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miércoles, 19 de agosto de 2015

Primates

¿Recordáis cierto tributo de google a Dian Fossey hace ya año y medio? Ha pasado bastante tiempo pero por fin he podido comprar y leer la versión original de este cómic en su fantástica edición en tapa blanda que acaba de salir a la venta.


Primates nos permite asomarnos a las vidas e investigaciones de tres mujeres que dedicaron y siguen dedicando sus vidas al estudio y conservación de los chimpancés, gorilas y orangutanes. Esta obra nos acerca a todas las dificultades que debieron afrontar: un clima implacable, aislamiento perpetuo, horas y horas de observación inmóvil...

Jane Goodall


En 1960, Jane, sin ninguna clase de estudios sobre la materia más que su afición por las ficciones de Tarzán, se fue a estudiar el comportamiento de los chimpanzés en Gombe, Tanzania. Por supuesto, no fue muy bien vista por sus coetáneos por muchísimos motivos: su polémico mecenas, su falta de estudios, su aparente falta de objetividad científica... ¡hasta le puso nombres a los chimpancés! Visto con retrospectiva parece mentira que pudiesen hacerle burla por algo tan humano y útil como es ponerle nombre a aquello que estás estudiando en lugar de referirte numéricamente a los ejemplares. Una de las grandes contribuciones de Jane a la primatología fue la observación de chimpancés utilizando ramas (a modo de herramientas) para extraer termitas de sus nidos subterráneos. En los años sesenta, el hombre se definía como aquella especie que utilizaba herramientas por lo que este descubrimiento causó bastante revuelo (y avance científico).

Dian Fossey


En 1967 fue Dian la siguiente aventurera sin estudios que impresionó a Louis Leaky con su pasión por los gorilas. A sus 31 años, Dian pidió un crédito para poder irse de viaje a Nairobi, donde esperaba ver sus apreciados gorilas en directo. Fue durante este viaje que conoció a Louis Leakey, en unas circunstancias que la hacían bastante inolvidable tras haberse torcido un tobillo en la excavación y vomitar sobre un fósil recién descubierto. Tres años después, el destino quiso que Dian y Leakey se reencontraran en Estados Unidos, momento en el que Leakey le propuso investigar los gorilas a Dian. Por aquel entonces, Dian tenía ya 34 años y era terapeuta ocupacional con lo que la promesa de una investigación a largo plazo en África quizá sonaba demasiado utópica para ser verdad. Apuesto a que no fue una decisión fácil de tomar y los autores lo reflejan muy bien en el cómic. Una vez en Ruanda, además de observar a los gorilas, Dian luchó con fiereza contra los cazadores furtivos, un hostigamiento que probablemente fue el que le acabó costando la vida en 1985.

Biruté Galdikas


Finalmente, ya en 1971, la recién licenciada Biruté viajó a Borneo junto con su marido para estudiar los orangutanes. En este caso, Biruté le dejó muy claro a Leakey que, por poca importancia que le diese él a los méritos académicos, no pensaba enrolarse a la otra punta del mundo hasta haber acabado su máster. Una vez en Indonesia se encontró, como ya les ocurriese a sus predecesoras, con un clima implacable y unas condiciones de vida de lo más precarias, con el añadido de un montón de enfermedades infecciosas de las que contagiarse (y de las que se contagió). Sin embargo, no por esto decayó su determinación y, de hecho, inició su interacción con los orangutanes de forma prematura a base de adoptar a las crías que se comercializaban como mascotas en las ciudades cercanas pero que sus dueños abandonaban en cuánto crecían un poco y las fue reintroduciendo poco a poco en las poblaciones salvajes.

