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jueves, 14 de julio de 2011

Viernes 8: Murano, Burano y Torcello


Allá voy con el segundo día, para que no queden entradas quilométricas voy a partir los días en dos. Así que ahí voy con la mañana del viernes.
En realidad era difícil equivocarse...
Nos levantamos hacia las 7 y media (en realidad, mi novio se levantó a las 7.30 y se duchó, después ya me despertó a mí que soy un pelín dormilona) y salimos del hotel a eso de las 8 y media. Tuvimos un pequeño missunderstanding con las líneas de vaporetto, sabíamos que para ir a Fondamente Nove podíamos coger las líneas 41, 42, 51 y 52 en la parada Guglie (justo al lado del hotel) PERO en realidad, solo podíamos coger la 42 y la 52 porque tanto la pareja 41-42 como la 51-52 tienen las mismas paradas pero en sentidos inversos con tan mala pata (Murphy) que cogimos el que iba en dirección contraria a nuestro destino. Nos dimos cuenta enseguida y bajamos en la siguiente parada para coger el que tocaba pero claro, con la tontería, perdimos unos 15 o 20 minutos y se nos hizo más tarde de lo que tocaba. Al final llegamos a Fondamente Nove que justo se acababa de ir el LN de las 9.10 (que es el vaporetto que queríamos coger porque no sólo iba a Murano sino también a Burano) que teníamos intención de pillar. Después de eso tuvimos media hora de meditación en la parada del vaporetto pero nos lo tomamos con buen humor porque de todas formas, la iglesia de Torcello no abría hasta las 10.30 y no era ninguna tragedia esperar al siguiente, aprovechamos para desayunar.

¡¡Plaga de mejillones!!
Llegamos a Burano a las 10.20 aprox y el vaporetto a Torcello salía a las 10.35 pero como ya estaba en la parada y en 10 minutos no nos daba tiempo de ver gran cosa de Burano, decidimos esperarnos que ya no nos venía de ahí ^^u. Como los vaporettos de Burano a Torcello pasan cada media hora decidimos pasar una hora en Torcello que teóricamente debería ser tiempo más que suficiente para ver la isla porque es bien chiquitita y lo único que tiene que ver es una iglesia, un campanario (que estaba en obras y no se podía subir, aunque tampoco es que fuéramos con la intención de hacerlo) y un museo (que no nos interesaba). Nos clavaron 5€ por entrar a una iglesia en la que no se podía hacer fotos (yo tenía apuntado que costaba 3,50 pero parece ser que recientemente han subido los precios de todo porque nos pasó esto en muchos sitios) así que nos pasamos un buen rato allí haciendo fotos de escaqueo y amortizando el dinero =P Hay que decir que era impresionante con esos mosaicos dorados que iban del suelo al techo. Os pongo una foto de El Juicio Final, por favor, por un momento pensad que es un mosaico con más de mil años y de que no es pintura, son piedrecitas!!! En la basílica de San Marcos ya es que flipé en colores pero Santa Maria della Asunta (así se llamaba la iglesia que creo que aun no lo había comentado >//<) sirvió para prepararme a este tipo de arte.

Al salir de la iglesia nos dimos cuenta de que ya casi era la hora de volver para la parada de vaporetto si no queríamos perder el de las 11.40 pero fuimos corriendo a subirnos al trono de Atila. Un asiento de piedra que a saber cuánto tiempo hace que está allí sobre el que pesa la leyenda de que el que se siente allí se casará en menos de un año. ¿Queréis saber si me senté…? X3

Después pusimos rumbo a Burano, donde el mayor atractivo son las casitas de colores, no me esperaba que TODAS las casas fueran de colores de verdad. Impresionante. Íbamos buscando una tal “casa Bepi” que era especialmente colorida y, cosa rara, nos perdimos. Pero bueno, dimos un rodeo que nos sirvió para ver más casitas de colores y, como no, un campanario torcido.

Ya para acabar con la visita a las islas fuimos a Murano, la isla del cristal, que debo decir que me decepcionó mucho. Se supone que se puede ver como hacen piezas de cristal pero no sabíamos ni dónde ni cuándo ni si había que pagar para verlo, las cosas de las tiendas no me gustaron nada… Lo único que me llamó la atención fue un colgante (de cristal, obviamente) de un corazón pero era demasiado grande y creo que no me hubiera quedado muy bien así que al final no me compré ningún souvenir allí. Lo bonito de Murano es que por la calle había algunas esculturas de vidrio (unas más bonitas que otras).

En Murano estuvimos realmente poco tiempo y cogimos el diretto murano para volver a Venecia. Bajamos en Ferrovia y de allí fuimos directamente a los sestieri de San Polo y Santa Croce cruzando el ponte degli Scalzi (uno de los cuatro que cruzan el Gran Canal). Pongo los dos sestieri juntos porque están en la misma zona y la frontera que los delimita es bastante sinuosa así que no era fácil saber en cuál de los dos estábamos a cada momento. Pero bueno, la tarde en estos dos sestieri queda reservada para la próxima entrada ;)

1 comentario:

  1. Me doy cuenta que lo llevabais todo muy bien pensado y organizado, nada de improvisación XD

    Una pena el chasco de Murano porque hasta yo sé de la fama que tiene. Hay algunas cositas muy monas en la foto de la derecha ^^

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