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miércoles, 14 de junio de 2017

Tegami Bachi

Me compré el primer tomo de Tegami Bachi antes de empezar el blog. Es muy difícil para mí hablar de este manga que he seguido de forma tan irregular debido a la publicación aperiódica de Planeta (no me olvido del verano de 2011 cuando estuve a punto de empezar a comprar este manga en inglés a pesar de tener los tres primeros tomos en castellano, hasta ese punto me enamoré de esta historia). Tegami Bachi es un manga que me cautivó desde el primer tomo, el primer capítulo, la primera página. Todo me gustaba de Tegami Bachi: los personajes, el universo, los sentimientos que evoca cada nuevo arco, los conceptos de letter beedingo, los gaichu, el arte sublime de Hiroyuki Asada. Todo. Durante meses, mantuve una cabecera de este manga en el blog, acompañada de un avatar de Niche, un personaje al que incluso le dediqué una entrada entera cuando apenas empezaba a escribir aquí. Al acabar de leer Tsubasa me lancé a por la relectura de este shonen, devorando ávidamente los quince tomos que ya había leído años atrás, sin poder esperar a llegar a esa cuarta parte restante, cuyo desarrollo desconocía en su totalidad. Quizá vieseis en twitter la tremenda decepción que me causó el capítulo final. Con todo, tiene este manga tantas historias entrañables abarcando la mayoría absoluta de su longitud que no voy a dejarme llevar por lo que me parece un final pésimo.


Amberground se divide en tres regiones concéntricas en función de su proximidad al sol artificial: Akatsuki, Yuusari y Yodaka. Por lo tanto, mientras que Akatsuki está bañada constantemente por la luz del sol, los habitantes de Yodaka viven en la penumbra. Esta división no afecta tan solo a la luz sino que va mucho más allá, existe una jerarquía paralela de índole social por lo que a los habitantes de Yodaka no sólo les falta luz sino también recursos. Por si esto fuera poco, se trata de un mundo infestado por extrañas criaturas que recuerdan a insectos gigantes llamados gaichu que atacan a las personas y les roban el corazón dejando tras de sí poco más que carcasas vacías. Puesto que está estrictamente prohibido pasar de uno a otro distrito, y ya que es tan peligroso desplazarse de uno a otro pueblo debido a la presencia de los gaichu, la única forma de comunicación entre habitantes de ciudades distintas son las cartas, que sólo pueden transportar los "letter bee" o abejas mensajeras. Así que, lo creáis o no, Tegami Bachi es un manga sobre carteros (de alto riesgo).

La historia comienza con el rapto de la madre de Lag, el protagonista, cuando éste apenas tiene siete años. Goose Suede, uno de los mejores letter bee, será el encargado de transportarlo como "carta" hasta Campbell Litus, donde vive su tía Sabrina. Este viaje servirá para que Lag idealice la profesión de letter bee y tome la determinación de convertirse en Head Bee, para así poder entrar en Akatsuki y buscar a su madre. No voy a entrar en más detalles sobre el argumento porque creo que ya he explicado demasiado pero lo que me gustaría transmitir es que Tegami Bachi es, desde el principio y hasta el final, una historia (muy) triste. No solo triste sino, más bien, emotiva hasta el extremo... Prácticamente todos los personajes tienen un pasado trágico, tanto los protagonistas como los secundarios que desempeñan el rol ya sea de destinatario o de remitente, y que cambian de capítulo a capítulo. De hecho, Lag se pasa toda la historia llorando sin parar por todo. Aunque el autor suele optar por enfoques optimistas y finales más o menos felices, las historias suelen ser agridulces como poco y todos cargan, inevitablemente, con recuerdos tristes.


Para mí, dibujazo a parte, el mayor logro de Tegami Bachi son sus personajes y la complicidad entre ellos. Es imposible no cogerles cariño, no empatizar con ellos. Se da mucha importancia a la amistad y la camaradería, todos los capítulos rebosan sentimiento a raudales. El autor también da pie a muchas situaciones cómicas, muchas bromas, los chicos (Lag, Connor y Zazie sobretodo, que tienen entre 12 y 14 años) se pican entre ellos sin parar. No sólo eso sino que se aborda qué es lo que nos hace ser quienes somos, más allá de nuestras experiencias vitales. Si se rasca un poco enseguida despuntan matices de cariz más bien filosófico que subyacen a la lectura rápida. Y Niche. Niche es la contrapartida perfecta para Lag, se lleva todo el protagonismo en muchísimos arcos, es indispensable para la supervivencia del chico, que es todo corazón (literalmente), da toda la chispa y alegría para sonreír y soltar alguna carcajada de tanto en tanto entre tanta lágrima. Son tan maravillosos los personajes que no me importaría leer otros 20 tomos de sus aventuras, más allá de la trama principal, sin importar los enigmas por resolver... sin desmerecer a estos ya que contribuyen a que fuese una tortura tener que esperar varios meses para saber cómo seguía, manteniendo siempre el interés del lector.


El worldbuilding de Amberground se basa en una sociedad moderna en la que el corazón (entendido como el alma, y que solo los letter bee más sobresalientes son capaces de modular para darle algún uso cotidiano) sustituye a la electricidad, en la que las distancias deben recorrerse a pie o en carruaje, en la que no hay desarrollo tecnológico. Si a esto le sumamos la semioscuridad perpetua y la pobreza generalizada de Yodaka, es fácil imaginarse a un pueblo oprimido, formado por gente sencilla sin grandes aspiraciones. Además, todo el país ostenta una férrea creencia religiosa en la Emperatriz, que gobierna Amberground desde Akatsuki. A pesar de ser una figura tremendamente distante y que no parece obrar diferencia alguna en la vida del pueblo, es admirada e idolatrada por todos en lo que sólo puede denominarse como fe. En realidad, tiene Tegami Bachi varias reminiscencias a la religión cristiana, aunque no quiero desglosarlas con detalle para no destriparos la historia. Además, junto con los gaichu, hay varias criaturas (animales y plantas) endémicas de Amberground, completando así la caracterización del mundo creado para la historia de Lag.


