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viernes, 27 de septiembre de 2013

Art 88/46

Manda huevos que descubra AHORA este webcómic (y esperemos que no se limite al código binario durante mucho más tiempo). Tiene la friolera de 156 páginas (por el momento) y lo remarco porque en subcultura eso es una barbaridad. Teniendo en cuenta su posición en el ránking, su cantidad de fans y su calidad, no entiendo que no me enterara de su existencia antes. ¿Y sabéis cómo lo descubrí? Por una snap destacada. Lo cual es lo que manda huevos, porque hace muy poco que me registré en subcultura y nunca me fijo en la snap destacada de marras. Casi nunca vaya.

La snap. Que ni siquiera es de Art 88/46.
Art 88/46 es ciencia ficción pura, pero ciencia ficción bien hecha, con normas y principios internos coherentes. Y no solo eso sino que el autor se digna a construir no ya un mundo sino todo un universo con sus razas, costumbres, religiones, avances, política... Aunque si debo aplaudirle algo al autor, es la existencia de Makoto, la super computadora, que le da sentido a todo.


Tony decide entrar en un servidor del metaverso, pero debido a una sobrecarga en la red, Makoto (su computadora) crea un universo alternativo (e informático) en el que depositar la conciencia de Tony durante los 74 días que va a pasar su mente allí para evitar que se vuelva loco. Así es como Tony se ve proyectado a un universo ficticio con planetas ficticios y personajes ficticios incapaces de aceptar su inexistencia. Sin embargo, lo que debería haber sido un viaje tranquilo se convierte en una promesa de lucha y problemas de última hora cuando Siete se cuela en el universo recién creado por Makoto.

Ulises "El Rata" Lafuente no es amigo ni de censuras ni de límites y nos arrolla con su imaginación desbordante en batallas en el espacio, viajes por Océano y religiones robóticas que simulan el cristianismo. Se sirve de su mundo imaginario (y también del "original" que podría ser una versión futurista del nuestro) para hacer una crítica de nuestra sociedad.


Uno de los aspectos que sorprende de esta historia es que todo está definido hasta el último detalle y se nota que el autor ha querido explicarlo todo de forma coherente sin valerse de argumentos como "es futurista" o "es un universo alternativo" para permitirse incoherencias físicas. Además, las páginas están repletas de información de todo tipo y múltiples referencias a cosas que puedan resultarse familiares al lector como una cita a un poema de Gustavo Adolfo Bécquer o las leyes de la robótica que ideó Isaac Asimov.

A pesar de su brevedad, aborda gran cantidad de temas y tramas donde mezcla desde la más pura batalla de titanes hasta el más filosófico monólogo ateo, pasando por conspiraciones, planes super secretos y depresiones del protagonista.

Sin pelos en la lengua
Rata es único para crear personajes carismáticos, destacando por encima de todos, Tony, su cinismo y su conflicto interno. Sin embargo, como ya dije antes, EL personaje es Makoto que, a pesar de "no ser más que" un ordenador, es la artífice de Art 88/46 y está dispuesta a salvaguardarlo. La aparición de la extraña (o extraño) Siete dará un giro muy significativo a la trama pero eso ya, dejo que lo descubráis vosotros mismos leyendo el cómic.

En cuanto al dibujo, como podéis apreciar en las imágenes de la entrada, es totalmente característico, distinto y personal. Y evoluciona a un ritmo impresionante. Con decir que es capaz de dotar de expresiones faciales a un robot (sin rasgos faciales) creo que he demostrado mi punto.


Para acabar, debo deciros dos cositas importantes: la primera, que no contento con su denso universo, Rata ha creado otro webcómic en subcultura que hace las veces de glosario, enciclopedia o, como el lo ha bautizado, Codex de Art 88/46 donde de tanto en tanto sube información relativa al susodicho, que no ha podido explicar en otra parte (y que facilita la lectura).

La segunda es que está en marcha un crowdfunding para financiar una futura edición en papel de Art 88/46, así que os animo a hacer vuestra aportación ya que creo que es una historia digna de estar en la estantería, al menos, en la mía.


Por último, animaos con las primeras páginas del cómic. Y no os amilanéis por su aparente falta de sentido inicial, pronto se entiende todo. Que no os den pereza sus bocadillos eternos dignos de Bakuman, valen (y mucho) la pena.

1 comentario:

  1. Me lo apunto para leerlo cuando tenga un rato libre, tiene una pinta estupenda!

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