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lunes, 29 de diciembre de 2014

True Blood (season 6)

Empecé esta temporada "sabiendo" que iba a ser la peor de todas y, a la vez, expectante por ver como llevarían los guionistas el tema de Billith. Y me encontré con unos capítulos aburridísimos con nuevos personajes que no me importaban una mierda (como Niall) y, sorprendentemente, con la casi total ausencia de las clásicas subtramas secundarias de True Blood.


Billith me importaba más bien poco, por no decir nada. Si el personaje de Bill empezó resultándome indiferente, no he hecho otra cosa que odiarlo un poquito más a cada nueva temporada y en esta que su personalidad casi queda anulada por su divinidad, no ha hecho más que empeorar lo que le faltaba para convertirse en un personaje que estorba. Además, no acababa de ver por dónde iba el tema de Warlow y casi me interesaban más las subtramas de ese momento (que antes he dicho CASI total ausencia de las mismas, no que no hubiera ninguna), las 4 haditas de Andy por un lado y Nicole y su asociación por los derechos de los vampiros por el otro, que lo que pudiera ocurrirle al elenco principal.

Tener cuatro hijas con un hada para que acaben así en unos días
Pero hacia el cuarto o quinto capítulo la acción dio un salto gracias al delirante Truman Burrell y su campo de exterminio para vampiros al más puro estilo nazi. No sé si la idea está sacada de los libros o fue una inspiración divina de los guionistas de la serie pero me encanta. En general, las lentillas anti-hechizo, las balas que emiten luz ultravioleta o el virus de la hepatitis V me entusiasman (bueno, el tema del virus me intriga pero como no se dignan a explicar nada al respecto al menos no me puedo indignar por ninguna inconsistencia).

Y aquí hay muchísima tela que cortar. Eric pierde los estribos, Jess se enfrenta a un dilema moral inesperado, los flashbacks de rigor no son tan aburridos como de costumbre porque indagan en el pasado de Nora, se añaden un par de vampiros más al elenco principal de personajes y, lo mejor de todo, mi matrimonio predilecto de esta serie vuelve con energías renovadas. Escalofriante e hilarante a partes iguales.


Un personaje que, después de todo, me ha sorprendido para bien es Jason. Después de su ataque de racismo hacia los vampiros y una vez deja de tener visiones de sus padres muertos, vuelve a ser más "él" y se da cuenta de todas las barbaridades que ha dicho/hecho. En contraposición, uno que me ha decepcionado gravemente es Alcide y su absoluta pérdida de control una vez se alzó como líder de la manada de Shreveport. Fue el recurso fácil de los guionistas para que Sam y Alcide estuvieran ocupados con algo mientras Sookie buscaba a su prometido y Billith intentaba salvar a los vampiros de la extinción pero es que es demasiado gratuito todo. Ni el desarrollo ni su resolución son coherentes con el resto de temporadas pero qué más da, solo son secundarios, a quién le importa.


Pero volvamos con nuestra odiada-por-casi-todos protagonista Sookie Stackhouse. A pesar de lo mucho que la odiéis no podéis negar que es consecuente con sus elecciones. Salió con Bill, se peleó con Bill, salió con Eric (cuando no era realmente Eric pero mejor no darle muchas vueltas a eso), lo dejó con Eric, decidió que los quería a los dos y que eso no era especialmente lícito así que finalmente escogió mantenerse alejada de los vampiros, lo cual tiene sentido teniendo en cuenta las veces que su vida estuvo en peligro desde que conociera a Bill.

Al margen de lo ABURRIDO en mayúsculas que pudiera resultar el arco de Warlow al principio (sobre todo con Billith correteando por allí) el caso es que la trama se acaba animando y da lugar a algunas de esas conversaciones para enmarcar de True Blood que hacen que, para mí, la serie valga la pena más allá de las carcajadas constantes que proporciona. Sookie descubre... cierta información más que relevante sobre su pasado y sobre ella misma y su forma de confrontar los hechos es, cuanto menos, curiosa.


Una de las cosas más inesperadas de la temporada y que no os estoy spoileando del todo es un funeral... hay muchos personajes en esta serie y mueren unos cincuenta por temporada así que consideremos que el hecho de que os diga que uno más muere en esta temporada no es la gran revelación de vuestras vidas. En cualquier caso, y a pesar de toda la gente (humanos, vampiros y cualquier otro tipo de criatura sobrenatural) que ha muerto, no recuerdo ninguna otra muerte que me impactara tanto y que los guionistas trataran con tantísimo cariño. Sí, reconozco que lloré, las dos veces que vi el capítulo.

Así que una temporada que empecé totalmente desganada acabó sorprendiéndome considerablemente (para bien) en un último repunte de genialidad. Mención a parte se merece el final del último episodio que, como es costumbre, es un preludio a la siguiente y última temporada de la serie.

domingo, 28 de diciembre de 2014

De presentaciones va la cosa

Por cuestiones del azar, noviembre resultó un mes plagado de presentaciones de cómic y mi calendario acabó bastante más cargado de lo habitual. De las cinco que tenía en mente acabé por ir "solo" a tres por aquello de mantener cierto estado de salud pero aun así tengo algunas cosillas que contaros (y enseñaros):


1) Encuentro con Bryan Lee O'Malley y presentación de Seconds en Fnac El Triangle

Esta maratón de eventos comiqueros empezó el miércoles 5 de noviembre, es decir, justo después de que finalizara el XX Salón del Manga de Barcelona (es decir, que estaba yo muy cansada). Ahora mismo me arrepiento bastante de no haber llevado una libretita conmigo porque aunque sé que me reí varias veces, no recuerdo gran cosa de lo que se dijo. En esta ocasión había una serie de preguntas predefinidas sobre la creación de Seconds que el autor fue contestando en un inglés muy claro por lo que la mayoría de asistentes nos reíamos antes de que a la intérprete le diera tiempo a traducir nada. Lo que sí recuerdo es que comentó que tras la salida a la venta del primer volumen de Scott Pilgrim no le iban muy bien las cosas así que acabó trabajando de camarero en un restaurante sospechosamente similar al Seconds. El éxito es impredecible.

