Crónica salonera (II) - Viernes 16

El viernes fue, desde el principio, un día intenso. Llegué al salón a las 10 en punto de la mañana y me fui directa (otra vez) a la zona de fanzines donde sorprendí a Luis y Xulia montando el stand (muy trabajadores ellos) y el resto del islote totalmente desierto (con el salón ya abierto y todo manga por hombro... son unos dormilones estos fanzineros).

No hace falta que aclare que "moltes gràcies"
significa "muchas gracias", ¿verdad?

Siguiendo con el déjà vu, me reuní con Nagore porque teníamos que hablar de las firmas y las colas de la mañana. A las 11 quería ir a la firma de Cristina Bueno, que estaba en Astiberri junto con Ramón Rodríguez firmando Ausencias; y muy amablemente, me firmó Sostres aunque fuera de EDT =)

No, no sé hacer fotos

Hasta las 12.30h no tenía la siguientes sesiones de firmas (si, en plural) así que Nagore y yo volvimos a dar otra vuelta errática por el salón y aprovechamos para sentarnos en la vacía a esas horas "sala de actos" para desayunar. Como el día anterior ya vimos la exposición de Cómics en guerra y el mural de Babylon, el viernes por la mañana le echamos un ojo a las de Ardalén, La piel del oso y Por el derecho a sonreír, que estaban las tres juntas en un extremo del palacio 2 (justo detrás de la "sala de actos").

Doy fe de que es difícil encontrar un checo que hable inglés

Y, como seguía siendo pronto, nos fuimos a ver la de Viñetas autobiográficas que, por cierto, creo que fue de mis favoritas (si no la que más) de todo el salón. Allí vi algunas páginas de muestra que me llamaron bastante la atención como las de Una posibilidad entre mil y La máquina de Efrén, ambas obras del dúo artístico formado por Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou; también había algunas páginas de María y yo (el cómic de Miguel Gallardo que compré el jueves), Ausencias (momento en que me arrepentí de haber llevado solo Sostres a la firma matutina porque el mundo me hizo así), Soy de Pueblo (que hasta ahora no me llamaba la atención), y los diversos cómics que ha ilustrado Susanna Martín: Sansamba (guionizado por Isabel Franc) y Sonrisas de Bombay (de Jaume Sanllorente). Una de las cosas que más me gustó de esta exposición fueron los cuadernos de viaje de Miguel Gallardo abiertos por páginas al azar pero que encuentro como las piezas más valiosas de toda la colección (y que espero que figuren en la exposición de la que supongo que gozará el año que viene al haber ganado el Gran Premio del Salón).

Me fascina demasiado que lo hiciera directamente
con el rotulador

Ahora sí, a las 12.30 yo me fui al stand de Dibbuks para la sesión de firmas de Todas putas (que os enseñaré en la crónica del sábado) y Nagore se fue al de Astiberri (otra vez) con mi tomo de Arrugas a la de Paco Roca. Las primeras en llegar a Dibbuks fueron Clara Soriano y Cristina Daura (a la que confundí con Cristina Durán, lo sientoooo >_<), un poco más tarde aparecieron Natacha Bustos y Carla Berrocal, María Herreros no se presentó pero la pillé al día siguiente. Mientras Carla me dibujaba a un violador siniestro diciendo mi nombre (qué repelús de verdad) abandoné mi tomo (como acostumbro a hacer con mis pertenencias en los salones) para ir a ver como Paco Roca me dibujaba a la señora Rosario en cinco segundos y sin necesidad de abocetar primero (me hizo el dibujo TAN rápido que no me dio tiempo a decirle que quería un dibujín de Dolores y Modesto).

A estas alturas era más o menos la una y Nagore decidió comprarse Resaca (lo vio en el stand de Astiberri mientras me hacía cola para Paco Roca) para que se lo firmara Mamen (la única autora de Enjambre y Todas putas a la que no pude pillar en todo el salón porque se escaqueó de sus sesiones de firmas en Dibbuks) y yo me fui a la "sala de actos" porque a las 13.30h comenzaba la conferencia de Viñetas de Vida, un proyecto comiquero muy interesante de Oxfam Intermón. Para no extenderme demasiado en esta entrada, os hablaré de ello en otro momento, cuando acabe con las crónicas del salón.

