Romance Killer

Absorbente. Inmenso. Fluido. Diferente.

Hace años que Jeparla insiste en lo fantástico y genial que es este manhwa y de tanto mencionarlo en su blog hace tiempo que lo tenía en mi wish-list pero claro, desembolsar 35 euros así por las buenas no me hacía especial ilusión y más, siendo una apuesta más o menos a ciegas porque no sabía ni de qué iba este tomo. Pero, como os comenté hace poco, lo acabé consiguiendo al 50% y poco he tardado en degustarlo.

Debido a sus dimensiones se convierte en una lectura de sofá y cama, para tomárselo con calma un sábado por la mañana (o varios porque 872 páginas no se leen del tirón).

El protagonista (del que no se revela el nombre en ningún momento) es un ex asesino. Dejó su oficio cuando, hace siete años, incumplió a la vez las tres normas que se había fijado como asesino profesional: 1) No hacer preguntas 2) No pensar y 3) No enamorarse nunca. Así fue como pasó de ser el Royal Killer, el más famoso y reverenciado de los asesinos a sueldo de Seúl a ser el marido de una florista y el padre de una adolescente. Irónicamente se llama a sí mismo Romance Killer, manteniendo la "R" ya que fue el amor el que lo llevó hasta dónde está ahora. Han sido siete años de pacífica convivencia con la que ahora es su familia pero la joven Mi-U, amiga de su hijastra Soyeong, pondrá todo su mundo patas arriba.


Y es que la aparentemente inocente e inofensiva Mi-U se dedica a salir y acostarse con cuarentones por dinero pero también por diversión. Y el Romance Killer se va a sentir irremediablemente atraído por esta adolescente...

Doha te descoloca desde el principio presentándote a un asesino, un ex-asesino, alguien que mató a numerosas personas por dinero, alguien que debería darte miedo o generarte repulsión pero que, irremediablemente, resulta agradable, cercano y hasta bueno. Pero claro, no puedes deshacerte de ese sentimiento contradictorio que te recuerda que ese protagonista tan majo se dedicaba a matar gente, Doha te lo recuerda constantemente, pero te sigue cayendo bien, y sigues notando que algo está mal en tu interior si te cae bien un asesino.

Y la historia va avanzando. Su mujer, su hija Soyeong, su alumno Bongman y la propia Mi-U van haciendo sus apariciones fugaces para que el lector se forme una opinión superficial de ellos, la del punto de vista del protagonista. Porque en esta obra no conocemos otro punto de vista que no sea el suyo (al menos, no en el primer libro).

Es todo muy poético, muy filosófico, muy íntimo. Romance Killer es el tipo de obra que te deja sin aliento con una página en negro. El tipo de obra donde puede haber capítulos enteros sin una sola palabra que te hagan tener el corazón en un puño.

Es... poesía hecha cómic.

Doha se las ingenia muy bien para centrarse en la aburrida vida de un ex-asesino retirado al que le empieza a atraer una adolescente mientras, de fondo, te habla de crueles asesinatos y de niñas que se acuestan con cuarentones como si no fuera con él la cosa.

Me gustaría contaros muchas cosas más de Romance Killer pero incurriría inevitablemente en spoilers y no es justo para vosotros así que solo os diré que aunque el "Libro 1" lo leí en tres momentos distintos, racionándolo, el "Libro 2" me generó una especie de frenesí que me mantuvo literalmente enganchada al tomo hasta que no lo terminé aunque eso implicara irme a dormir muy tarde cuando tenía que levantarme muy pronto a la mañana siguiente.

Es un indispensable.