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jueves, 25 de julio de 2013

El guardián entre el centeno

Descubrí este libro gracias a una amiga y no podría estarle más agradecida por la recomendación. No sé cuánto os suena el título pero se trata de un clásico de la literatura, escrito por J.D. Salinger en 1945.


Holden Caulfield tiene 16 años y le han vuelto a expulsar del colegio. Cansado de sus compañeros y profesores, decide irse antes de tiempo de la escuela y se dirige a la monstruosamente grande Nueva York. Así empezará una extraña jornada en la que explicar desde el punto de vista de un adolescente poco común, cómo era la sociedad neoyorquina al acabar la Segunda Guerra Mundial.

Os pongo una sinopsis por inercia pero con sumo esfuerzo también ya que es terriblemente difícil pretender que El guardián entre el centeno tenga argumento. Es más, mi edición del libro ni siquiera tiene sinopsis, no sé si es así en los demás también.
Lo malo de las chicas es que si un tío les gusta, por muy mala persona que sea te dirán que tiene complejo de inferioridad, y si no les gusta, ya puede ser buen chico y tener un complejo de inferioridad tremendo, que dirán que es un creído. Hasta las chicas inteligentes lo hacen.
Y si es difícil contar de qué va, imaginad lo que es intentar reseñarlo... Este libro es una pequeña obra de arte constituida por la visión subjetiva de la sociedad de un adolescente problemático. Consta tan solo de sus reflexiones sobre la gente, ya sean familiares, amigos, compañeros, conocidos o desconocidos. Desde su pedante compañero de habitación Stradlater hasta su adorable hermanita Phoebe pasando por unas monjas que se encuentra en un bar.
Cuando estaba en Elkton Hills compartí habitación una temporada con un chico, Dick Slagle, que tenía unas maletas muy baratas. Las guardaba debajo de la cama en vez de en el armario para que nadie las viera al lado de las mías. Me deprimía horriblemente y yo siempre quería tirar las mías o algo así, o hasta cambiárselas por las de él. Las mías eran de Mark Cross y eran de cuero auténtico y todo ese rollo y supongo que costaban una fortuna. Pero fue muy gracioso. Verán lo que pasó. Al final, lo que hice fue poner mis maletas debajo de mi cama en vez de en el estante, para que a Slagle no le entrara complejo de inferioridad. Pues verán lo que hizo él. Al día siguiente de que yo metiera mis maletas debajo de mi cama, él las sacó y volvió a ponerlas en el estante. El motivo por el que lo hizo, y me llevó algún tiempo descubrirlo, fue porque quería que todos pensasen que mis maletas eran las suyas.
Con esto, Holden trata gran cantidad de temas que en la época, pudieran considerarse problemáticos como la prostitución, la homosexualidad, la venta de alcohol a menores de edad, la pobreza, la religión, el sexo o la hipocresía global de la sociedad. Y es por eso que este libro es tan famoso, porque ofrece una crítica fiera escondida tras los inocentes pensamientos de un adolescente.
Incluidos los cigarrillos, la cuenta casi llegaba a trece dólares. Creo que por lo menos deberían haberse ofrecido a pagar las copas que habían tomado antes de que yo llegara; no les habría dejado pagar, naturalmente, pero al menos deberían haberse ofrecido. La verdad es que no me importó mucho porque eran unas ignorantes y llevaban unos sombreros tristes y ridículos.
En ese sentido creo que el autor supo retratar muy bien la forma de pensar y de hablar de un chico de 16-17 años a la vez que creó un personaje único y especial. Algo que me ha gustado mucho de la narración es el uso reiterado de una jerga muy limitada y concreta acompañado de un claro contraste entre lo que el narrador piensa y lo que dice. Lo matizo porque siempre he pensado que nunca somos capaces de reflejar del todo lo que pensamos y cómo pensamos que somos en nuestras palabras. En la realidad, siempre acabamos sonando mucho más banales e intrascendentes a ojos de los demás... y ahí está Holden, actuando justo al contrario de lo que uno esperaría sabiendo qué piensa.
Otra cosa que me da cien patadas. Quiero decir, que se te dé bien escribir redacciones y que alguien se ponga a hablar de comas. Stradlater lo hacía siempre. Quería que pensaras que si él escribía unas redacciones asquerosas era porque ponía las comas donde no era.
El guardián entre el centeno es, sobre todo, un compendio de frases memorables por lo que lo voy a guardar con cariño en la estantería (le haré hueco) y estoy segura de que lo releeré.

4 comentarios:

  1. La primera vez que leí 'el guardián entre el centeno' tenía 16 años y me enamoró el libro (y Holden!!!) cada verano lo suelo releer y no me canso de recomendarlo (mi edición tampoco tiene sinopsis XD). Y es uno de mis libros favoritos <3

    Justamente ahora estoy leyendo 'Franny y Zooey', otro libro del autor (y que por cierto, mola mucho XD).

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  2. Este de esos títulos muy conocidos pero entre una cosa y otra nunca le he dado una oportunidad. Y tiene buena pinta, así que me lo apunto :)

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  3. Recuerdo haber escuchado el título en alguna que otra ocasión, pero jamás se me habría pasado por la cabeza el tipo de historia que es .___. No sé, no me llama demasiado... pero como sale en el famoso reto de los 1001 libros, algún día caerá... algún día XD

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  4. A mí me gustó mucho la forma de narrar los pensamientos del protagonista, me pareció muy espontánea, muy vívida. A nivel de acción quizá no pasen demasiadas cosas (que pasan) pero es apasionante sentir la cercanía con el personaje.

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