Páginas

sábado, 7 de noviembre de 2015

Las historias cortas de Nana Shiiba

Nana Shiiba se cuenta entre las mangakas estrella de Ivrea, con siete de sus obras publicadas hasta ahora bajo el sello de la editorial. La precedieron otras como Mayu Shinjo, Ako Shimaki, Minami Kanan o Aya Oda aunque se diferencia de todas ellas en que es una especialista en tomos únicos. Que solo escriba historias cortas no es necesariamente malo ya que creo que hay muchísimos manga que funcionaban bien en ese formato y que por querer convertirse en el nuevo best-seller fracasan estrepitosamente con tramas improvisadas que se alargan sin ningún objetivo claro.

El problema con Nana Shiiba no es que se limite a escribir historias autoconclusivas sino que todos sus personajes acaban resultando copias unos de los otros. Las chicas son siempre unas desgraciadas sin ninguna experiencia amorosa ni amor propio que se enamoran a primera vista de guaperas clónicos con personalidades entre espantosas y ridículas; todo ello siempre enmarcado en un punto de partida cliché y exagerado que lleva a un desenlace inequívocamente predecible. Esta autora no cumple ni en el diseño de personajes ni en la creación de tramas interesantes y su dibujo resulta monótono y estilizado con muy mal gusto con personajes a los que les falta volumen.


Los padres de Meguri han tenido que marcharse al extranjero por cuestiones de trabajo así que dejan a su hija al cuidado de unos amigos. Cuando Meguri se muda a su nuevo hogar se encuentra con una pareja encantadora que, además, tiene a dos hijos guapísimos. La situación no podría ser mejor salvo que los dos hermanos no la soportan y desde que pisa un pie en su casa, están determinados a hacerle la vida imposible con tal de que se marche.

Cuando una lee una sinopsis como esta, ¿qué duda cabe de que Meguri va a enamorarse de uno de los dos hermanos y de que va a ser correspondida? La previsibilidad no tiene por qué ser negativa per se pero es que la trama principal gira en torno al mal carácter de los hermanos que acosan a la nueva inquilina con total impunidad, muchas veces delante de sus propios padres que no dicen ni hacen NADA. La gran explicación para que el par de lobos se la tenga jurada a todo el género femenino es que uno de los dos tuvo una mala ruptura y el otro tiene un club de fans-acosadoras a las que no soporta.

Hasta aquí la historia no me estaba entusiasmando pero es que hay todavía más tela que cortar. Así como si nada, en cierta escena la situación escala al acoso y casi abuso sexual, un recurso argumental que creo que las autoras exhiben en el shôjo demasiado a la ligera. Además, no solo la protagonista se enamora predeciblemente de uno de los dos sino que ni siquiera se da cuenta de que le gusta (cliché de los clichés). Durmiendo entre lobos es un manga totalmente prescindible que no os recomiendo en absoluto.


Akane siempre ha tenido muy mala suerte, hasta tal punto, que el edificio donde vive, infestado de termitas, se viene abajo muriendo ella durante el derrumbe. Cuando el ángel Shinciel baja del cielo para guiarla en su camino al Más Allá, Akane, desesperada, intenta darle pena y le suplica que no se la lleve cogiéndole las manos. Cuál es su sorpresa al asistir a la metamorfosis del mismo en un ángel caído cuya única forma de recuperar las alas y llevarse a Akane al cielo, es hacerla feliz. 

En Mi ángel caído la autora se pasa al género paranormal con una premisa tan peligrosa que desde el principio se sospecha que va a hacer uso de alguna que otra trampa argumental para llevar la historia a buen puerto (Nana Shiiba no permite finales tristes, ni siquiera agridulces). Akane me ha caído más simpática que Meguri, me gusta que no le achaque todas sus desgracias a la mala suerte y que sea consciente de que algunas de las cosas malas que pueden pasarte son consecuencia directa de lo que has hecho. Sin embargo, cae en el mismo dilema de no darse cuenta de que está enamorada y ya no solo eso sino que cuando lo descubre, se sorprende muchísimo. No sé qué concepción tienen del amor las adolescentes japonesas.