Mi premio por llevar Lost at Sea a la sesión de firmas ♥
En la ronda de preguntas hubo un chico que comentó que estudiaba algo relacionado con el cómic y Bryan le miró con envidia comentando que esas cosas no existían cuando él estudiaba. Me hizo gracia porque es evidente que él hubiese disfrutado de tal formación pero quizá su mundo interior hubiera sido distinto y nunca habríamos podido disfrutar de Scott Pilgrim... Otro detalle que se hizo evidente durante la charla es que los protagonistas de los cómics de Bryan Lee O'Malley crecen con él, nos llegan con un poquito de lag por cuestiones de producción, edición y traducción pero el caso es que en el momento en que idea a sus nuevos personajes tienen su misma edad y eso le da mucha versatilidad a sus obras. Quizá lo que más gracia me hizo fueron sus motivos para el diseño de Katie (la protagonista de Seconds): "Soy un hombre alto así que quise que mi protagonista fuera una mujer baja". Cuando imprimes ese carácter tan autobiográfico a tus obras supongo que no te queda otra que desvincularte lo máximo posible de tus personajes. Me lo pasé muy bien y, por si fuera poco, ahora tengo un gatito extra en mi ejemplar de Lost at Sea así que a partir de ahora intentaré estar pendiente de este tipo de eventos puesto que fue una experiencia muy grata.


2) Una tarde con Zidrou y sus dibujantes, en Casa del Libro

El jueves 13 volé de francés a Casa del Libro a una presentación nada al uso en que el aclamado guionista belga Zidrou escuchó como múltiples dibujantes españoles que han colaborado con él hablaban de su relación profesional. Fue sin duda la charla que más disfruté de todo el mes y es que Zidrou es todo un personaje. Los dibujantes estuvieron explicando divertidos las manías y aficiones de Zidrou como por ejemplo su costumbre de enviar sus guiones por correo, escritos en francés, y con cromos de fútbol pegados en el sobre. Que dicho así puede sonar algo meramente anecdótico pero para un dibujante que no tiene ningún otro contacto con el guionista puede convertirse en una pesadilla ya que no puedes hacer un "copiar/pegar" al google translate... A propósito de esto Homs explicaba que cuando finalizó una de las historias cortas de La anciana que nunca jugó al tenis y otros relatos que sientan bien Zidrou le preguntó que por qué estaban todos los personajes tan serios... pues porque al estar en francés el guión el dibujante no supo captar el tono del relato. Eso sí, al final comentó entre risas que después de todo el cómic funcionó bien.


Aunque lo que más me impactó esa tarde fue descubrir que Zidrou es una suerte de ONG para dibujantes. Jordi Lafebre explicó cómo acabó pidiéndole un guión para poder pagar la hipoteca mientras que Roger reconoció haber necesitado un respiro de Jazz Maynard gracias al cual nació ¿Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra? incluso cuando el guionista belga ya tenía muchos otros trabajos pendientes. Lo realmente entrañable del caso es que Zidrou se hizo famoso en Bélgica (y creo que en Francia) por un cómic infantil: L'Élève Ducobu. Tanto es así, que para cuando quiso virar el rumbo de su carrera y empezar con el drama que son sus últimas obras no encontró ningún dibujante belga dispuesto a crear un cómic serio con un guionista famoso por sus obras infantiles. Así que ni corto ni perezoso Zidrou se puso a buscar autores en otro mercado: el español. De hecho, vive en Andalucía donde, como él mismo dijo, "salgo a la calle y nadie me conoce, de hecho, la gente no sabe ni lo que es un tebeo"; un comentario que puede parecer exagerado pero que no lo es cuando uno tiene en cuenta que en Bélgica los niños maman cómics desde la cuna.


Conseguí un auto-retrato del propio Zidrou, solo con la firma que me hizo ya se intuye el tipo de persona que es (por si no había quedado claro con la charla). Además, aproveché para hacerle alguna que otra pregunta sobre ¿Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra? que quizá desarrolle un poco en su reseña correspondiente.


Eso sí, de la sesión de firmas posterior a la charla lo que me dejó realmente impresionada fue que Roger se trajo hasta las acuarelas... Y se estuvo un buen rato para dibujar ese pedazo de original tamaño BD.


Fui a la velada de marras con mi ejemplar de ¿Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra? pero acabé comprando también La anciana que nunca jugó al tenis y otros relatos que sientan bien que me firmó Jordi Lafebre (en una esquinita para que los demás autores participantes en este recopilatorio de relatos cortos tengan su espacio en futuros eventos).


3) Velada de Misterio con la presentación de dos volúmenes profusamente ilustrados sobre cosas que no interesa que se sepan: Institutos y Misterios Comestibles, de la colección Leyendas Urbanas, en La Central del Raval

Por último, el viernes 21 de diciembre me planté en el primer piso de la librería La Central del Raval con ganas de escuchar qué tenían que contar (algunas de) las chicas de Caniculadas y Albert Monteys.


Quizá fue esta la "presentación/charla" más breve de las tres a las que asistí el mes pasado al igual que la más... improvisada por decirlo de alguna forma. No sé si es por algún tipo de complejo inherente al cómic español del estilo "uy, somos pequeñitos, mejor no darle demasiado bombo al asunto" pero el caso es que a pesar de estar en un espacio relativamente pequeño (con MUY pocas sillas) se llenó HASTA LOS TOPES. Con muchísimas gente de pie, llenando todo el piso, algunos sentados en el suelo... Así que quizá los autores patrios (inclusive las autoras más novatas) se lo pueden creer un poco y esperar cierto éxito (mediático al menos).


