Páginas

sábado, 14 de noviembre de 2015

Buenas noches, Punpun #1

Nijigahara Holograph, Solanin y La chica a la orilla del mar, obras tan distintas y tan parecidas a la vez, son las que me hicieron autoproclamarme como fan absoluta de Inio Asano. Estuve a punto de empezar a comprar Punpun en italiano y ahora me alegro de haber sido paciente por una vez... y aunque imaginaba que me gustaría, no esperaba encontrarme con esta explosión de violencia, demagogia y surrealismo, narrados en una clave desgarradora pero humana que te hace pensar que todo lo que estás leyendo podría haber sucedido de verdad (y todo esto antes de recordar que el propio Asano se refirió al personaje de Punpun como una suerte de alterego, cuya historia tiene tintes autobiográficos).

Para cuando comenzó la publicación de Buenas noches, Punpun, Asano había logrado tal reconocimiento en el mundo del manga que su editor le aprobó la locura de dibujar al protagonista (y toda su familia) como si de un pollo amorfo se tratara. Especialmente perturbador resulta el diseño caricaturizado de Punpun teniendo en cuenta el estilo de Asano, tan realista, que enseguida lo rodea de compañeros de clase que, en líneas generales, gozan de un elaborado diseño de personajes (aunque algunas caras y, en especial, expresiones dan mucho miedo).


Este primer tomo de Punpun es una oda a la infancia; y no a ese aspecto más puro que se percibía en Los Dioses Mienten sino más bien a esa indefinición e incluso falta de moral característica de una época en que ya se ha dejado de idolatrar a los padres para reemplazarlos por unos amigos que se convierten en un eje esencial de la vida, incluso aunque no se suela congeniar con ellos al cien por cien. Es cuando comienza el acoso escolar o bullying, los noviazgos inocentes de dos días y el interés por el mundo adulto. Todos los niños quieren hacer cosas de mayores, ya sea hojear revistas porno, utilizar palabras que no entienden o soñar con que ganan el premio Nobel.

Aunque quizá lo que más me ha impactado es la representación inclemente que nos ofrece Inio Asano de lo volubles e influenciables que son los niños que, básicamente, son capaces de creerse cualquier cosa por inverosímil que nos pueda parecer a nosotros, los lectores adultos. Esa fe inquebrantable por cualquier cosa que diga cualquiera es muy peligrosa aunque, en la mayoría de los casos, se limita a ser penosa.


Punpun es un personaje muy interesante al ser dolorosamente incapaz de darse cuenta de que su padre es un maltratador alcohólico e inútil pero mi interés se concentra indudablemente en Aiko, a la que han criado en un ambiente tan antinatural que a pesar de ser tan pequeña, ya ha desarrollado ideas extremas de lo que implica mentir o de lo que significa siempre. Aunque los amigos del protagonista no se quedan atrás... Aunque parezca mentira, podría escribir una entrada el doble de larga hablando solo de este primer tomo pero lo dejo aquí para animaros a buscar los otros destellos de genialidad vosotros mismos. Me muero de ganas de leer los siguientes... a Norma gracias por sacar este título con periodicidad mensual.

2 comentarios:

  1. De acuerdo hasta la última palabra. Me chocó muchísimo como se expone la violencia domestica o un intento de homicidio con el estilo y la forma de prácticamente un cuento infantil.

    Aiko también me ha llamado especialmente la atención. ¿Cómo crece una niña en un ambiente así? las consecuencias pueden ser varias y muy duraderas y lo peor es que estoy deseando conocerlas XD.

    un saludo, bueña reseña ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Y todo esto solo en un tomo! Si esta violencia tan infantilmente explícita ya es de de por sí sorprendente, aún me impacta más que mientras Punpun no haga otra cosa que desear que vuelva su padre a casa, uno de sus amigos amenace con matar a su propio padre... Puede pasar cualquier cosa en este manga.

      Eliminar