Louis Leakey


No me cabe duda de que Jane, Dian y Biruté se hubiesen salido con la suya con o sin la ayuda de este señor pero nadie pone en duda que el instigador de sus carreras en el campo de la primatología fue Louis Leakey. Este famoso arqueólogo y paleoantropólogo estaba convencido de que el estudio de los primates era clave para comprender nuestra propia especie y de que las mujeres eran mejores en el estudio del comportamiento animal que los hombres ya que tenían más paciencia, intuición y resultaban menos hostiles para las distintas especies de primates. Es por eso que dedicó sus esfuerzos en conseguir financiación para poder enviar a las que algunos mencionan como «los ángeles de Leakey» a lugares recónditos y aislados de todo el mundo.

Primates

Does anyone see the irony here?
Si os soy sincera, no creo que hubiese descubierto la labor de estas tres investigadoras de no ser por este magnífico cómic. Tanto Jim Ottaviani como Maris Wicks le han puesto muchísimo cariño a esta obra y su lectura evidencia la cantidad de horas que debieron dedicarle ambos autores a la búsqueda de bibliografía, su análisis y la elección de qué incluir y qué dejar fuera del guión. Al fin y al cabo estamos hablando de una novela gráfica de tan solo 133 páginas para resumir la vida y hallazgos de tres personas cuando cada una de ellas por separado ofrecería información suficiente como para hacer correr ríos y ríos de tinta.

De hecho, al final de todo hay un listado de la bibliografía revisada para la creación de este cómic que incluye múltiples libros escritos por las mismísimas Jane, Biruté y Dian y la correspondencia que mantuvieron durante años además de biografías hechas por terceras personas. Esta información ha permitido a los autores poner las palabras de cada uno de los protagonistas de esta historia en primera persona y es que estoy convencida de que hay más de una cita textual, el abundante material bibliográfico probablemente lo permita. Evidentemente, también se han basado en los artículos que aparecieron en National Geographic sobre las investigaciones de estas tres primatólogas y algunas viñetas tienen referencias más que claras a fotografías que se publicaron en esta revista.

Algo que me ha gustado mucho de esta novela gráfica es que no se limita a hablar de las investigaciones en sí sino también de la vida personal de las que las llevaron a cabo ya que me parece información esencial para entender mejor todo lo que ocurrió. Me sorprendió bastante saber que ni Jane ni Dian habían ido siquiera a la universidad y que aún así Leakey las recibió con los brazos abiertos, es algo que hoy en día sería impensable... y da que pensar. Ottaviani ni siquiera se centra en sus descubrimientos sino en las penurias que tuvieron que pasar para llegar a ellos que da una idea de lo que representa en realidad dedicarle tu vida al trabajo de campo. En su conjunto, me parece una lectura refrescante, dinámica y didáctica que le recomiendo a todo el mundo aunque no tenga un interés previo en los primates.


Visualmente, el cómic es una delicia. Tiene un estilo infantil, como el que nos podríamos encontrar en un cuento o en una película de Disney, que casa a la perfección con la didáctica narración y que seguro que acerca esta lectura a los más pequeños también. Además, el hecho de que sea infantiloide no significa, ni mucho menos, que carezca de detalles ya que los tiene a raudales. Maris Wicks se ha documentado a la perfección sobre la anatomía de todos los primates que aparecen en el cómic y ofrece densas representaciones de los bosques y junglas en los que se enmarca la aventura.


Me despido con una foto de las tres valientes. Desgraciadamente, Dian Fossey fue asesinada en 1985, cuando sólo tenía 53 años, 18 de los cuales los había pasado entre gorilas; se cree que su agresor fue un cazador furtivo vengativo pero nunca se le atrapó. Jane Goodall y Biruté Galdikas han continuado con su labor hasta el presente, luchando por los derechos de chimpancés y orangutanes. La Dian Fossey Gorilla Fund vela por los de los gorilas.

2 comentarios:

  1. De las tres, sólo conocía a Jane Goodall, algo que supongo que le pasará a la mayoría que se aventure con este cómic. Muy interesante y buena reseña, éste sí que me lo apunto ;)

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    1. ¿Sí? ¡Yo pensé que Dian Fossey era más famosa! Por la peli y por lo que le pasó... Espero que te guste cuando le puedas hincar el diente =)

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