Natacha Bustos, Bea Tormo, Clara Soriano y la Srta. M hablaron sobre la pesadilla que fue coordinarse entre las siete participantes del grupo teniendo en cuenta que proceden de puntos muy distantes en la geografía española lo que obligó a someterse a muchas reuniones virtuales (skype-mediante) en las que nunca podían participar todas a la vez con lo que el flujo de información no era precisamente óptimo. También comentaron sus respectivas historias (intentando no hacer spoilers) y la verdad es que se escaparon algunas carcajadas tanto entre los autores como entre el público asistente.


Además aproveché para llevarle Chernóbil a Natacha, ¡aunque se me olvidó cargar con Mastodonte porque no recordaba que Bea participaba! Me hizo mucha ilusión que la Srta. M se acordara de mí de la presentación de Enjambre que tuvo lugar a principios de año ♥


Por su parte, Albert Monteys nos habló de su trabajo de documentación para realizar Misterios Comestibles y como la elección de temas no fue para nada algo sencillo puesto que la mayoría de mitos alimenticios giran siempre en torno a dos grandes gigantes: las cadenas de comida rápida estilo McDonald's o KFC y el qué-comen-los-chinos-realmente. Pero aún así logro desarrollar un cómic brillante que me ha puesto sobre la pista de este autor.

Por si tenéis curiosidad, los eventos a los que no fui fueron la presentación de El momento de Aurora West de David Rubín en Gigamesh el jueves 27 porque a esas alturas de noviembre me caía a pedazos y una sesión de firmas de Benjamin Lacombe en Casa del Libro el martes 17 que me hubiera imposibilitado ir a clase de francés (y soy muy responsable).

viernes, 26 de diciembre de 2014

Primeras impresiones sobre El Secreto de Ai

No sé si recordáis el reto que me propuse pronto hará un año sobre leer manga. Evidentemente no lo he cumplido ni al 50% pero con las vacaciones navideñas decidí darle un sprint a la lectura de El secreto de Ai. Y mi gran conclusión tras leer los cinco primeros tomos (y los tres siguientes en diagonal porque me había rallado ya) es que estoy demasiado mayor para disfrutar de la lectura de lo que yo denomino shôjo genérico. Akuma to Love Song, Dengeki Daisy, Missions of Love y ahora El secreto de Ai... ya no paso por el aro.


El apasionante punto de partida de este shôjo (que es lo único que lo puede diferenciar de los otros quinientos que salen al año en Japón) es que la protagonista, Aiko, es un poco marimacho. Es un poco marimacho y, cosas de la vida, acaba trabajando de criada en el maid café de su hermano. Es allí donde se encontrará con el ídolo del instituto, Leo, al que se la tiene jurada por ser mejor que ella tanto en baloncesto (un odio muy racional teniendo en cuenta que él mide más de 1,80 y ella no llega ni al 1,60) como en lo que a la conquista de chicas se refiere (esto también es excepcional teniendo en cuenta que Leo es chico y Ai es chica). El caso es que cuando Leo ve a Ai disfrazada de criada parece que no la reconoce y, no solo eso, sino que le pide salir...

Para no eternizar esto (que ya sabéis que cuando me pongo a rajar de algo no acabo) voy a limitarme a hacer una lista de pros y contras pormenorizados brevemente para ilustrar mis desavenencias varias con la autora.

Contras

¡Bienvenido amo!
(empezamos MAL)
1) Machismo: lo primero que me ha sacado de mis casillas de este manga es el machismo imperante en múltiples situaciones. Las más flagrante son las escenas en el maid cafe en que Aiko debe mutar su personalidad (tanto su forma de hablar como de vestir) para encajar con el rol de mujer objeto.


Pero no os preocupéis que para acabarlo de arreglar está Takumi dispuesto a actuar como un príncipe azul para ver si así consigue que su damisela en apuros caiga en sus encantos...

2) Aiko es retrasada mental (y los demás personajes también):


A parte de no tener personalidad (lo cual me parece un desperdicio porque por su forma de comportarse en el instituto y su pelo y su ropa y su genio apuntaba maneras para ser una protagonista poco al uso), Ai es bastante tonta. Aquí no se escapa de uno de los tópicos que pesan sobre las protagonistas shôjo: es demasiado ingenua/inocente/de-tan-buena-tonta. Así que todos los secundarios (tanto las chicas que se enamoran de Leo como los chicos que se enamoran de ella) la manipulan aprovechándose de su bondad. En cuanto a la imbecilidad de Ai está su excesiva competitividad que la lleva a seguir trabajando en un sitio que no le gusta solo porque una zorra la pica y su aparente absoluta falta de autoestima: incluso cuando el secreto queda revelado, sigue quedando con Leo siempre vestida de Mai ya que su versión Ai es demasiado poco femenina (?).

Cómo odio a este personaje
Pero es que si solo fuese Aiko... A parte de Leo y de Hiroko (la clásica mejor amiga de la protagonista), al resto de personajes les falta un hervor. Se merece una mención especial Takumi, que se deja manipular por su melliza Ikumi constantemente; es enfermizo.

3) ¿Qué se supone que obtiene una chica en una relación sentimental?


Continuando con el tema del machismo, algo que me ha desesperado mucho de este shôjo es que, para Ai, los besos son algo con connotación negativa. Puedo entender que le dé miedo perder su virginidad pero... ¿darse un beso? Lo comenta varias veces como si fuese una tortura por la que tiene pasar. Si está mal que las chicas disfrutemos de los besos y del sexo me pregunto qué se espera de nosotras en una relación, ¿que hagamos algo que no nos gusta para satisfacer a quien queremos? De verdad me molesta cuando se da a entender que es normal que un chico se muera de ganas por bajarse los pantalones a cada página y que cada vez que aparece sexo en un manga parece que a la chica la estén forzando. Y eso que, de momento, El secreto de Ai se está limitando a los besos... ¡menudo atrevimiento el de Ai por tomar la iniciativa una vez y ser ella la que empiece un beso! ¡Qué bochorno! [/sarcasmo]

Pros


1) Ai será tontita pero tiene algo de picardía

En función del capítulo, Ai es capaz de ser o bien la personificación de la docilidad o la protagonista más carismática y única que me he encontrado en mucho tiempo. Algo que me gusta de ella es que es consciente de las cosas que pueden molestar a Leo y a veces decide no contárselas para evitar conflictos. Evidentemente no es que sea una estrategia óptima en una relación honesta pero no deja de ser astuta por saber qué cosas es mejor callarse en según qué situaciones y eso me parece poco frecuente en el shôjo de instituto donde este tipo de mentiras deliberadas quedan reservadas para las secundarias roba-novios.