Algo que tampoco me ha convencido en absoluto es la personalidad múltiple de Shinciel. Es decir, ya de base me parece absurdo que porque un humano te toque te conviertas en ángel caído porque considero que debería ser una conversión bastante más seria y tampoco me creo que el contacto entre ángel y humano sea tan inusual. Pero es que tanto el aspecto como la personalidad cambien totalmente carece de sentido se mire por donde se mire, no sé si pretendía ser una especie de gag pero yo es que no le veo la gracia. Aunque los personajes no cambien entre capítulo y capítulo no me ha dado para nada sensación de continuidad y, al acabar de leer el tomo me he quedado con la sensación de que no había pasado nada. Los razonamientos de la autora me parecen tan simplistas que solo puedo calificarlos de infantiles.


Kiyora es la típica empollona pero sus notas cojean en educación física, para subir su media tendrá que ayudar al guaperas vago de la clase a estudiar aunque él no está mucho por la labor.

Mikane es conocida entre sus compañeros como la reina, porque todos los hombres caen a sus pies pero lo que nadie sabe es que en realidad es una masoquista; por su parte, Taitou es también conocido por conquistar y luego dejar tiradas a todas las chicas que se propone y su nuevo objetivo es, precisamente, la reina.

Tanto Yako como Kyoya tienen siempre una sonrisa preparada para todo el mundo, dispuestos a ayudar en cualquier cosa en la que hagan falta pero, en realidad, Yako lo hace todo aterrorizada por la reacción que podría provocar en los demás con una negativa mientras que Kyoya solo aspira a ser popular aunque en su interior odia con todas sus fuerzas a sus compañeros a los que percibe como idiotas.

Yuzuha se declara al príncipe del instituto y él la rechaza sin dudarlo ni un segundo, lo que ella no esperaba es que la razón fuese que es incapaz de tocar a una chica sin desmayarse!

Inesperadamente, Como se te ocurra decírselo a alguien... es el tomo que más me ha gustado de esta tanda y, posiblemente, de todo lo que he leído de esta autora (hay que sumar los tomos únicos El sacrificio del ángel, que vendí hace mucho, y Vecinos y amantes que mucho me temo que si releyera ahora ya no me gustaría tanto como en su momento). En realidad, todas las historias menos la tercera me han parecido en el nivel de mediocridad de Durmiendo entre lobos y Mi ángel caído, si es que no son peores, pero me he reconciliado (a medias) con Nana Shiiba con Monólogo Monocromo en el que conocemos los pensamientos tanto de la chica como del chico. Tanta gracia me ha hecho la personalidad de Yako (aunque vaya en la línea de protagonista sin orgullo propio ninguno que tan bien desarrolla la autora) y el contrapunto que le da Kyoya que solo por sus 50 páginas me planteo quedarme todo el tomo.

Salvando las distancias, es un tipo de planteamiento similar al de Karekano donde los personajes no solo tienen más fondo que de costumbre sino que resultan más realistas que el maldito príncipe o princesa de turno con el que es imposible empatizar. Yako es una pesimista nata y se da un motivo bastante razonable para que lo sea (al fin y al cabo muchos de nuestros comportamientos disfuncionales se originan en el seno familiar). A los/las que seáis débiles de carácter y os cueste un mundo decir que "no" seguro que os es muy fácil poneros en su lugar (sí sí, como me ha pasado a mí). En fin, era la historia idónea para mí y me ha encantado pero teniendo en cuenta lo pésimas que son el resto de historias del tomo (un chico literalmente alérgico a las chicas dios mío) tampoco os recomiendo este título.

Para acabar, Como se te ocurra decírselo a alguien... cuenta con el capítulo piloto que sirvió para que la autora se animase con un manga largo (2 tomos) por primera vez: Venga, déjate querer. ¡Próximamente reseña!