La ventaja de haber decidido leer los 20 tomos del tirón es que he podido seguir muy bien la trama y he entendido muchas cosas que pasé por alto en la primera lectura. Ya desde los primeros tomos hay detalles que a priori no tienen mucho sentido pero que encajan a la perfección al final. Y, teniendo en cuenta lo precipitado del mismo, tiene mucho mérito de parte del autor. Se nota que tenía el guión completo en la cabeza ya desde el inicio (e hizo lo que pudo con las limitaciones de espacio impuestas por los rígidos japoneses). Tratándose de un shonen "de luchas" (poco convencionales, pero luchas al fin y al cabo), con un objetivo que alcanzar, llama la atención su extensión moderada de sólo 20 tomos. El manga se divide en dos partes desiguales. La primera, más naif, centrada en el desarrollo de personajes, el planteamiento de preguntas transcendentales a resolver al final y la construcción progresiva del mundo para el lector. Tras un último arco argumental que abarca unos cinco tomos y que culmina con grandes revelaciones en el tomo #15, empieza la segunda parte, (mucho) más breve, en que el autor tiene que hacer un sprint para dar respuesta a todos los enigmas (algunos nuevos) en cinco míseros tomos.

Como curiosidad, todos los tomos cuentan con un apéndice dirigido por el doctor Thunderland que interpela directamente al lector lamentándose por no aparecer todavía en la historia principal y ofreciendo información sobre el mundo de Amberground a modo de glosario.

[ANEXO] Acerca de los personajes femeninos de Tegami Bachi

He estado dándole vueltas a si debía o no comentar de forma específica cuál es el rol de los personajes femeninos en esta historia. Últimamente estoy tan sensibilizada con esto que a veces me da miedo hacer juicios demasiado radicales... pero descubro divertida que hace más de 4 años (cuando le daba mucha menos importancia que ahora al tema) ya me rechinó el papel que tienen las mujeres en general en esta obra así que quizá no esté de más que me explaye un poquitín sobre esto. Para empezar, da la casualidad que todos los bees de la colmena son hombres exceptuando a: Aria, que ya no lo es, que era extremadamente torpe y, al parecer, sólo hacía su trabajo gracias a su dingo, y cuyo principal rol en la historia es el de a) estar enamorada de Goos y b) curar con sus balas de corazón; Lily, una bee que admira a Lag y acaba perdiendo su corazón; Elena, una bee que sólo se menciona en un pequeño arco argumental, apareciendo solo en un par de flashbacks ya que murió siendo muy joven por caerse de un precipicio; y Chiko, que aparece por primera vez en la historia a tres tomos del final, que, por lo tanto, tiene un desarrollo muy limitado, y que es la única bee que sí que hubiera podido tener un rol muy importante en el final precipitado de este manga.

Entre los personajes femeninos con más o menos protagonismo en la trama encontramos a: Silvet, la hermana pequeña y discapacitada de Goos, cuya función principal en la trama es cocinar y sufrir; Ane, cuya relevancia se limita a ser la madre de Lag; Niche, su hermana (que por no tener, no tiene ni nombre) y Lode, tres personajes que no son humanos pero sí claramente femeninos, que tienen roles muy importantes en la trama principal y que, además, son muy fuertes (en todos los sentidos). Las otras mujeres que aparecen en la historia suelen ser destinatarias de las cartas que reparte Lag, normalmente o criadas o jóvenes y bellas sucesoras de buena familia con la salud frágil, sin olvidar niñas huérfanas que puedan servir de interés amoroso para algún bee (varón) que pase por allí. Si hay un elemento común a prácticamente todos los personajes femeninos del manga, en especial los que tienen más protagonismo, es el maldito y endémico fanservice:



Estando como estoy enamorada del diseño de muchos de estos personajes, no voy a criticar al autor ni por machista ni por misógino, no deja de ofrecer un elenco muy variado de personajes de ambos sexos. Además, Niche, que es coprotagonista indiscutible de la historia (por mucho que no sea humana), tiene cuerpo de niña, se comporta como tal, y en ningún momento se insinúa siquiera que pueda tener una relación romántica con Lag; de hecho, la relación de amistad y confianza recíproca entre ambos es poco menos que entrañable. Aunque en general las chicas sean más bien despampanantes, sí es cierto que muchos de los personajes secundarios muestran constituciones mucho más variadas, con chicas larguiruchas, regordetas, mujeres de edad más avanzada... que ya es mucha más variedad de la que se suele encontrar en mangas de esta demografía.


Como veis, tengo un conflicto con este tema y es porque Tegami Bachi me ha gustado mucho y creo que no necesitaba el fanservice para nada. No deja de parecerme estupendo que las mujeres abarquen un rango amplio en lo que respecta tanto a físico como a aptitudes o personalidad pero no consigo quitarme de encima la sensación de que el autor vira más hacia los roles típicamente otorgados a las mujeres, tirando de clichés de mujer florero/mujer pura/mujer enfermiza y, por supuesto, sin ninguna que ocupe un alto cargo en ninguna de las organizaciones que aparecen en el manga. También es cierto que Lag es bastante andrógino y que se hacen múltiples referencias a su feminidad sin que eso lo desmerezca en ningún aspecto y eso, desde luego, es todo un acierto.