2) Leo y Ai confían el uno en la otra

Lo que le ahorra multitud de drama a la historia. De momento, nada de malentendidos espantosos que dan lugar a largas peleas absurdas.


3) Leo acepta a Ai tal y como es y la respeta

Esto no debería tenerse en cuenta como un punto positivo de la historia ya que debería darse por sentado pero tiene mérito en el momento en que Ai no se acepta a sí misma. De hecho, Leo tiene una paciencia inhumana con Ai en muchísimas situaciones porque, evidentemente, como buen co-protagonista masculino en un shôjo, es perfecto.

En resumidas cuentas, El secreto de Ai es un shôjo normal y corriente con los típicos tópicos del género pero también con sus dosis de genialidad que lo diferencian un poco de los demás. Si os gustan los romances de instituto al uso, seguro que disfrutáis de esta historia al máximo. Es solo que me parece que yo ya he pasado esta etapa...

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Tres Sombras

Tres Sombras es uno de esos BDs que me llamaba la atención solo por la portada, un criterio que sorprendentemente, resulta útil algunas de las veces que se aplica. Nota para los autores: curraos las portadas de vuestras obras que nunca se sabe a qué lector incauto podéis pescar con una ilustración que ni siquiera tiene por qué reflejar nada de lo que realmente se encuentra una vez se pasa de ella.


Louis, Lise y su hijo Joachim viven en paz y armonía, aislados del mundo y son felices. Hasta que tres misteriosas sombras empezaron a acechar a Joachim y la pequeña familia se vio obligada a ensombrecer sus rostros. Tanto Louis como Lise se negarán en rotundo a perder a su hijo, ella pedirá ayuda a una vieja amiga, él decidirá iniciar un largo viaje...

Tanta felicidad hay en las siete primeras páginas que casi pensé que había escogido mal la obra. Es curioso esto de que el BD vaya inexorablemente ligado a la tristeza, la desgracia y la podredumbre. Y preocupante quizá disfrutar tanto leyendo cosas tan grises. El caso es que en la octava página aparecen por primera vez las tres sombras a las que hace referencia el título y las viñetas se empiezan a oscurecer paulatinamente.

En un principio no dejaba de preguntarme qué tenía de extraño o de aterrador mirar por la ventana y ver a tres jinetes en la distancia. Lo entendí como el típico miedo irracional infantil y Louis estuvo de acuerdo conmigo al no darle importancia. Solo que sí que había que dársela. Personalmente todo este asunto de las sombras me parecía un poco psicótico y fuera de lugar pero conforme se avanza en la lectura y la metáfora resulta obvia, todo cobra sentido.


Tres Sombras es un cómic con un mensaje claro y sencillo desarrollado como si de una poesía se tratara a base de una pequeña epopeya. A pesar de construir toda una historia que gira en torno a las misteriosas tres sombras, Cyril Pedrosa no desaprovecha la oportunidad de introducir temas peliagudos en su relato como la corrupción, la desigualdad social y la trata de personas (que, por otra parte, siempre son bienvenidos en el cómic).

La trama se estructura en tres partes bien diferenciadas: introducción, viaje y desenlace. Y es este último el que más me ha sorprendido ya que, dentro de una historia que parecía carente de intriga una vez pasado el ecuador del tebeo, el autor aun da un golpe de timón que le aporta ese último granito de genialidad que necesitaba la obra para tener repercusión mediática; si bien es precisamente el cuerpo del cómic en sí (obviando el final) el que hace que este título se diferencie del resto.


Digo esto porque las tres sombras nos ofrecen una lectura opresiva prácticamente desde el principio que nos hace mantener el corazón en un puño hasta que adivinamos el final y, entonces, no podemos hacer otra cosa que sorprendernos ante el último giro de los acontecimientos, en pos de un mensaje lleno de esperanza ideal para cerrar una historia tan plagada de desasosiego.

No quiero extenderme mucho más con esta reseña puesto que es difícil hablar de esta historia sin estropearos el final. Solo me queda hablaros de edición y dibujo. El estilo gráfico de Pedrosa es tremendamente personal y versátil ya que lo vemos mutar conforme cambia el tono de las escenas de uno más relajado y claro a otro más agitado y confuso. Su influencia Disney no pasa inadvertida a juzgar por la magnífica caracterización de sus personajes y ese deje infantil o caricaturesco del que dota incluso a los villanos. Nos sorprende de tanto en cuanto con viñetas gigantes cargadas de tensión con las que da aún más fuerza a su narración.

En Tres Sombras encontrareis un cuento que ensalza el amor paternal, con una estética entre infantil y oscura y una trama perfectamente hilada que abarca casi 300 páginas. Obra curiosa donde las haya.

lunes, 22 de diciembre de 2014

El momento de Aurora West

Como ya anticipé en mi última reseña, hoy vengo a comentar El momento de Aurora West, la primera parte de la precuela de Battling Boy donde conocemos cómo era Arcópolis antes de la llegada del chico batallador.


Aurora West tiene una agenda muy apretada para una adolescente pero ser la única hija de un héroe es incompatible con tener una vida de instituto corriente y moliente. Haggard es muy estricto con su educación por lo que Aurora debe asimilar de forma simultánea conocimientos desde la historia hasta la ciencia más avanzada junto con técnicas de lucha que le permitan combatir contra los monstruos.

