar en el formato fanzine en los que los autores han aprovechado para dejarse llevar con ideas sueltas que no tienen ningún sentido y que funcionan a la perfección en su naturaleza autoconclusiva; por el otro, tramas más elaboradas que, precisamente por su prometida continuación, son las que menos destacan, el escaso espacio disponible se destina a la presentación de personajes y poco más.

Este dejarse llevar abre la puerta a propuestas que, como esbozaba en el anterior párrafo, hasta ahora eran endémicas de publicaciones underground recluidas hasta ahora a la autoedición. Y, por supuesto, de esta libertad de contenido y continente surgen tanto maravillas como El caso normal de Benjamin Button y el gato rencoroso de Cristian Robles o los espiritistas botánicos de Fran Collado como los constructos estrafalarios de PowerPaola y Alexis Nolla, con un mensaje que no acierto a atisbar y un grafismo que no me atrae en absoluto. Pero lo que intento defender aquí es que si no fuera por esta lotería, por este "voy a dibujar lo que quiera y como quiera", sería imposible crear gozadas visuales de la talla de MoonHead.


Me he encontrado tanto con viejos conocidos (Ana GalvañNúria Tamarit), como célebres autores noveles que ya me iba tocando catar (Ana OncinaCristian Robles), como absolutos desconocidos para mí (Aroha TravéÀlex RedAlex Giménez) y, entre toda esta diversidad, ¿qué se puede encontrar? Pues un poco de todo pero sin dejar atrás un aire entre macabro y patético, con un dibujo bastante experimental que se aleja del canon habitual. Quizás es Ana Oncina la que más se desmarca con un tándem guión/dibujo infantiloide, aunque no por ello menos pasado de vueltas.

En el límite de lo grotesco, encontraréis en Voltio mucha experimentación, con resultados variopintos pero, en su cómputo global, más que satisfactorios si os van las historias alternativas que se desmarcan de las estructuras rígidas. Sólo me queda esperar el segundo número, en el que espero que Ana Galvañ haga algo más a parte de la portada y dónde se sumen a la plantilla otras jóvenes promesas del noveno arte, que hay muchas.

2 comentarios:

  1. Me suelen gustar estas idas de olla en la que los autores hacen lo que les da la gana, así que esto debería caer en el futuro. Eso sí, ya no me gusta tanto los "continuará", prefiero más historias completas. Por otro lado, hay autores y autoras que me gustan mucho, pero otros que ni los conozco. Quizá esta sea la menor forma de conocerlos, ¿no?

    Gracias por la reseña :)

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    1. Las idas de olla son lo mejor ^^ Los "continuará" permiten un mayor desarrollo de la historia y son los que, al final, dan sentido a llamarle "revista" a la publicación... Así que aunque de momento sean las historias que menos me han llamado, espero con curiosidad sus continuaciones =) A mí siempre me pasa con las antologías que las compro porque sale un autor que me encanta (Núria en este caso) y acabo descubriendo otros nuevos que me maravillan (que sería el caso de Fran Collado y Cristian Robles). ¡Es como un catálogo!

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