Tras la conferencia Nagore me vino a buscar (conseguida la firma de Mamen) y... nos quedamos allí sentaditas, ella leyendo y yo repasando para el examen (la edad no perdona). Porque, si eres el único despistado que no lo sabía todavía, te informo de que yo el viernes por la tarde tenía un examen a las cinco. Un examen que, como quizá imagináis, me rompía todos los esquemas ya que a las 16.30h firmaba Kenny (cuya firma aplacé al sábado) y a las 18h Juanjo Guarnido. Pero no solo eso sino que también estaba Barbucci y Nagore se encargó de colapsar aún más mi horario al regalarme el primer tomo de Skydoll (que le daba pena tirar pero que no quería al tener ya la edición integral). Lo "bueno" era que tanto las firmas de Juanjo Guarnido como las de Barbucci iban con número... que repartían dos horas antes de la sesión, es decir, a las 16h. Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos acercamos a eso de las tres al stand de Norma y nos encontramos una cola muy considerable para coger número. Yo me tenía que ir hacia la universidad antes de las cuatro pero afortunadamente llegó Fran a sacarme las castañas del fuego y me cogió número tanto para Barbucci como para Juanjo.

La espera valió la pena

Me fui a hacer el examen y llegué al salón otra vez hacia las 18.30, directa hacia la cola de Barbucci. Y aquí tuve mi momento de indignación máxima: una zorra coló delante de ella a otro chico (que tenía el número 13, si no recuerdo mal; yo tenía el 11) con el pretexto de que "si no, pierde el tren". Y se montó un jaleo... porque claro, las chicas con los números del 8 al 10 o así le increparon pero ya era demasiado tarde porque Barbucci ya había empezado su dibujo... Cómo me cabrean estas cosas, maldita la gracia de empezar a hacer cola a las tres para coger un número de una firma que es a las seis si luego la gente se va a colar como le da la gana. Pero en fin, las firmas en Norma de este año han sido un caos con cuatrocientos autores firmando a la vez en un espacio hiper reducido... Milagrosamente, cuando ya eran casi las 19.30, me tocó el turno y conseguí un dibujo precioso de Ágape (y Nagore también). Con la firma de Juanjo Guarnido ya no tuve tanta suerte pero claro, teniendo el número 28 no es como si tuviera muchas esperanzas. Al menos nos plantó una firma (sin dibujo, se entiende) a todos aunque pasaba de la hora acordada.

Mis 11 abejas ♥

Pero la cosa no acaba aquí porque, inmediatamente después, empezó la cadena de montaje que fue la sesión de firmas de Enjambre dónde fui a completar mi colección ya iniciada en la presentación del cómic hace un par de meses. Nuevas firmas que se incorporaron a mi librito: Carla Berrocal, Cristina Durán (con la que estuve hablando sobre el proyecto Viñetas de Vida y la exposición de Viñetas Autobiográficas), María Herreros (que me dibujó planetas y estrellas alrededor de su apicultura porque le confesé que cuando vi la portada por primera vez la confundí con una astronauta), Lydia Sánchez y Miriam Persand. Para cuando terminaron eran ya las ocho pasadas y mis pies no aguantaban demasiado bien el peso combinado de mi deteriorado ser y mi rebosante mochila con lo que me decidí volver a casa.

Tres apuntes sobre mi segundo día de salón: 1) en algún momento (y más probablemente, en varios momentos), me pasé tanto por la isla de fanzines como por el stand de la Joso para que me firmaran los fanzines que compré el jueves pero como no recordaba demasiado bien el orden y, en cualquier caso, el domingo ya se me olvidó subir fotos de las firmas que me hicieron en fanzines el jueves, he decidido hacer una entrada extra con ellas o, quizá, subirlas cuando los reseñe; 2) aunque sé que es totalmente increíble (en el sentido de que cuesta de creer), no compré absolutamente nada en todo el viernes (lo compensé los días siguientes); y 3) mi más sincero agradecimiento a mis compañeros de fatiga Nagore y Fran, a la primera por todos nuestros ratos de abuelitas en las sillas de la "sala de actos" y por hacerme cola para Paco Roca ¡y por regalarme así porque sí su tomo de Skydoll!, al segundo por esperar pacientemente en Norma durante horas para que yo pudiera tener mi dibujo de Barbucci y mi garabato de Guarnido y por acompañarme luego hasta la parada de autobús, los salones sin amigos no serían lo mismo.

Próximamente... el sábado.