No deja de parecerme curioso que siendo la historia de Aurora cronológicamente anterior a la de Battling Boy y habiéndose publicado ambos primeros volúmenes prácticamente de forma simultánea se decidiera que la saga de la heroína se presentara a modo de precuela. Repentinamente, se introduce la cuestión de la madre de Aurora (un personaje que ni siquiera se menciona en la historia principal aunque era evidente que tenía que existir) que murió en extrañas circunstancias a manos de las pesadillas de Arcópolis. Esta trama da pie a un tema recurrente en las obras de David Rubín: la decadencia de los héroes (sé que no he reseñado nada de este prolífico autor todavía pero tengo esperando sobre la mesita La Tetería del Oso Malayo).


No soy ninguna gran lectora de cómic americano (apenas he empezado con Sandman y Fábulas), nada de DC ni de Marvel ha pasado por mis manos más que los blockbusters cinematográficos de moda. Aun así, lo que sería la "noción popular" de lo que es y de lo que representa un «superhéroe» no suele estar asociado con nada muy humano. Y David Rubín ha conseguido humanizar a Haggard West en vida mucho más de lo que ya lo hizo Paul Pope con su muerte en las primeras páginas de Battling Boy. El héroe de Arcópolis siempre tiene su mejor cara para sus conciudadanos y, desde luego, adora a su hija por encima de todas las cosas. El problema es que a menudo hay sentimientos que pesan más que el amor: la pena, el resentimiento, la culpa y el deseo de venganza solo son algunos de ellos.

Si por un lado tenemos a un héroe real que se autoflagela por no haber sido capaz de salvar a su mujer y que le dice a viejos amargados que se tiren por un puente, por el otro está la rebelde Aurora en la que es una de las peores etapas de la vida sin duda: la adolescencia. A raíz de un descubrimiento accidental y carente de significado en apariencia, Aurora empezará a indagar en sus recuerdos sospechando que la identidad del asesino de su madre se encuentra escondida en ellos. Para ello, no le importará utilizar cualquier recurso a su alcance ya sean las técnicas místicas de su padre o un compañero de clase que está colado por ella (¡y que tiene coche!). Me gusta su personaje porque encarna muy bien esa mezcla de curiosidad, testarudez, ingenuidad e indignación general con el mundo que se tiene a esa edad. Una protagonista con la que puedas y quieras identificarte.


Un detallito que hace que el cómic en general gane puntos extra es que se mantiene la esencia de la ciudad de Arcópolis aunque sea como un sutil telón de fondo. El recorte de periódico denota esa superficialidad y cinismo imperante en los dirigentes políticos de la ciudad-estado acostumbrados a adulterar la verdad. También me llama la atención el tratamiento que se da a las pesadillas... normalmente, incluso en los cómics, las cosas no son nunca ni blancas ni negras pero nadie pone en duda que no puede haber ninguna clase de cargo de conciencia cuando se mata a un monstruo. Excepto Aurora quizá, pero ya os digo que como buena adolescente es muy inocente todavía.

El arte de David Rubín me tiene ligeramente enamorada porque destila personalidad y dinamismo y creo que le pega mucho a esta historia. Por un lado, hay algunas escenas en que ha conseguido ponerme los pelos de punta de verdad y no me esperaba pasajes espeluznantes cuando compré este cómic. Por el otro me ha parecido muy curiosa la distribución de página como por ejemplo en los flashbacks con las viñetas en forma de piezas de rompecabezas, muy original. Es una verdadera pena que se escogiera realizar esta precuela en blanco y negro y no en color como en Battling Boy y más cuando David Rubín está acostumbrado a trabajar en color... puedo entender que quisieran abaratar la edición por el público objetivo del título pero a la vez creo que es desperdiciar talento. De hecho, cuando hojeé este tomo por primera vez me dio la sensación de que sí era un cómic originalmente a color pero que por algún motivo inexplicable se había publicado en blanco y negro en España. Evidentemente no se trata de eso pero supongo que es inevitable que alguien acostumbrado a colorearlo todo tenga un acabado muy distinto cuando se le priva de su paleta habitual.


Lo que aun no he conseguido entender es por qué adaptaron "rise" como "momento". Yo lo entiendo como "auge" y ya no sé si es que se trata de una palabra demasiado complicada para el público adolescente al que se supone que va dirigida la obra o si es que he malentendido completamente el significado del título. De todas formas lo podrían haber dejado simplemente como Aurora West igual que Battling Boy... pero "el momento" me suena rarísimo.

En cuanto a la edición, ya he comentado que no apruebo para nada la decisión de producirlo en blanco y negro pero es que también estoy en desacuerdo con el formato... es poco más grande que un tomo manga estándar. No comprendo qué sentido tiene hacer una suerte de saga y que las dos mitades que la componen difieran en todo lo que pueden diferir dos ediciones de cómic. Además, ya me lo había advertido Nagore pero la fuente es algo difícil de leer... Teniendo en cuenta todo esto no entiendo que un cómic de 150 páginas en blanco y negro valga 8,95€.

Al margen de mis desavenencias con la edición escogida, he disfrutado mucho de la historia y tengo muchas ganas de saber cómo finaliza la búsqueda de Aurora en el segundo y último volumen. El momento de Aurora West cuenta con una protagonista carismática inmersa en un misterio trepidante.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Deseos imposibles 18

Recupero una sección algo olvidada del blog que se adecua muy bien a estos tiempos navideños. ¿Sabéis cuál es uno (más) de los handicaps de seguir a mil dibujantes en twitter? Las p**** recomendaciones. Os odio. Con amor. Para muestra un botón:


1) Culpa de Sara Cuervo: By Chance or Providence, de Becky Cloonan

Este directamente está descatalogado; y eso que salió este mismo año. Porque ese es otro de los problemas de la autoedición: no solo sale muy caro sino que encima las tiradas son limitadas y prácticamente nunca hay segundas ediciones... y ya si es de un autor extranjero los gastos de envío se disparan y suelen costar (bastante) más que el propio cómic/fanzine/lo-que-sea-que-estés-comprando que no suele pesar mucho más de 100 gramos.


