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viernes, 27 de diciembre de 2013

Breaking Bad (season 5)

Se ha hecho de rogar pero aquí está. Por fin he puesto mis dedos sobre las teclas dispuesta a contaros qué me ha parecido la quinta y última temporada de esta serie que tanto vamos a tardar en olvidar y que tan alto ha dejado el listón. Para los que siguieron la serie desde la emisión del primer episodio, han sido casi 6 años de espera hasta conocer el final. Y menudo final.


Tras el final de la cuarta temporada, Walt y Jesse se encuentran en una posición totalmente nueva, son los únicos productores de meta azul pero tras asesinar a Gus se han quedado sin red de distribución ni medios para producir la droga. Lo que está claro es que después de tantos esfuerzos, Walt no está dispuesto a tirarlo todo por la borda sin haberse podido sacar un buen pico antes.

El punto de partida de la última temporada nos sitúa un año después al final de la cuarta, en un flashforward en que vemos a Walt celebrando su 52º aniversario en solitario, en una localización incierta. No volveremos a verlo así hasta llegar al ecuador de la temporada, cuando se retomó su emisión después del parón. No es como si esta incertidumbre y estas escenas totalmente fuera de contexto nos fueran a sorprender a estas alturas (nada podría superar el peluche tuerto flotando en la piscina).


Para mí, esta temporada ha sido la prueba definitiva del ingenio infinito de Walt. En especial, durante la primera mitad, a cada nueva dificultad que se presenta, da con un plan para solventar el problema que sea. Así es como crea una red de distribución clandestina irrastreable por la que me veo obligada a aplaudir a los guionistas.

Hablo de "mitad" puesto que tanto a lo que la emisión como al argumento respecta, se pueden diferenciar claramente dos partes en esta temporada y creo que es preferible analizarlas por separado. La primera mitad viene con dos personajes decisivos para la serie: Todd Alquist (y su tío) y Lydia Rodarte-Quayle (fácilmente reconocible porque siempre aparece echándose stevia en el té).


Esta primera parte... es una especie de "oh, por fin lo consiguió" en que, satisfechos, observamos como Walt acaba de metamorfosearse en Heisenberg y ya no queda ninguna amenaza que pueda derribar su imperio. Con esto, la serie llega a un primer clímax en el séptimo capítulo, que es muy indicativo de lo que se viene encima en la recta final.

Como no podía ser de otra forma, el octavo capítulo se inicia con la promesa de un futuro prometedor pero no es más que el ojo del huracán. En breaking bad no hay espacio para la felicidad, es demasiado tarde para eso. Hank empieza a comprender y, desde ese momento, solo queda un final posible.

La esencia de Breaking Bad
Y, finalmente, los guionistas dan rienda suelta a la paranoia y a la desesperación y a todo aquello que habían estado preparando durante cinco temporadas. La montaña de cadáveres está a punto de derrumbarse y cada nuevo capítulo se convierte en una obra de arte que tan solo el siguiente episodio puede superar, y así, en ascenso constante hasta llegar a Felina (anagrama de finale).

En resumen, Breaking Bad consigue llegar a lo más hondo con su última temporada demostrando que sí es posible quebrar a un hombre, por recto que sea, en las condiciones adecuadas. Os dejo con un tráiler de la serie que me parecía de lo más adecuado para la ocasión.


Llegados a este punto no puedo seguir sin recurrir a los maliciosos spoilers... con vuestro permiso. La idea de destrozar el disco duro de un portátil con un imán gigante, de tener un laboratorio itinerante que construir cada semana en una casa distinta, de robar un tren sin que nadie pueda ser consciente de que se ha cometido un robo, de matar a 10 prisioneros en un lapso de 2 minutos (de las formas más variadas que se os puedan ocurrir): la quinta temporada esta repleta de golpes de genialidad (unos más macabros que otros) y, aun así, el devastador decimoquinto episodio fue uno de los que más me impactó. Solo en ese momento puede uno comprobar aquello de el que siembra vientos, recoge tempestades. Se refleja tan increíblemente bien lo que es estar solo y de lo poco que le ha servido en realidad convertirse en Heisenberg... y claro, para algo está la referencia a Ozymandias. Me encanta esa decadencia, esa incapacidad de Walt por mantenerse al margen, ¿tantos esfuerzos "por su familia" para acabar solo y abandonado? Al final, el cáncer no acabó con Walter White, no podía haber un mejor final para esta serie y no creo que decepcione a nadie. Para variar, me pasaría horas enumerando todos los giros maestrales de guión pero mejor será ir acortando. Solo le quiero dedicar una mención especial a la "confesión" que Walt le pasó a Hank y Marie.


Y Jesse. La secuencia más escalofriante que se le pudiera pasar a nadie por la cabeza. Pero, desde el principio, siempre fueron ellos dos, llenos de mierda hasta las orejas pero juntos al fin y al cabo.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.^^ La quinta temporada fue una pasada y sobretodo ese final. Hay gente que no está contenta, yo estoy satisfecha con ese final, no podía tener otro. un saludo :D

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  2. l'he començat a veure per culpa d'un parell d'alumnes meus que sempre me n'estan parlant i estic viciada D:

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  3. He visto pocas series tan redondas y bien hiladas como esta. Una seriaza para mi gusto, porque ni desmejora, ni se hace pesada ni es excesivamente larga. Es buena de principio a fin y siempre manteniendo su esencia en todos los episodios. Una serie muy recomendable. ^^
    Feliz año nuevo! saludos

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