8 comentarios:

  1. crees que ha llegado un momento, en general, en qué los tomos únicos no te gustan o no terminan de gustarte o satisfacerte?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No... no diría eso, desde que empecé a comprar manga que los tomos únicos de estos "genéricos" no me han acabado de convencer y no conservo demasiados. En cambio, tengo a medio leer Koi no Kamisama y me tiene encantada. Y qué sé yo, los tomos únicos de Moyoco Anno igual, disfruto como una enana leyéndolos.
      Aunque supongo que algo de declive hay, habría que verme releyendo algunos de los títulos de la colección "Un manga, un romance" que, en su momento, me gustaron bastante y quizás ahora irían directos al mercadillo...

      Eliminar
  2. Este tipo de reseñas son mis favoritas :_D
    cuanto daño hacen y lo que llegan a cansar los malditos clichés y las tramas tan repetidas en tantos mangas, sean del género que sean


    PD: Me he dado cuenta, al buscar el título original, que me leí unos cuantos capítlos de "venga, dejate querer" por scans hace poco más de un año...#ai

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En realidad, no creo que los clichés sean malos per se, el problema es cuando a) son malos clichés (machistas en este caso) y b) cuando una obra consiste exclusivamente en una sucesión de los mismos, sin aportar nada novedoso u original.

      Eliminar
  3. Cuesta mucho que un tomo único llegue a gustarte mucho. Yo he leído Durmiendo entre lobos, hace bastante, por lo que no me acuerdo (lo cuál quiere decir que no me dejaría muy buena impresión) y más recientemente el de Cómo se te ocurra decirselo a alguien... De este tomo, la última historia, de la que después sale "Venga, déjate querer", fue la que más me gustó. El resto nada de nada. Yo al contrario que todo el mundo prefiero la historia corta a los dos tomos. No fueron lo que me esperaba, la verdad.
    Esta teniendo mucho auge esta autora ultimamente xD y yo no la veo para tanto...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero es curioso el efecto "tomo único" porque al fin y al cabo, los tomos japoneses tienen del orden de 200 páginas y, en cambio, el cómic francobelga o BD no suele pasar de las 50 y eso casi nunca supone un detrimento de su calidad... más bien lo contrario.
      El problema de base de "Venga, déjate querer" es, precisamente que es una historia corta que se convirtió en dos tomos y ese tipo de experimentos no suele salir bien. Cuando creas una historia, la creas con una longitud más o menos determinada a priori, cualquier cosa de más que le pongas "por alargar" va a desmejorar la obra casi seguro. El éxito de Nana Shiiba es todo un misterio.

      Eliminar
  4. Juas, tu segundo párrafo es demoledor XDDDD

    - Durmiendo entre lobos es un tomo horrible. En cuanto le haga una reseña lo pongo a la venta.
    - Mi ángel caído. La premisa es muy tonta y surrealista, pero el tomo es gracioso y casi auto-paródico. La verdad es que me sacó más de una sonrisa =)
    - Como se te ocurra... El título es como para dar la vuelta y salir corriendo, pero me sorprende que lo pongas mejor que el anterior, aunque sea sólo por una de las historias. A ver qué nos cuentas de su mini-serie.

    No sé, en general es una autora que no aspiraría a que se le diese más de 8 en sus obras. Son simpáticas y dulces las mejores y si repite tanto a sus propios personajes creo que es porque precisamente hace muchas historias cortas, así que ni espacio para desarrollarlos, ni se sale de sus esquemas. Piensa también que ya vamos teniendo una edad y, quieras que no, este tipo de historias se nos van quedando demasiado flojas ^^U

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo es que con las historias demasiado surrealistas ya me cierro en banda y no puedo disfrutar de ellas, por eso me ha disgustado Mi ángel caído porque no tiene sentido lo mires por donde lo mires.

      Sí que con la edad parece que me vaya gustado el shôjo cada vez menos pero no sé, creo (o quiero creer) que las historias con las que me "enganché" al manga tenían una calidad muy superior a lo que viene siendo la media de Nana Shiiba...

      Eliminar