2) Culpa de Faye: Hearts for Sale, de Miyuli

Esta historia es la única que he podido leer porque la autora la subió íntegramente a su tumblr pero aún así me encantaría tenerla en papel... De verdad que es muy frustrante la relación calidad/precio de este tipo de artículos cuando tu cuenta bancaria se acerca peligrosamente  a los números rojos.


3) Culpa de Viki: Nothing is Forgotten, de Ryan Andrews

Este lo cacé al vuelo por un RT inocente y fortuito de Viki... me llamaron la atención el dibujo y la estética. Este es todavía más caro que el anterior aunque tiene muchísimas más páginas así que quizá es el que saldría más a cuenta.



4) Culpa de Xulia: Through the Woods, de Emily Carroll

Por supuesto, Xulia no podía faltar ya que se pasa la vida hablando de cosas como Spera o cómics rarunos de SUECIA y yo ya dimito porque no tengo dinero y en fin. Eso sí, este cómic es el que más repercusión parece haber tenido porque he llegado a verlo hasta en el Fnac (y os podéis imaginar mi cara de asombro cuando lo vi).

Que por cierto, las cuatro son artistas estupendas, os recomiendo que echéis un ojo a sus respectivas galerías (que he enlazado con cada uno de sus nicks/nombres). Lo desesperante de esta entrada es que este último año he estado desconectada de las redes sociales. No sé qué es peor: ser consciente de la cantidad de joyas que hay por el mundo pero que no me puedo permitir o vivir en la ignorancia sin saber lo que me estoy perdiendo...

jueves, 18 de diciembre de 2014

Yo, asesino

Qué hago yo ahora. Me siento como una gotita de agua en medio de una tormenta. La prosa de Antonio Altarriba me ha derribado y dudo que nada que esté en mi mano escribir os pueda transmitir la agudeza de esta obra. Cuando compré este cómic no tenía ni idea de lo que estaba adquiriendo. La primera noticia que tuve de Yo, asesino fue por un artículo que se le dedicó en El Periódico titulado El arte de matar. Yo no suelo leer el periódico (porque soy una joven inmadura y felizmente ignorante) pero por medio de alguna red social fui a parar a la noticia en cuestión y me sorprendió bastante que se hablara de un cómic por aquello de que es un sector relativamente marginal que aun se estigmatiza bastante. El caso es que un par de semanas después me topé con este volumen en el Mercat de Sant Antoni por 14€ (de los 20€ que marca el PVP) y no me lo pensé dos veces. Ya sabéis que tardo mucho en leer lo que compro porque tengo un problema patológico con el consumismo compulsivo pero la portada de Yo, asesino me ha estado gritando todos estos días desde que lo compré y lo he digerido en una tarde. No ha sido una lectura fácil. Nada de devorar ni de leer del tirón. De hecho, casi podría decir que me he atragantado con ella. Se trata de un cómic que le da sentido a la controvertida expresión «novela gráfica» ya que es infinitamente más denso que muchos de los libros que he leído hasta ahora. Yo, asesino es un ensayo sobre la crueldad humana en forma de cómic.


Enrique Rodríguez es catedrático en la Universidad del País Vasco, especializado en la representación del dolor en la pintura occidental. Al margen de sus tareas como profesor de Historia del Arte y conferenciante en múltiples congresos sobre arte, también le gusta ejercer sus propias dotes artísticas moldeando un material algo particular: la vida. Porque, tal y como el mismo nos cuenta nada más empezar su historia «Matar no es un crimen. Matar es un arte».

Nunca ciento treinta páginas dieron para tanto. Empezaba a acostumbrarme al cómic europeo, al BD, con sus clásicas 48 páginas gigantes y a color. Pero Yo, asesino es único en su especie y, repito, es un ensayo en viñetas. Son muchos los temas que llega a tratar Altarriba en este cómic pero el ensayo propiamente dicho gira en torno a un solo tema, el asesinato: su justificación, su belleza, su origen, su heterogeneidad y la moralidad subyacente al hecho de matar a otra persona se abarcan con detalle a lo largo de esta obra.


Enrique no se considera un asesino en serie. Al contrario, cree que los terroristas, los soldados, los regímenes totalitarios son los que realmente cometen asesinatos en serie: (...) idénticos los unos a los otros, siguiendo un protocolo que pretende escenificar la inmutable imparcialidad de la justicia (...) la serialidad es consecuencia del tratamiento industrial de la muerte... algo que sólo produce la violencia sistematizada del poder (...) ¿Por qué sentenciamos al hombre que mata a su mujer al enterarse de que le ha puesto los cuernos pero no al soldado que mata a un extranjero de un país remoto? ¿Por qué ayudamos a un familiar que lo pasa mal económicamente pero no colaboramos con una ONG? Al final todo se reduce al egoísmo de preocuparnos solo de lo que nos es próximo. Por eso Enrique mata siempre a desconocidos, nunca por interés personal, él trata sus asesinatos como arte y un crimen solo es artístico si es gratuito.

Pero Antonio/Enrique va más allá: el instinto de matar está profundamente arraigado en todos nosotros y solo lo reprimimos por conveniencia social. Para ejemplificarlo, el mismo Enrique cita la fábula de Eça de Queirós«En el rincón más apartado de la China existe un mandarín más rico que todos los reyes que nos cuentan las historias y las fábulas. Nada sabes de él, ni de su nombre, ni de su rostro, ni de la seda con que se viste. Para heredar sus inagotables caudales basta con que toques esa campanilla que está a tu lado sobre un libro. El mandarín solamente exhalará un suspiro en los confines de Mongolia. En ese momento será un cadáver. Y tú verás a tus pies más oro del que puede soñar la ambición de un avaro. Tú, que me lees y eres hombre mortal, ¿tocarás la campanilla?»


Pero el guionista va mucho más allá. Si bien la trama gira en torno a la psicopatía de Enrique, se entreven temas de lo más diversos de forma indirecta como el conflicto independentista vasco, la infidelidad, la rivalidad académica y el feminismo, entre otros. Me han interesado particularmente todas las referencias al mundo académico: tesis, financiación, congresos, prestigio, influencias, etc. porque me ha hecho pensar mucho en lo que empiezo a observar en mi vida personal. Claro que la biología y la historia del arte poco tienen que ver pero se repiten esquemas y se me ha hecho todo muy cercano y real, se nota que Antonio Altarriba trabaja en la Universidad.

