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lunes, 23 de febrero de 2015

La Enciclopedia de la Tierra Temprana

Probablemente acabo de leer uno de los mejores cómics que en mi humilde, amateur, subjetiva y limitada opinión se ha publicado en España (y no, no voy a acotar esa frase con un "a lo largo de 2014" porque no es a eso a lo que me refiero). Isabel Greenberg es una autora novel (o al menos lo era cuando se publicó The Encyclopedia of Early Earth hace un par de años) que convirtió una breve historia de cuatro páginas (con la que ganó el Observer Jonathan Cape Graphic Short Story Prize en 2011) en la obra que vengo a reseñar hoy:


Cuando tres hermanas encontraron un bebé abandonado enseguida se dieron cuenta de que serían incapaces de compartirlo. Así es como empieza la primera historia de Narrador, el hombre que una vez fue tres (o cuatro) y que decidió partir más allá del Mar Helado en busca de nuevas historias que contar.

Quizá sea Isabel Greenberg la primera persona en mezclar con impunidad las mitologías judeocristiana y grecorromana. Y quizá tiene sentido que la primera en hacerlo sea una chica recién salida de la universidad. O quizá me equivoque y esta no es más que otra de esas fórmulas que se han utilizado múltiples veces desde hace décadas y es solo que es la primera vez que, personalmente, encuentro una narración de estas características.


La mitología propia de la Tierra Temprana nace en gran medida de la tradición judeocristiana con múltiples referencias al Antiguo Testamento: el génesis, el diluvio universal, la torre de Babel e incluso la historia de Jonás. Pero, como comentaba más arriba, también bebe de la mitología grecorromana a la vez que su imaginario recuerda al de la mitología egipcia o la nórdica, con sendas referencias a la Odisea, los dioses pájaro o el árbol Yggdrasil.

Lo que me entusiasma es que los tan distantes y variados pueblos de la Tierra Temprana difieren en prácticamente todos los aspectos culturales posibles excepto en su religión ya que todos reconocen al Dios Águila, Hombre-Pájaro como su dios. Sin embargo, le atribuyen distintos méritos, lo que me hace pensar en las grandes religiones monoteístas que, partiendo de la misma base, se han ido dividiendo a lo largo de los siglos y milenios.

Estas son las cuatro primeras viñetas del cómic
Pero aunque desde mi punto de vista esta mitología sea el pilar principal de la trama (no olvidemos que estamos ante una historia sobre cómo contar historias), es la esencia de este cómic la que convierte su lectura en indispensable. Los personajes son genuinamente amorales. Todos ellos se caracterizan por tomar decisiones increíblemente importantes de forma absolutamente irreflexiva, lo que resulta de lo más desconcertante. Todos los personajes son lábiles y temperamentales como niños lo que, a mi parecer, los hace peligrosos y despiadados muy a menudo.

Y esto no se aplica solo a los personajes humanos sino también a los dioses. Creo que la autora tuvo muchísimo acierto al dibujar a los dioses cuervos con picos postizos. Los infantiliza tanto como al resto de personajes (si no más). De hecho, es en este aspecto en el que me hace pensar más en la mitología griega al representar a dioses tan vengativos y pueriles que solo piensan en castigar a las criaturas que ellos mismos han creado. Y aquí es donde brilla Isabel Greenberg. Me ha noqueado con la indolencia de sus personajes que parecen incapaces de sentir culpa, arrepentimiento o pesar. No digo con esto que sean autómatas ya que sí que los ha dotado de la capacidad de amar, lamentarse o divertirse pero todo queda a un nivel muy... como decía, infantil. No hay más que leer las primeras viñetas del cómic (arriba) para darse cuenta de que los humanos de la Tierra Temprana no son como nosotros. Y quizás ese es el encanto de la obra o quizás Isabel los hizo así precisamente para reflejar una inocencia previa a todas las racionalizaciones que hacemos en pleno siglo XXI. Es difícil de decir.


Me reitero mucho en la idea de lo infantil que resulta la narración y es que, en ciertos aspectos, recuerda muchísimo a un cuento o, en todo caso, a un compendio de cuentos (un poco a lo Hans Christian Andersen). Sin embargo, esa amoralidad de los personajes que comentaba antes convierte esta novela gráfica en una lectura recomendada para adultos ya que creo que un niño no comprendería varios capítulos.

El dibujo es sencillo pero efectivo, con los toques de color sobre el blanco y negro muy bien utilizados: azul para el agua, rojo para la sangre y amarillo para la luz y para todo aquello que resulte místico, religioso, mágico o sagrado. Incluso la tipografía es acorde con la narración cuando recuerda a la letra de las profesoras de primaria, redondita e hilada.


En resumen, estoy encantada con esta lectura. Me alegro muchísimo de haberle dado una oportunidad tan impulsiva y a ciegas y os lo recomiendo a todos. No os dejará indiferentes (creo).

2 comentarios:

  1. Me parece mentira que no tengas ni un comentario. Hala, aquí estoy yo para decirte que en cuanto me pase por una librería me lo pillo. Estaba yo buscando un cómic/algo diferente cuando he pensado: Kuroi! Pues claro, siempre encuentro algo que me interesa por aquí. He leído las primeras páginas en la web de Impedimenta y me he quedado fascinada *__*

    También Seconds me lo he apuntado (aunque este sí que estaba ya en mi wishlist por el argumento, aunque no sea yo muy fan del autor).

    ¡Un besote guapaa!

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    1. Gracias Arse T^T Es un consuelo saber que esta entrada finalmente ha cumplido su cometido =') Y un orgullo que mi blog sirva a modo de catálogo de lecturas alternativas!

      La verdad es que este cómic es una pasada, ojalá lo disfrutes tanto como yo ♥

      Lo mismo te digo con Seconds, espero que no te decepcione =)

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