Jueves 25: a las orillas del Moldava

Sigo con las crónicas de Praga, en la última entrada os comenté que el jueves lo pasamos mayoritariamente paseando por el centro histórico de la capital checa y acabé cuándo estábamos a punto de llegar al río Moldava, un poco por debajo del famoso puente de Carlos. Así que después de todo hacerle caso a la guía estuvo bien porque así pudimos hacer fotos DEL puente antes de hacerlas DESDE el puente.

Y bueno, realmente, hicimos muchas muchas muchas fotos al puente ^^u Y a los curiosos troncos clavados en diagonal decorados con mierda de paloma/pato/cisne/demás pajaritos que había por la zona.

Después de esto fuimos para el puente, que la verdad es que es muy largo, muy ancho, muy bonito y con múltiples estatuas a ambos lados. Creo que la comenté en otra entrada pero el Karlův most viene a ser como las Ramblas de Barcelona: lleno de guiris, lleno de puestecitos con pijadas y lleno de gente que dibuja caricaturas y retratos.

Borja toqueteando a San Juan Nepomuceno lanzado desde el
puente en cuestión (se dice que da buena suerte tocarlo)

Y allí me compré este colgante tan precioso que ha sustituido a la lagartija ibicenca que llevaba desde hace más de 4 años.

Y también vimos esta tiendecita en la que no llegamos a entrar pero es que el cartelito de marras merecía una foto:

Después de atravesar el puente (que a nuestro pasito de tortuga haciéndole fotos a todo y yo entreteniéndome en todas las paraditas, nos llevó casi media hora) teníamos pensado ir a la isla de Kampa a dar una vuelta.

Foto random que hicimos de camino

Borja me llevó allí con semi malicia porque yo no tenía ni idea de qué había por la zona y él sí! Pero es que le encanta verme la cara de sorprendida y siempre se las apaña para que la ponga. Debo decir que a estas alturas mis pies querían darse cabezazos contra la pared (sé que es una imagen grotesca) y que iba diciendo unas 5 veces por minuto que odiaba los malditos adoquines de Praga.

La cuestión es que después de dar un mini rodeo por la isla (que es muy bonita y tranquila la verdad) nos topamos con el muro dedicado a John Lennon, que a ver, yo no soy ninguna fan de los Beatles ni nada parecido pero era bastante bonito. Lástima que turistas y pandilleros por igual se hayan dedicado a escribir tonterías por encima y afearlo u.u

Después de eso había un mini puente LLENO de candados. Por lo que sé, A tres metros sobre el cielo marcó un antes y un después con respecto a este tema... Lo más increíble es que me fijé en varios candados y muchos de ellos tenían fechas apuntadas y todas las que vi eran super recientes, quizá la más antigua era del verano pasado... lo que significa que quitan los candados de forma regular y el puente se vuelve a llenar enseguida. Es algo estúpido, absurdo y sin sentido pero la verdad es que a mí también me gustaría hacer algo parecido próximamente >_<

Y después del muro de John Lennon y el puente de los candados me esperaban... ¡bebés gigantes sin cara! De verdad, esa no me la esperaba xD Nos subimos encima a hacernos fotos y al poco otros turistas nos imitaron y enseguida había que hacer cola para poder subirse xD Y eso que no era nada fácil eh? Resbalaban muchísimo y eran bastante altos o.ò de hecho, yo no pude subir sola ^^u

Después de esto echamos un ojo al patio exterior de un museo de arte contemporáneo con sus esculturas WTF que tanto me gustan y al poco vino el guarda a echarnos que justo cerraba el museo u.u

A estas alturas no eran más que las seis de la tarde (después de todo, nos cundió bastante el día) y yo ya no podía con mi alma así que volvimos al apartamento a descansar, cenar y a dormir que al día siguiente nos esperaba un día bastante intenso.