Curiosa también la re-interpretación de Blancanieves, que debe de ser el cuento más adaptado de la historia y que solo en 2012 recibió tres adaptaciones cinematográficas distintas (Mirror, Mirror, Snow White and the Huntsman y la española Blancanieves) además de protagonizar obras colectivas como Fábulas o Once Upon a Time. Pareciera en un principio que las mujeres de esta obra son tediosas pero tras reflexionar un poco una se da cuenta de que sus contrapartes masculinas no son precisamente mejores y, de hecho, uno de los personajes que finalmente sobresale (para bien) es Cristina en uno de los detalles que hace que el desenlace de esta historia sea sublime.

¿Quién tiene sombra y quién no la tiene?
Aunque aún hay un segundo ensayo en esta novela gráfica, uno mucho más académico que hace referencia directa a la historia del arte, que no deja de ser la especialidad del protagonista. No del guionista que es catedrático en la misma universidad, pero de literatura francesa (el carácter autobiográfico ha de tener siempre un límite cuando se quiere escribir ficción). Así el cómic entero se convierte en un catálogo de cuadros famosos en los que se representa el dolor y la muerte y, más adelante, también en una galería de Body Art. Así contrastan las corrientes más clásicas (que sé que no lo son por definición artística pero no me refiero a esa acepción del término) con las contemporáneas en la magnífica dualidad que constituyen Enrique y Edurne, el último personaje que hacía falta para que el cómic fuera redondo.

Y, hablando de arte, el de Keko es espectacular. Tiene la capacidad de plasmar cualquier escenario que se requiera y nos ubica rápidamente en Madrid, Salamanca, París o la ciudad que se tercie. Dejando de lado las reproducciones de cuadros originales (que son lógicamente digitales), Keko ha hecho un trabajo increíble con la parte que respecta a las esculturas. La idea de hacer el cómic en bitono añadiendo el rojo al usual blanco y negro es perfecta ya que Yo, asesino es una historia de sombras y sangre y Keko se maneja a la perfección con ello.


Lo único que echo en falta es un glosario, un epílogo o una sección por el estilo en que se haga un compendio de todas las obras de arte que aparecen a lo largo del cómic ya que no todas se citan debidamente y es una pena. Para los apenas iniciados en la historia del arte creo que sería una sección de lo más interesante, sobre todo si viniera con comentarios de Altarriba comentando por qué escogió esas obras para ilustrar su historia... y si tienen una lectura entre líneas en el contexto de la viñeta en la que aparecen (que me da a mí en la nariz que al menos algunas sí).

Estoy sencillamente abrumada por tanto talento y maestría, por ser capaz de hilar una historia tan asombrosa de principio a fin sin que le sobre ni le falta nada. No puedo hacer otra cosa que recomendaros su compra, su lectura y su re-lectura. Hacía mucho que no me atrapaba tanto una obra, ni que me impactaba tanto. Yo, asesino ha conseguido remover algo dentro de mí.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Infinidad de películas (II)

Como empieza a haber overbooking de reseñas de cómic en el blog creo que puedo hacer un paréntesis con la prometida (hace cuatro meses) segunda tanda de películas. En esta ocasión hablo de las que vi durante julio y agosto (y yo que esperaba reducir el lag...): nueve en total (a la que se sumaría This is 40 si la indignación no me hubiese obligado a dedicarle una entrada en exclusiva). La acumulación de títulos me impide hacer ningún gran comentario sobre ninguna de ellas pero al menos os puedo prohibir que veáis las más horribles a la par que os obligo a ver las mejores.


El 2 de julio, Croqueta y yo, a pesar de la proximidad de nuestras respectivas presentaciones del trabajo de fin de máster, decidimos que ya iba siendo hora de ver la última película (por entonces) de Disney: Maléfica. Y disfrutamos en el cine como niñas chicas, para que nos vamos a engañar. Ese inicio a modo de prólogo es sencillamente una delicia visual para que los ojos te hagan chiribitas. Tenía un miedo relativo sobre la posible distorsión del personaje de Maléfica pero como que vi la película Disney de La bella durmiente hace muchos años (soy de esas parece que poco corrientes personas que no ha vuelto a ver ni un solo clásico Disney "de mayor") y no he leído el cuento original, no me molestan las modificaciones. De hecho, disfruté mucho durante toda la película, reitero que visualmente es una preciosidad y el argumento me pareció bastante coherente. Eso sí, contras no le faltan: las hadas son odiosas sin más y quería matarlas desde que salen por primera vez, Aurora es SOSA a más no poder y el príncipe aleatorio tiene horchata en lugar de sangre en las venas. Tiene muchos detalles que la hacen especial aunque quizá mi favorito sea la ironía que destiló Maléfica cuando añadió el «solo la salvará un beso de amor verdadero». En general me gusta mucho que se dé trasfondo a un villano porque no creo en los personajes malvados per se. El problema viene cuando el rey se transforma en un ser puramente mezquino sin justificación suficiente. 


Me apetecía mucho ver una comedia romántica de esas predecibles, absurdas y llenas de clichés para reírme un rato y Juntos y Revueltos prometía muchas carcajadas. Pero, como suele pasar, lo mejor estaba en el tráiler y el resto se me hizo muy pesado. La película se deja ver pero es todo entre surrealista y tópico hasta morir. Ni siquiera nos libramos de la dulce mujer que murió dejando a tres niñas al cargo de su insensible padre... para que así la entrada en juego de una madrastra sea aún más conveniente. Humor demasiado tonto, secundarios insoportables y originalidad cero. No os perdéis nada si no la veis.


Tras el acierto de El Origen del Planeta de los Simios, Borja y yo teníamos muchas ganas de ver su secuela, El Amanecer del Planeta de los Simios (por un instante pensé que le habían puesto el mismo título a ambas precuelas). No sabría decir si mejora, empeora o mantiene el nivel de la anterior y supongo que es porque no tiene sentido compararlas por mucho que haya continuidad temporal. El origen era más una película de ciencia ficción, de experimentación, para marcar un precedente. El amanecer es esencialmente una película de acción con sus muertes, traiciones, amoríos y filosofía barata de película apocalíptica. Guiño comiqueril cuando el hijo del protagonista se pone a leer Black Hole:


*Puede ser que mi juicio de esta película se haya visto afectado por las condiciones en que la vi: sentada en un lateral muy lateral del cine con una especie de... ¿valla? que me tapaba la parte inferior de la pantalla y claro, los simios hablan con lengua de signos así que media peli necesitaba subtítulos continuos. 


Y aquí está la MEJOR película de la tanda y del 2013 que ganó más que merecidamente esos tres premios Oscar. El VIH y el SIDA constituyen un tema de rabiosa actualidad que puede abordarse desde cientos de ángulos distintos y, de hecho, es el eje en torno al que giran decenas de libros, cómics y películas aplicando distintos filtros a una realidad tan compleja como es la del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, su origen, su transmisión y su difusión mundial. Dallas Buyers Club nos hace retroceder 30 años en el tiempo, cuando se trataba de un síndrome ya identificado pero que cargaba con una desinformación tremenda. Es decir, la época en que empezó el desarrollo de antivirales que pudieran combatir la enfermedad, al que siguieron ensayos clínicos que, por supuesto, necesitaban de un grupo control que tomara placebo. Se trata del periodo en que el virus se cobró más vidas (en el primer mundo al menos) y de una época en que seropositivo era sinónimo de homosexual (si os interesa, hace dos años escribí sobre este tema en el blog). Tanto Matthew McConaughey como Jared Leto bordan sus respectivos papeles. Eso sí, si os he animado a verla luego no me vengáis con reclamaciones por lágrimas derramadas. 


Aunque lo que podáis llorar con Dallas Buyers Club resulta negligible si lo comparáis con Bajo la misma estrella... Esta película, o la vais a ver con una caja de pañuelos (con un paquete de diez no llegáis ni a la mitad) o no la veis. Ya sabéis que me encantó el libro y la verdad es que me llevé una muy grata sorpresa cuando comprobé que la adaptación cinematográfica es increíblemente fiel al original. Es una historia poco convencional en que tanto el amor como la muerte se enfocan desde una perspectiva que nos puede resultar ajena: el cáncer. Por supuesto, eso la convierte en una película triste pero, asombrosamente, nunca en una deprimente. Hazel es encantadora y brillante como quizá solo pueden serlo los personajes de ficción. Se me rompió el corazón varias veces pero, curiosamente, una de las escenas que más me conmociona es cuando la madre de Hazel sale corriendo de la ducha sin pensárselo dos veces; solo hay una cosa en el mundo peor que tener cáncer a los 16 años y es tener un hijo con cáncer. Ahora tengo ganas de releer el libro.


Y ahora os presento la primera película que dejo a medias sin que me importe lo más mínimo su final en, probablemente, muchos años. Como que no la acabé estuve a punto de no meterla en esta entrada pero, total, para lo mucho que tengo que decir de ella... Need for Speed transcurre de forma monótona, no tiene sentido, es imposible establecer ninguna clase de conexión con los personajes así que te importa una mierda lo que les pueda pasar ya los metan en la cárcel o se mueran. Toda la trama (al menos la primera mitad) es la cosa más superficial que te puedan tirar a la cara y se limita a una mezcla entre venganza (que podría haber sido tolerable) y un "a ver quien la tiene más grande" (que no es tolerable). Ahorraos vuestro tiempo.


Con algo de retraso, pudimos pillar Capitán América: Soldado de Invierno gracias a la promoción de Cinesa de Te la perdiste (no solo escribo las entradas meses tarde, es algo que se extiende a casi todos los ámbitos de mi vida, ojalá estuviera exagerando). Disfruté mucho viéndola y creo que representa una clara mejora respecto a su primera parte además de poner muy interesante la trama unitaria de todas las películas de Avengers pero no acabé de verla muy coherente. O sea, sé que las películas de Marvel no suelen caracterizarse por la coherencia pero es que esta vez me costó mucho seguir cuál era el objetivo de ambos bandos, especialmente de los malos. Creo que necesita un revisionado.


Tras unas semanas de agonía, conseguí ir a ver esta película de animación en versión original en muy buena compañía (y mi querida Croqueta me regaló la entrada ♥). Confieso que disfruté como una enana viéndola porque visualmente es impresionante y los dragones son una pasada y los artilugios que se inventa Hiccup también. El salto temporal entre ambas películas me parece de lo más acertado. Todo lo que tiene que ver con la madre me parece algo rebuscado y fuera de lugar y me pareció muy cruel el desarrollo de la película... además, el desenlace se soluciona con uno de los deus ex machina más graves y exagerados que recuerdo haber visto lo que es una pena porque con algo más de coherencia interna esta película podría ser una verdadera gozada no solo para niños...


Esta película es tan condenadamente mala que no fuimos capaces de dejar de verla. La pillamos en agosto, en la tele, de casualidad, ¡haciendo zapping! Es un arte perdido esto, no recordaba la última vez que me había puesto a ver algo que echaban así porque sí. Esta peli es MUCHO peor que la de Juntos y Revueltos pero infinitas veces más recomendable ya que os será difícil encontrar una película más absurda y, por lo tanto, más hilarante que DOA: Dead or Alive. Bienvenidos al festival del fanservice, de la conveniencia, de la aleatoriedad y de los abismos argumentales donde la existencia de una explicación con sentido se debe al mero azar. Daría para escribir una tesis esta peli de la cantidad de errores que tiene. Una indispensable si queréis echaros unas risas (y si queréis ver a chicas en ropa interior/biquini).